Visita nocturna

Notre dame...Era el paraiso para los seguidores de la historia del arte mundial.
El rubio era amante de la arquitectura Barroca del siglo XVI, para el era sumamente facinante, la forma en que rompio el clasismo que había regido el mundo durante tanto años..., sus curvas, decoraciones, rosetones y montones de bitrales y frizos...sencillamente no pudo evitar ir hacía alli.
Burlo la seguridad con facilidad, abriendo las puertas y cerrando un poco los ojos, le dolía la cabeza entrando a lugares como ese, pero sin duda valia la pena, prendio las velas alrededor del altar y saco de su bolso un cuaderno de dibujo con un carboncillo, dibujaria el abside, y luego todo lo que alcansase antes del amanecer.

Entonces sintio un aroma familiar, y medio giro la cabeza pensando que los guardias abrian regresado, pero los pasos eran bacilantes y no difereciaba el suave aroma a polvora que tenian los que custodiaban ese lugar, volvio a su trabajo entonces, comenzando a valorisar las luces y sombras que las velas daban al altar, ignorando por completo la presencia de aquel que se acercaba a su lugar, almenos hasta que aquel estruendo le hizo girar la cabeza, notando a aquel chico confundido
- Buenas noches- Saludo amablemente colocandose de pie y guardando el carbondillo que usaa para dibujar, tras su oido, bajando un par de escalones para acercarse a él.

Mientras se sobaba la rodilla que ya estaba dejando de doler pues el golpe no había sido muy fuerte notó que aquella persona se giraba quedando de frente a él. No sólo eso, detuvo la actividad que estaba realizando para bajar las escalinatas del altar y comenzar a acercarse hacia donde él estaba. Consecuencia de la escasa luz y la distancia no podía distinguir muy bien sus rasgos, pero su andar era elegante, parecía un poco mayor de edad y obviamente de estatura. Evidentemente había interrumpido lo que fuera que el otro estaba haciendo y se sentía algo arrepentido por ello. –Siento haber interrumpido –musitó cuando el desconocido estuvo lo suficientemente cerca como para poder escucharlo. Se irguió y descansó una mano sobre uno de los bancos de bonita madera acariciándola. Ese sitio cargaba con tanta historia, tanta arte antigua cargada en su decoración era realmente impresionante. La verdad poco sabia del tema, no era experto en aquellas pocas, pero le agradaba simplemente apreciarlas.

Era extraño que alguien estuviera allí tan tarde y con las velas encendidas, pensó que tal vez era alguien que trabajaba allí, aunque no tenia el aspecto de un curo ni un monaguillo… No estaba muy seguro, pero le parecía algo irrespetuoso preguntar directamente, no quería que sonara como si lo estuviera regañando o algo así. -¿Trabajas aquí? –entornó los ojos intentando distinguir mejor sus facciones, las sombras le molestaban a la hora de definir mejor los rasgos ajenos, y sentía bastante curiosidad. Calló de repente en cuenta de que si él trabajaba allí seguramente lo reprendería por entrar a ese lugar sin permisos a altas horas de la noche, así que se excusó antes de que el otro pudiera decir nada. – Se que no esta permitido venir aquí tan tarde, pero sentí deseos de ver este sitio… me trae mucha paz…-casi sin darse cuenta llevó su mano al rosario que llevaba colgado de su cuello, hermoso y antiguo, pertenecía a su madre.

Parpadeo mirandole y nego con la mano y al cabeza al tiempo, sin borrar nunca esa amable sonrisa- En lo absoluto, soy solo un amante de la arquitectura- Respondío su pregunta, medio volteando el vuerpo y mirando el altar, y luego el techo con añoranza, como si conociese ese lugar desde hace muchos años...y lo cierto es que asi era, cerro los ojos rememorando cada momento que había pasado en esa gran iglesia de pequeño, entre los tantos viajes que llevaba con sus padres- Consegui un permiso especial- Mintío- Soy maestro de historia del arte y no pude aguantar hacer un par de bosquejos- Saco su cuaderno del bolsom, mostrandole el trabajo que había hecho, tanto de la fachada, desde la entrada y directamente frente a la misma.

-Supuse que el guardia cerraria cuando salí, pero parecen haber ido a dar un paseo ¿qué irresponsables no?- Bromeo de buen humor, sentandose en una de las bancas y mirando al otro bastante alegre, había comido ya esa noche, asique hambre no era precisamente lo que tenía, mas bien, curiosidad y unas enormes ansias de hablar con alguien, su infantilismo despertaba fervientemente luego de alimentarse- Mi nombre es Arcadio, un gusto- Se presento, estirando la mano hacía el, como era de noche, su baja temperatura no llamaria la atención.

