La visita del médico...[priv. Kau/Digabriello]

Había tomado aquella decisión sólo, como hacía con todas la demás. Esta vez sus intenciones eran buenas, y eso era evidente, pero cualquier otra persona con algo más de lógica habría hablado con el involucrado antes de concertar aquella cita. Él siquiera pensó en un detalle como aquel, después de todo estaba intentando ayudarlo, tal vez se sorprendía, pero no podía enfadarse o tomárselo a mal, era una gran oportunidad, su vida podía dar un giro de 180 si aquel medico con renombre lograba hacer algún cambio en su cuerpo estigmatizado por sus dolorosas experiencias pasadas. No le había costado trabajo localizarlo, fue cuestión de realizar un par de llamadas, tenía buenos contactos y enseguida le pasaron el número de aquel respetable vampiro que sólo había visto un par de veces en su vida y apenas habían cruzado saludos. No esperaba que aquel fuera un favor de su parte, le pagaría una buena suma de dinero tan sólo por ir a ver a su esclavo y realizar un diagnóstico, fuera el que fuera.

Cuando aquel hombre aceptó ir a verle le costó trabajo no contárselo a Kau, pero prefirió que fuera una sorpresa, además era mejor así, si por alguna extraña razón se negaba a esa visita ya no habría tiempo de cancelarla y tendría que dejar que el médico lo evaluara de todas formas. Finalmente había llegado el día por lo que fue el mismo a buscar al chico a su habitación, pasaba las noches despierto, y dormía durante el día, igual que él, parecía haberse aclimatado bastante bien a ese extraño horario y ahora seguramente dormía, apenas eran las 7 de la tarde. Abrió la puerta y se acerco a su cama, efectivamente el albino dormía completamente despatarrado, enredado entre las sabanas, y parecía muy tranquilo en aquellos sueños. No se atrevió a despertarlo y se quedó sentado en el borde de la cama por un rato, simplemente observándolo dormir hasta que notó que se movía un poco haciéndolo percatarse de que había despertado ya.

-Buenas noches –lo saludo en voz moderadamente alta, para no sobresaltarlo pues seguramente no esperaba encontrarlo allí, tan “temprano”. Le acomodó un poco con las manos los cabellos revueltos. –¿Sabes? Hoy tenemos visitas…-se levantó y fue al ropero que estaba en la habitación, donde ya había bastante ropa de la medida de Kau de entre la que eligió uno de sus conjuntos. Se acerco nuevamente y le quitó la camisa, que antes había sido suya, con la que se había acostumbrado a dormir para ponerle la ropa limpia.

No llevaba mas de una semana, incluso llevaba menos de una en aquel lugar, aun le faltaban lugares y personas de aquel palacio que conocer, asi como tambien le faltaba conocer muchas cosas de su amo, pero nada le habia costado adaptarse a la vida en aquel enorme lugar. Sus horas de sueño siempre se habian visto desordenadas, al no poder ver, la luz no le molestaba a la hora de dormir, por lo que generalmente se dormia luego de jugar, o dormia en el dia para asi en la noche poder pasar la mayor parte que su amo le permitiera con el. En cuanto a ropa, a pesar de que su ism amo le habia regalado algunas prendas, y que incluso algunas criadas hubieran confeccionado prendas exclusivamente para el, le costaba acostumbrarse, a lo unico que se habia aferrado fuertemente a utilizar, era aquella camisa que su amo le ponia siempre a la hora de dormir, le encantaba sentir su aroma mientras dormia... asi podia soñar con el, soñar que le veia.

En sueños, pudo sentir su olor mas fuerte que nunca, asi como tambien escucho su voz mas real de lo normal; cuando se dio cuenta, estaba despertando, y efectivamente su amo estaba ahi, ante lo cual sonrio, y se desperezo, estirandose ampliamente luego de sentir su caricia para sentarse en la cama, algo despeinado, y con la camisa casi por el cuello.
Esucho curioso lo que su amo decia, ladeando levemente el rostro ante esto mientras se dejaba desvestir. Generalmente cuando el se vestia, se ponia su conjunto de siempre, con el que le habian acostumbrado a andar, pero cuando su amo le vestia, dejaba que el le pusiera lo que quisiera.

"¿Una... visita?"

