Arena blanca... [Libre]

La sesión se había hecho mucho más larga de lo previsto, los productores deseaban algunas tomas con el sol poniéndose en el mar, aquellas costas con sus aguas azules tenían la peculiaridad de que mostraban un increíble atardecer detrás de las olas marinas, el sol parecía fundirse en el mar hasta apagarse y desaparece dando lugar a su hermana la luna. Era realmente maravilloso, pero por este motivo habían tenido que esperar a que este fenómeno se produjera acabando con la sesión cerca de las 9 de la noche. Mientras los fotógrafos se ocupaban de guardar el equipo Andrew subió a la camioneta donde se cambió de ropa, poniéndose unos jeans sueltos y una camisa playera, se despidió de sus compañeros de trabajo con un gesto vago de la mano y emprendió el camino de regreso. Se sentía bastante agotado, desde temprano en la mañana había estado trabajando, y ahora quería descansar, tal vez luego de un delicioso baño iría a recorrer un poco de aquel pueblo costero que tanto le gustaba, no era su primera vez allí, pero nunca tenía el tiempo suficiente para conocerlo bien.

No se puso sus zapatillas y anduvo con los pies descalzos por la arena blanca de la costa, sentía aún la superficie tibia gracias a los rallos del sol algo húmeda más cerca del agua donde la espuma burbujeaba cuando la marea poco a poco crecía robando espacio a la costa. Era un paisaje realmente maravilloso, sin darse cuenta detuvo la caminata y se quedó de pie frente al imponente mar mediterráneo, sus olas rugían y se revolvían ansiosas y ya nada quedaba del caluroso sol que abrazaba el día, la oscuridad poco a poco iba ganando terreno dando su lugar a las primeras estrellas. Estaba completamente absorto en aquel paisaje, le gustaba dedicarse a observar cada pequeño cambio en la naturaleza con el lento correr de los minutos, como poco a poco iba modificándose con la cercanía de la salida de la luna llena. Distraído en aquello no notó que alguien se acercaba, con desconocidas intenciones…

Apenas el sol comenzo a caer, el rubio comenzaba a penas a despertar de su sueño.

Se encontraba en unas merecidas vacaciónés, no es que el resto de sus viajes no lo pareciesen, si no que esta ves no trabjaria en instituto alguno, no clases particulares, no nada, sencillamente vagar vagar y vagar, aprobechando la noche que caia sobre Corega.

Sonriendo se desperezo, y llendo a buscar algo con que llenarse temporalmente el estomago, mas para engañarse a si mismo mas que para alimentarse, pues la comida no le alimentaba, se dio una larga ducha, se dejo desarreglado el cabello, yu se dio el lujo de vestirse como tanto adoraba.

Un sombrero de copa adornaba su cabeza, una camisa con finas lineas verticales de color gris, rallaban una pulcra camisa blanca, semicubierta por un saco de terminacion en varias puntas, como halas de murcielago, con botones anchos y con escudos en ella, una corbada negra con decorado de cadenas y cruces que la decoraban, unos pantalones negros del mismo tono que el saco, y unos zapatos de charol bajos, perfectamente pulidos, metio un par de croqueras y estuches en un bolso gris de una sola tira, y colgandosela al hombre salío del departamento que arrendaba.

Ya su historial tenía marcado el hecho de que era -alergico al sol- por lo que lugar al que iba, no tenia problema con su extraño horario nocturno, mostrando una quemadura falsa que supuestamente había creado el sol, a quien no le creia solo con sus palabras.

De este modo corega era un paraiso personal para el de noche, con la poca vida que el lugar tenia, el mar era lo primero que queria ir a ver, y hasta alli le dirigieron sus pasos en una primeera instancía, sencillamente con el animo de buscar algo que retratar, algo distinto desde su última visita hacia mas de 3 decadas a ese lugar,'

Pero lo único distinto desde aquella ves, era una pequeña figura de negros cabellos que estaba en medio de la playa, mirando el març
-¿Es hermoso no?- Hablo amistoso, sin acercarse mas, para no intimidarle, o quiza, sencillamente para ver en todo su explendor aquel extenso mar.