Hogar? (Libre)

Con el paso de los años, las décadas y los siglos, solía perderse la cuenta de cuanto tiempo había permanecido en el mundo, indudablemente, quitándose o aumentándose años; puesto que no llevaba una cuenta fija, o al menos eso le ocurría a muchos como él. Afortunadamente, aún conservaba las bitácoras de su padre cuando era médico, justamente donde había registrado su fecha de nacimiento, un dato exacto que dudaba que otros vampiros poseyeran; y a partir de los manuscritos de Giuseppe Rosolli, su hijo había tomado el ejemplo de llevar los propios y así, podía decir con precisión cuantos siglos, décadas y años cargaba a sus espaldas.


Por otro lado, había vampiros que poseían más edad que él y ellos merecían ser llamados Venerables, pero como ya se lo habían explicado tiempo atrás en La Corte de las Máscaras*, un vampiro antiguo no era considerado como tal si no llevaba consigo conocimiento, experiencia y madurez; pues no bien había unos que realmente tendrían una edad considerable y continuaban comportándose como vampiros neo natos... y por si fuese poco; el propio Digabriello había sido mordido por un antiguo dirigente a quién, el paso de los siglos había enloquecido a tal grado de buscar el suicidio.
Por supuesto que esto representaba para Digabriello una gran sorpresa, comparándolo con el adefecio pútrido que lo había mordido en aquella ocasión. Amén de seguir recordando su pasado.

Y ahora él se veía condenado a ocupar el sitio de antiguo, más por sus conocimientos, experiencia y madurez que por la edad que pesaba ya sobre sus hombros. Siendo un hombre curioso y adaptable, los nuevos siglos con sus modas y tendencias le habían arrastrado cual corriente, en vez de sumergirle al borde de la locura sin que pudiera salir más.

Y ahora se encontraba de vuelta en el viejo mundo, repasando los gajes del oficio de médico, atendiendo a un cárdenal que pronto expiraría; o mejor dicho, había expirado sin que él nada pudiese hacer sobre el cual, la muerte había depositado su beso.