Preguntó curioso; sabia perfectamente lo que era una visita, siempre le llevaban visitas a su cuarto cuando lo tenian encerrdo, y siempre era con un proposito en especifico en especifico, aunque no entendia porque tendria que recibir visitas ahi, mas aun estando junto con su amo, por lo cual aquello tenia bastante confundido.

-Hemos llegado, amo... -El anciano conductor del mercedes negro, se detuvo delante de un betusto palacio de inmensas proporciones, cargado de lujo y ostento; pero vacío, a opinión del médico. Había sido un largo viaje desde Italia, donde aún extrañaba el sonido de las liras y las góndolas en sus paseos por las inhundadas calles venecianas. Había caído la noche, las gotas de la última lluvia aún escurrían por los cristales del auto, y a pesar de esforzárse por darle confianza al chofer de tercera edad; por temor a su vida, este había optado por mantener las distancias.

-Es una pena que me tratases con tanto respeto, me hubiera agradado tener una conversación más coloquial sobre este país, del cual estoy escasamente informado.- Replicó en un perfecto inglés, aunque su acento véneto fluía gracilmente de su boca. El anciano se estremeció, inclinándose hacía la puerta del conductor presto a salir, pero al ver el semblante curioso en el vampiro dudo. No parecía tener intenciones de matarlo.
-Debe usted perdonarme excelencia, pero mi trabajo... -Tartamudeó temeroso el conductor, comenzando a arrepentirse de no haber cruzado palabra con el vampiro más humano que había conocido hasta ese tiempo.
-Lo sé buen hombre, y sé que en este país como en muchos otros, nunca recibirás una oportunidad de empleo y que seguramente tú necesitas el dinero; de lo contrario, algo más que la costumbre, te mantendría aquí... -Repusó el médico con ademan sereno, mientras con bastante lentitud estiraba la mano para que quedase visible al adulto de edad avanzada y viese como colocaba un fajo de billetes sobre su bolsillo. - Nada temas en aceptar este dinero, pues es un regalo de un extranjero que tiene por costumbre regalar dinero, tus superiores lo comprenderan; y son demasiado ricos como para disputarse los pocos euros que yo pudiera regalarte.
-Es demasiado señor, me acusarán de ladrón! -Murmuró en seco aquel sujeto, mientras observaba ansioso aquellos miles de euros en el grueso fajo, sin decidirse a devolverlos y ofender así a tan amable visitante.
-Ellos leerán tus pensamientos, conocerán tu honradez de querer devolverlos y mi ofensa de que estos me fueran entregados o despojados de tu persona.- Y dicho esto, se incorporó del auto, con una sonrisa amable; saliendo hacía el exterior, donde abrió un paraguas y fue conducido al interior del palacio por una de las empleadas, quien era una solícita y sumisa vampiro.
-Los amos le esperan en la habitación. ¿Necesita el caballero alguna cosa en la que pueda servirle? Estoy a su entera disposición. -Y dicho esto, guió a Digabriello por las escaleras hacía la segunda planta y lo detuvo delante de una amplia cámara donde llamó.- El Herr Rossoli está presente, excelencia.

Terminó de acomodarle la ropa correctamente, era muy manso a la hora de vestirse, al menos cuando era quien se ocupaba ya sus criadas le habían comentado que no era tarea fácil quitarle su ropa de dormir pues se resistía bastante, pero con él era muy tranquilo a la hora de cambiarse y dejaba que le pusiera lo que quisiese. Lo ayudó después con sus botas altas terminando por fin con su vestuario completo y se incorporó. Observó la cara de Kau luego, denotaba algo extraño, había confusión en su expresión l cual tenía sentido, pero algo más…parecía angustiarlo un poco la idea de que alguien lo visitara, ¿Por qué? Siquiera le había dicho de quien se trataba, no era algo malo precisamente, pero él no parecía muy contento ante esa idea. Le desordeno los cabellos en un gesto un poco cariñoso con su mano y se limito a responder vagamente, pues quería dilatar un tiempo más aquella curiosidad.

-Si, una visita para ti, ¿estas listo?

Escuchó a la criada informarle que la visita estaba ya allí, era muy puntual, eso hablaba de profesionalidad y compromiso con su trabajo. –Vamos, Vamos –apuró un poco al menor para que se levantara de una vez por todas de la cama y saliera junto con el de la habitación llegando enseguida a la amplia sala que comunicaba los diferentes cuartos, donde el Dr. Rossoli aguardaba. Se acercó a él primero y extendió su mano a modo de saludo, le agradaba ser cordial con sus visitas, sobretodo si estaban allí por asuntos de trabajo y más tratándose de un sangre pura igual que él.

