Atto finale. [Libre]

¿Qué estaba haciendo en Italia justo ahora? Bueno, acababa de salir de una función de teatro sumamente recreativa. ¿Por qué estaba en el viejo continente cuando tendría que estar en América trabajando en el laboratorio? Pues bien, viajes como estos se daban de vez en cuando, quizás porque el remordimiento de estar tan alejado de su único hijo, hiciera mella en el corazón de su padre y decidiera enviar por él para estar aunque fuera solo un rato al lado de su primogénito. Eso había ocurrido esa mañana y durante gran parte de la tarde, pero cuando el sol comenzó a tornar las escenas de la ciudad de Milán en un cálido color naranja, su padre debió regresar a sus asuntos diplomáticos y él por su parte, quedo solo en una ciudad como aquella, tan viva, la metrópoli italiana, no había mucha diferencia en su estructura con otras grandes ciudades que hubiera visitado, al menos no coincidía del todo con el estilo antiguo de las otras ciudades famosas del país, la gente era lo único que cambiaba siempre en cada uno de sus viajes.

Ser el hijo del embajador de Rusia también traía consigo ciertas ventajas, como por ejemplo, quedarse en el palco. “Otello”. Ese había sido el nombre de la obra que se dedico a escuchar atentamente para poder distraerse por un momento. Traición, celos, envidia y al final mueren los personajes principales, típico de Shakespeare y aun así sigue siendo una gran obra.

Se levanto de su sitio, dispuesto a marcharse, aunque su vista, ahora sin la atención puesta sobre la finalizada opera, divagó entre las estructuras del antiguo teatro, y aunque la mayoría de la gente ya se había retirado, su marcha se retraso por la típica curiosidad que siempre demostraba para con las cosas más peculiares. Y se dio cuenta que, después de todo, un edificio de ese tipo podía llegar a verse algo tétrico durante la noche.