-Un placer, Aaron Cardew –se presentó haciendo un rápido y fugaz análisis del otro con sólo mirarlo, parecía ser un vampiro bastante antiguo, tranquilo y pacifico, extrañamente amable con un semblante atípico entre los de su raza que le produjo extrañeza. –Le agradezco que se tomara la molestia de venir hasta aquí, se que usted reside en Venecia, es un viaje bastante largo. -Kau se mantenía semi oculto detrás suyo, no parecía que las visitas le agradaran demasiado, aunque no tenía idea de porque, no pensó que fuera a ser tan tímido, en realidad normalmente era bastante atolondrado aunque tal vez era desconfiado con los desconocidos. Se volvió hacia el menor y le dio una pequeña caricia en la mejilla con el dedo pulgar, sólo para que se quedara tranquilo de que estaba por allí y no lo dejaría solo. –El doctor ha venido a revisarte, no tienes porque asustarte.

Acto seguido miró nuevamente al vampiro –Sígame por favor, iremos a una de las habitaciones para que pueda hacer su trabajo –dicho esto emprendió el camino hacia uno de los cuartos vacíos que había en el largo pasillo del segundo piso donde se encontraban. Abrió la puerta de uno de ellos dejando pasar primero al médico y luego entro él junto con el menor. El sitio estaba escasamente amueblado, en realidad aquella era una habitación que no se usaba mucho, por no decir nada, constaba apenas de una cama, una mesa pequeña de roble y una luz de noche en ella.

A pesar de lo que su amo le decia y como lo decia, no sabia porque tenia que recibir una "visita" en aquel lugar, ¿Es que acaso su amo no lo queria solo para él con ese fin?...¿Queria verlo con alguien más? Simplemente no entendia la situacion, y pese a que no respondio la pregunta que se le habia hecho, no... no estaba listo, pero no lo demostro, y cuando su amo lo insito a apresurarse, de levanto rapidamente de la cama, para asi sujetarse de la parte trasera de la camisa de su amo y asi poder seguirle fueran a donde fueran.
Una vez se encontraron en la sala, pudo percibir el aroma de alguien diferente, de alguien nuevo en el palacio: Otro vampiro. Podia identificarlos por el extraño olor a sangre, mas este vampiro tenia otro aroma en particular... olia a muerte. La muerte no necesariamente olia a putrefaccion o a carne en descomposicion como todos creian, era un olor más extraño, un olor a sangre mucho mas fuerte, a miedo y a pena... era dificil de explicar, ni el mismo sabia como percibia aquello. Ante esto, se escondio detras de la espalda de su amo, aferrandose a su camisa, escuchando como este hablaba tranquilamente con el desconocido.

Sintio la suave caricia de su amo en la mejilla y sonrio suavemente... pero cuando escucho sus palabras, fue como si le hubieran lanzado un balde de agua fria encima, y comenzo a palidecer al momento, asi como su cuerpo comenzo a temblar de un momento para otro. Ya se habia visto como reaccionaba ante sus miedos, pero un Doctor era algo que lo petrificaba totalmente. Doctores habian sido los que habian hecho casi todas las cicatrices de su cuerpo, los que lo habian dejado con vista y sin voz, los que hacian extraños experimentos con sus cuerpo, los que desde joven le habian hecho sufrir.
Volteo el rostro hacia todas parte, desesperado, sin saber que hacer. Producto del panico, habia olvidado en que cuarto se encontraban y las vias de escape que habian en el, tampoco sabia que obstaculos encontraria, por lo que no podia salir corriendo a lo loco, ademas, sus piernas temblaban a tal punto, que parecia que estas cederian en cualquier momento al peso de su cuerpo. Estaba atrapado por su miedo.

Cuando su amo comenzo a caminar, puso cierta resistencia, gimoteando y jalandolo de la camisa para que no avanzara y le viera, que viera lo asustado que estaba, que ya no queria... que no queria volver a ver un doctor, que al llegar a aquel lugar, el pensaba que era una de las principales cosas con las que no hiba a tener que lidiar nuevamente.

-Caballero... -Inclinó suavemente su cabeza, mientras tomaba su maletín y despedía a la moza con una suave sonrisa, quien respetuosamente se había inclinado. - Digabriello Rossoli...

No hacía falta que dijese su apellido, casi ningún vampiro recordaba a Lucius y debía seguir así, o su antiguo nombre le abriría puertas que él no podría abrir por sí solo. Percibía el temor del chico, su angustia, el palpitar acelerado de su corazón, como su pulso se aceleraba y su corazón bombeaba sangre con más fuerza. No quería estar allí. Pero no podía hablarle como a cualquier paciente, puesto que allí estaba su amo y desconocía como podía reaccionar este; por eso, simplemente esperó a que el chico tomara asiento antes de comenzar a examinarlo, ante todo esto, miró al techo, era una habitación escasamente iluminada, lo cual le resultaba incómodo.

-Le molesta si enciendo la luz?- Al tener a sus espaldas a ambas personas, no había reparado en la discapacidad del muchacho; extrañado de por que no había hablado. Aún cuando podía ver perfectamente, había ciertos detalles que se apreciaban más con una mayor visión luminosa. Se detuvo delante de una mesa y extrajo su maletín, colocando algunas de sus herramientas, no sacaría nada punzocortante o que pudiera amedrentar al muchacho, como píldoras, inyecciones o jarabes. Bastaba con una revisión general y aparte, nadie le había dicho que querían exactamente que revisara, los síntomas del muchacho o algún dolor que aquejase algún punto de su cuerpo. Entonces las luces se encendieron, quizás alguna de las criadas, quizás él mismo, con ayuda de un poco de telequinesis, en su aferrado deseo de más luz. Cayó en cuenta de la cicatriz en el muchacho, y el los párpados cubiertos por la tela, amen de preguntar que había pasado; ya se lo darían a conocer....; así como en las marcas que su ropa no había conseguido disimular.

-Si no quieres estar aquí yo no puedo obligarte chico, aunque creó que este caballero sí que puede, aunque no debería... -Replicó con una amable sonrisa mientras se colocaba la bata- Pero a cambio de cooperar, puedes pedirle algún obsequio por ser buen paciente, solo poseo caramelos para niños y tu superaste esa edad hace tiempo.

Observó de reojo a Kau mientras escuchaba las palabra del medico, la luz se había encendido haciendo que sus ojos se retrajeran un poco, no estaba acostumbrado amoverse en ambientes demasiado luminosos, y aunque la luz le molestaba un poco no hice comentario al respecto. Se acercó al menor quedando de pie frente a él y con una de sus manos acaricio su frente llevando sus finas hebras claras hacia atrás para despejarle el rostro, no necesitaba preguntárselo para darse cuenta de cómo se sentía, angustiad, nervioso, pero sobretodo aterrorizado ante la idea de que aquel hombre pudiera lastimarlo. En un comienzo su reacción lo había desconcertado, pero no tuvo que pensar demasiado para imaginar que, teniendo en cuenta todo lo que Kau había vivido antes de ser llevado allí, debía tenerle un terrible pánico a los doctores, no podía saber que no todos estaban allí para torturarlo. Lejos de ese propósito, Aaron lo había llamado para algo muy diferente. Al pasar la mano por la piel de su rostro lo notó frío, seguramente por el mismo temor y tembloroso.

-El Doctor no va a hacerte daño Kau, tienes que dejar que te revise, ¿piensas que traería a alguien que quiere lastimarte?

Aquello era absurdo desde todos los puntos de vista, aunque el menor no tenía porque saber las intenciones del vampiro, siempre había estado rodeado por personas que lo manipulaban en pos de un objetivo sin importarle el sufrimiento del chico. Bueno, Aaron también tenía un objetivo, pero aquel no era empeorar su calidad de vida, sino que mejorarla. Darle nuevas posibilidades, de algún modo ampliar su mundo. Por otra parte le pareció una buena idea que se le realizara una revisión ,médica, en el sitio donde había sido criado lo tenían peor que a un perro, y no sería extraño que estuviera enfermo y siquiera lo supiera, una revisión de control le parecía lógica siendo que los humanos tenían una frágil salud.

-Me quedaré contigo mientras te revisa –agregó para calmarlo pues sabía que su presencia en la habitación lograría que se relajara un poco y eso ayudaría al medico a hacer su trabajo sin problemas. Dirigió nuevamente la vista al otro vampiro recordando que no le había dicho en su llamado nada respecto del estado de Kau, de las razones por las cuales quería que lo visitara. En realidad el tampoco sabía demasiado de las cosas por las que había pasado, sólo quedaban recuerdo de ellas en sus cicatrices. –Me gustaría por una parte saber si se encuentra en buenas condiciones… una revisión general de su estado de salud estaría bien.

Hizo una pausa antes de volver a hablar, ¿Qué era exactamente lo que debía decir? No estaba muy seguro de que cosas habían hecho con el cuerpo del niño, o si aquellas extrañas operaciones realizadas en sus ojos y garganta eran de algún modo reversibles, tratables, u operables. Pensó que lo mejor sería que el mismo se lo contara, después de todos abía todos los detalles que al medico podía serle de interés. –Le han realizado diversas intervenciones desde pequeño… no se mucho al respecto en realidad, sólo se que en consecuencia perdió la visión y también el habla. –dirigió ahora sus ojos a su esclavo, aún manteniendo su mano sobre su cabeza. -Kau, mejor cuéntale tu mismo…

Así como podía comunicarse con é hablando directamente en su mente seguramente era capaz de hacer lo mismo con el otro vampiro.

Los nervios en l era algo completamente notable: temblaba de pies a cabeza, estaba muchisimo mas palido de lo normal y se sostenia fuertemente de la camisa de su amo, aun escondido detras de su espalda. Cuando este de volteo para acariciar su rostro, quiso abrazarse a su cuello para que no le dejara, pero antes de que pudiera hacerlo su amo hablo, de tal modo que logro calmarlo, con unas palabras que para el eran el equivalente el mas sagrado juramento.
No sabia porque ello era asi, pero simplemente asi lo sentia. Él no era como las personas que lo habia entrenado, él no era como la imagen que le habian dado, del vampiro sadico y masoquista, que podria hacerle cosas peores a los que ellos hacian... No. Aaron era considerado, se preocupaba por el a pesar del poco tiempo que ya llevaban juntos, el lo cuidaba... Por eso el creeria y se entregaria ante todo lo tenia planeado para el.
Sonrio ya mas tranquilo al escuchar que su amo se quedaria con el, posando sus manos sobre la que el mantenia en su rostro, para frotar este suavemente contra la palma de mano, para luego morderla suavemente como siempre hacia, luego de esto, tomo asiento sobre la cama, claramente ya mas tranquilo.

Escucho la conversacion que Aaron tenia con el Doctor, y por lo que entendio, tenian que revisarlo, mas que nada por la parte en donde tenia mas cicatrices, por eso al escuchar aquello, se quito la parte de arriba de su traje, la cual cubria basicamente solo sus brazos y su cuello, ya que su torso estaba completamente expuesto. Con ayuda de sus dientes se quito los guantes para asi poder desabrochar mejor su traje, dejandolo caer al suelo para asi dejar expuesta la gran cicatriz de su garganta; luego de esto, levanto las manos a su cabeza, para asi poder desatar la venda que cubria sus ojos, dejandola caer al igual que la parte superior de su traje, descubriendo con esto sus parpados cocidos.
Ladeo levemente la cabeza al escuchar que debia explicar porque tenia todas esas cicatrices. ¿Como explicar algo asi, cuando nisiquiera el lo sabia? Agacho la cabeza, intentando recordar porque le habian hecho todo aquello.
Luego de mantenerse unos momentos asi, recordo que antes alguien habia puesto unas cosas en el bolsillo trasero de su traje, no sabia porque, pero penso que podria tener algo de informacion con respecto a lo que su amo y el doctor querian saber. Se levanto levemente para sacar de su bolsillo unas fotografias y las extendio en direccion al doctor.

"Kau tenia que acostumbrarse a vivir en oscuridad para vivir con su amo, por eso Kau no puede haber, y Kau debe mantener por siempre con el el secreto de su amo y de quienes le criaron, por eso no puede hablar. Kau no recuerda porque tiene esto... pero... una vez le dijieron a Kau que era un 'paquete'."

Explico confundido, dejando la mano que tenia libre sobre la cicatriz de su abdomen. Las explicaciones de porque sus parpados estaban cocidos y porque sus cuerdas vocales habian sido desgarradas y destruidas, era mas facil de entender, pero era complicado entender la procedencia de la cicatriz de su abdomen.
Las personas que habia "cuidado" de el, aunque mas que nada, que lo habian criado y entrenado, estaban implicados en redes de trafico de drogas y lavado de dinero, lo mas probable es que el haya sido usado como un medio de trasnporte muchas veces.
Cuando el Doctor tomo las fotografias, pudo notar que escrita de una de estas decia.

" ¿No se ve hermoso en su dolor?."

Spoiler:

Permaneció impasible ante las palabras de Aaron, le irritaba el simple hecho de que no hubiese llevado a su humano a un hospital, donde los estudios habrían sido más rápidos y donde podrían diagnosticarle apropiadamente y darle tratamiento, pero bueno; la mayoría de los vampiros tenían manía por solicitar ayuda privada antes de recurrir a otros sitios, y eso implicaba levantar sospechas; sin embargo, existían hospitales dirigidos por vampiros... Amén.

Suspiró y tomó de la mano del chico aquellas fotografías, restándole importancia a las heridas y amarres, eso era lo de menos, pues habían cicatrizado; era inservible aquella información. Ningún médico de aquellos le había tomado una fotografía a sus ojos o a su garganta, de modo que no podía saber a ciencia cierta hacía cuanto tiempo había ocurrido eso, hacía cuanto que habían sanado; que tratamiento había llevado para conseguir alimento apropiado a una herida de esa índole. Miró los párpados cosidos con atención. El tejido había absorvido las puntadas, de modo que el hilo se había introducido en la carne, por lo tanto, sería una operación dolorosa y riesgosa, incluso insatisfactoria, no solo se trataba ahora de hacerle un transplante de corneas, sino incluso, operarle los párpados a fin de abrirlos de nueva cuenta quirúrgicamente.

-Mi nombre es Digabriello, soy italiano y vengo desde muy lejos por pedido de tu amo. No te haré daño, me encuentro en desventaja de número, en un país distinto al mío con reglas y leyes diferentes; y aparte, estoy en el dominio de tu señor; bajo la tierra de otro vampiro, un extranjero nada puede hacer.- Mentira. Había mentido. Siempre mentía para confortar, pero aunque lo que hubiese dicho con entera seguridad era completamente cierto, esa regla se rompía para los antiguos, ellos podían hacer y deshacer; moviéndose a sus anchas por el mundo, sin obedecer ninguna ley ajena, pero de decirle aquello al muchacho, le habría inquietado más.- No podría venir desde tan lejos solo para ser asesinado si me atrevo a hacerte daño, pequeño.

Se inclinó un poco más sobre el chico, sin tocarlo, únicamente examinando superficialmente su cuerpo. Había pasado demasiado tiempo, las heridas habían cicatrizado; algo de anemia, un poco de desnutrición y debilidad por la luz, quizás alergía al sol; pues su excesiva palidez revelaba que había carecido de vitamina E. Un muchacho muy enfermizo si no se exponía a un clima frío, oscuro y seco. Su dedo medio le levantó sutilmente la barbilla, y la yema de su índice se deslizó por su yugular, buscando las marcas de colmillos de Aaron en él.

-Una verdadera insensatez alimentarse de una criatura enferma... -Divagó, presionando con el pulgar, con cuidado y delicadamente, negando con suavidad. Suspiró y llevó su pulgar hacía los ojos del muchacho, presionando sus cuencas con sumo cuidado y esperó un movimiento de sus orbes, lo que delatara que seguían siendo útiles quizás para un transplante. Después de ello, retrocedió y con cuidado, tomó a Kau por los hombros, sentándole sobre un sofá. Acto seguido, le tomó la presión.- Está demasiado pálido, pero no puedo decir que se deba a su anemia, sino a la falta de sol. Tiene los glóbulos rojos por debajo del nivel normal, necesitas alimentarlo mejor, si es cierto lo que estoy pensando... hablaremos después del asunto.

Si pretendían dejarlo nuevamente a la luz del sol, tardaría un par de años en habituarse a esta y no completamente, por otro lado, sus ojos podrían sufrir un severo trauma de exponerse a un foco de 40 watts como si mirase al sol.

-Aunque creo ilógico que tu amo lo considere, ¿que piensas tú de todo esto? ¿Quieres volver a hablar y a mirar? -Ambas cosas traían sus pros y contras, pero él no era experto en la psicología aunque lo había estudiado. La opinión del muchacho era lo que importaba.

La idea de llevar al chico a una institución medica siquiera se le había pasado por la cabeza, un joven con aquellas cicatrices era claramente de sospechosa procedencia, no era una enfermedad u herida normal lo que padecía, por lo tanto prefería la confidencialidad de llamar a un médico de renombre como aquel para que fuera a verlo a su domicilio. Era menos riesgoso y además más cómodo. Por otro lado le parecía menos estresante para Kau aquello que trasladarlo a una clínica, donde desde el comienzo lo someterían a varios estudios y sería manipulado por distinto personal, lo cual obviamente lograría alterarlo más debido a lo que había acontecido a su pasado, desde todo punto de vista era mejor así.

Observó como el médico lo tranquilizaba con aquellas palabras, y luego procedía a examinarlo apenas tocándolo, tan sólo observando sus cicatrices y el tono de su piel. Frunció levemente el ceño ante sus palabras pero prefirió no iniciar una discusión sin sentido, un sujeto como aquel que no poseía esclavos de sangre, quien sabe porque motivo, seguramente no comprendería el rol que el muchachito desempeñaba en su vida. No planeaba darle explicaciones, tampoco se las debía, pero no le cayó demasiado simpática esa critica, por otra parte tampoco sabía que estaba enfermo cuando lo trajeron, sin bien no era un hico normal (y eso estaba a la vista) parecía bastante fuerte y activo como para estar realmente mal, además había probado su sangre en varias ocasiones ya y de tener alguna infección sanguínea se habría dado cuenta. Se recargó contra una de las paredes de la habitación aguardado a que terminara con aquella revisación esperando por un diagnostico de su cuadro.

Era lógico que sufriera anemia después de todo hacia poco tiempo había legado allí y de seguro hasta antes de eso no había recibido una buena alimentación, tal vez a eso se debía que fuera tan delgado en caso de esta deficiencia alimentaría venir desde su nacimiento. La baja en sus glóbulos rojos era posible que tuviera que ver con que se alimentaba de él, pero no lo hacía con la suficiente periodicidad como para causarle un daño a su sistema, hacía años tenía esclavos humanos y sabía cuando parara y darles un descanso.

Escuchó luego la pregunta que le hizo al menor, era obvio que lo había llamado con las intenciones de que hiciera lo posible por recuperar sus sentidos dañados, tal vez había alguna forma de reconstruir sus cuerdas vocales y hacer un transplante en el caso de sus ojos, pero la verdad poco sabía en materia de medicina como para opinar. Por otra parte no se había puesto a pensar en lo que Kau quería, tal vez era feliz así, después de todo se había acostumbrado a vivir en la oscuridad y no quería cambiar aquello, no podía saberlo.

-¿Cree que puede hacerse algo para revertir su ceguera y su incapacidad de hablar? –preguntó al otro vampiro al notar que no había dicho nada específico al respecto, además quería saber en caso de que la respuesta fuera afirmativa si todo aquello podría realizarse dentro de su palacio, podía ocuparse de traer todo lo necesario, de acondicionar una sala como quirófano y otra como enfermería para que luego descansara, no había problemas al respecto, seguramente el otro aceptaría realizarlo de auel modo por una buena cantidad de dinero.

Se mantenia tranquilo mientras el Doctor le observada, aunqe interiormente estaba bastante inquieto. Estaba acostumbrada que en las visitas de los doctores ahi donde habia vivido anteriormente, siempre lo amodazaban, lo amarraban y lo ponian en variadas posiciones vergonzosas para revisarle; en cambio ahi, no hacian nada mas que observarle.
Escucho como el Doctor le hablaba de él, no sabia que era Italia, pero si notaba en su tono el que no le haria daño, sonriendo suavemente ante esto.

Cuando el vampiro toco suavemente su menton, instintivamente levanto levemente el rostro, ladeando levemente este para dejar mas al descubierto su cuello. Se estremecio levemente al sentir el suave roce que dio el joven al tocar su yugular sobre la sensible piel de su cuello, ante lo que reacciono cubriendose el cuello rapidamente con una mano. A pesar de lo que habia dicho el mayor, no podia arriesgarse a que este quisiera morderle, aunque ambos vampiros presenten sabian que no lo haria, no queria arriesgarse, por lo que mantubo ahi la mano. Miro volteo con cierta preocupacion el rostro hacia el de su amo al escuchar lo que Digabriello le decia a su amo, sin entender del todo que habia de malo que se alimentara de el, despues de todo, seguia vivo y nunca habia bebido tanto como para dejarle sin poder siquiera levantarse, todo lo contrario esa siempre considerado con el a la hora de beber su sangre, le dejaba mantener con el mientras recobraba la fuerza, y es cando aprovechaba a acurrucarse en su pecho. ¿Qué de malo habia con eso?

Los musculos de ss parpados, al sentir la leve presion, se contrajeron levemente en una simple reacciones, mas sus ojos se mantubieron inmoviles, se habia acostmbrado a no moverlos, y no penso que deberia hacerlo. Se dejo guiar hacia el sofa con suma tranquilidad, nunca habia llevado tan bien una revision, nunca le habian tratado con esa delicadeza a la hora de que revisaran su cuerpo con propositos medicos. Toco curioso el aparato que tomaba su presion, extrañado ante la presion qe causaba aquella venda qe causaba una fuerte presion en su brazo.

Al escuchar la pregunta que el doctor le formulaba, agacho levemente la cabeza, tratando de recordar. ¿Habia sido capaz de hablar y vez alguna vez? No recordaba en lo absoluto, pero lo mas probable es que algna vez, en su prematura niñez hbiera sido capaz de ver, ya que con tocar las cosas podia hacerse una imagen de ellos, pero hablar era menos probable, su mente solo imitaba palabras que el escuchaba y las ponia en el orden lo mas coherente posible para ayudarle a comunicarse. ¿Como seria hablar y ver? No podia imaginarse... pero si habia algo que queria hacer.

"Kau quiere ver a su amo."

Era lo unico que queria, un deseo claro y preciso, pero el cual podria tal vez no ser cumplido. Todo dependia de aquel hombre que le examinaba; levanto el rostro hacia él, esperando que le diera una respuesta. Su curiosidad le llevo a levantar las manos hacia su rostro con la intension de reconocerle, mas solo las mantubo levemente levantadas, esperando a que el vampiro le diera su consentimiento.

-Los humanos, sin ánimo de ofender... son los únicos animales que destruyen antes de conocer... Después de todo, nunca he visto a un chimpancé destrozar un coco para olerlo y quizás consumirlo; únicamente su olfato le guía a buscar lo que es comida y lo que no. O una ardilla, está no destrozará las nueces del nogal... Incluso los monos primero tocan y si esto les ataca solo se alejan.. -Murmuró para sí, divagando mientras anotaba algunas cosas en un minúsculo cuaderno antes de levantar la vista.- Divagaciones mías...

Se incorporó, dejando al muchacho sentado y observó hacía Aaron, conciente de todo lo que este había pensado, pero limitándose a continuar con su trabajo. Observó al chico y sonrió a mitad de labio. Necesitaba que lo llevasen a un hospital, había hospitales de vampiros donde sería bien atendido y la poca asistencia que tuviese en casa sería escasa, sino es que nula.

-Tipo de sangre? Es alérgico a algún medicamento? Cuantas operaciones tuvo previamente? Hace cuanto? Padece alguna enfermedad crónica? Tiene familiares con hipertensión? Sida? Cancer? Diabetes...? -Miró al chico y negó, observando de reojo al otro.- Bien, lo importante ahora es hacerle un examen de sangre, de orina, de eses fecales y un perfil hormonal. Necesito que me tenga listo su historial clinico con fotografías antes y después de la operación de ojos y garganta.

Se inclinó mirando nuevamente al chico, pensando que mucho de lo que quería hacer en ese momento era inútil si no contaba con el equipo y ayuda adecuados.

-Tiene probabilidad de volver a mirar a través de un transplante, por supuesto que tenemos que ver que su cuerpo no rechace el transplante ni sea alérgico a ninguna anestecia o medícamento y por supuesto antes de eso siquiera; controlarle la anemia. La falta de sangre podría acabar en leucemia. -Replicó frunciendo el ceño observando las cicatrices en la garganta.- No puedo decir lo mismo con las cuerdas vocales, pues desconozco hace cuanto fue la operación y si estas han cicatrizado en su destrucción...

Se levantó, retirándose los guantes quirúrgicos.

-A fin de cuentas, un vampiro bien podría haber leído su pensamiento y a través de la tortura o lenguaje a señas, haber comprendido lo que su boca trataba de decir. Los mortales son tan ingenuos....