Descubrió entonces que era profesor, aquello tenía sentido, cuando le extendió su cuaderno lo tomó y observó los dibujos que había realizado momentos antes, eran realmente muy buenos y expresivos, reflejaban lo que podía verse esa noche en la gran iglesia, pero a su vez tenían cierto toque personal que los distinguía. Sonrió mientras los observaba y se los devolvió ya mucho más relajado. Cuando él llegó la puerta se encontraba abierta, así que…-Supongo que olvidó cerrarla –dedujo sentándose a su lado en la banca de madera balanceando sus pies que quedaban en el aire, a veces su baja estatura le molestaba, pero aquello era una de las diversiones que le encontraba.

Cuando le ofreció su mano a modo de saludo la tomo respondiendo educadamente, aunque su respuesta fue sin pensar y tal vez algo irrespetuosa. –Es un nombre un poco extraño, es antiguo ¿no? –se encogió de hombros ligeramente restándole importancia al tema, no esperaba una respuesta en realidad, solo fue algo que se le vino a la mente al escucharlo. –Mi nombre es Andrew… ¿enseñas en un colegio por aquí? –sentía cierta curiosidad, el arte era de su interés, no por nada deseaba estudiar diseño, pero se sentía absolutamente falto de conocimientos en el tema, tal vez aquel hombre podía contarle cosas interesantes. Lo observaba con cierta admiración, después de todo también le gustaba dibujar pero no si consideraba ni la mitad de bueno que él, su trabajo mostraba haber estudiado mucho.

Se fijo entonces en él de forma detallada, tenía unas facciones bastante bellas y estaba seguro de haberlo visto en alguna parte, su piel era palida, no tanto como la propia pero palida alfin y al cabo, no se había dado cuenta de la diferencia de estaturas y rio un poco viendole jugar como un niño pequeño, parece que no era el unico infantil en ese lugar y eso le animaba un tanto- Mi madre me lo puso, creo que era el nombre de un bisabuelo o algo asi - Volvio a mentir, el mismo deberia ser su bisabuelo si se ponía a sacar cuentas.

Se apoyo en la banca relajado, mirando aquel lugar, sintiendo la respiración del chico a su lado y el siseo de las llamas de las velas aun encendidas, todo era tan tranquilo esa noche... Andrew...ese nombre era algo que se había iniciado por la fecha que nació, pero era sumamente popular...le encantaba ese nombre, sonrio volteando el rostro a su lado y soplo sus manos, fingiendo tener frio, actuar como un humano para los vampiros era un arte, que el disfrutaba actuar hasta en lo mas minimo- Bello nombre. Planeo pedir un empleo en la academia de arte nocturno de aqui cerca, viejo mucho en verdad, viendo obras de arte como esta- Alzo la mano, señalando la catedral en su inmensidad- Pero creo que me quedare aqui una temporada. ¿Te interesa el tema?- ¿Acaso una persona normal estaria en Notre dame tan entrada la noche? No lo creía, el chico parecía pequño....quiza unos 16 años o menos.

Se quedo mirando sus ojos entonces, eran de un verde bastante bello y trasparente y podía notar en ellos un interes por todo lo que el mismo hablaba, eso era un sí- ¿Ya haz pensado que estudiar cuando salgas?- Comento tranquilo, haciendo referencia a la universidad.

Sintió un escalofrió, por la puerta ligeramente entreabierta entraba algo de viento helado de la noche, tal vez había salido con poco abrigo, cerró él último botón de su saco y metió las manos dentro de las mangas de lana para intentar darles algo más de calor. Tenía el torso ligeramente inclinado hacia delante para poder ver a su interlocutor mientras conversaban, al sentarse las velas estaban algo más ceca y con su ayuda podía verle mejor. –Es un nombre original, el mío es demasiado común…-Siempre había pensando que su nombre le debía haber llamado la atención a su madre por ser de un origen diferente, o tal vez había sido su padre quien se lo había puesto en honor a algún antepasado, en realidad no lo sabía. Notó la acción del otro, también parecía tener frío, es que el clima estaba realmente helado en aquella época y sobretodo dentro de la enorme iglesia.

Así que era un viajero…debía de tener dinero entonces, lo envidaba un poco, uno de sus sueños eran recorrer el mundo visitando los famosos museos donde el arte de todas las épocas se exhibía como valiosas joyas, seguramente él había visto cosas que él a lo sumo había leído en libros. De repente descubrió que tenían bastante en común, evidentemente también estaba interesado en el arte. Por su comentario de repente cayó en la cuenta de que, como la mayoría, le daba mucho menos edad de la que en realidad tenía, frunció levemente el cejo y suspiró, no podía culparlo a todos les pasaba.

-Ya terminé la secundaria… aún no entro en la universidad, estoy juntando dinero para ello, por ahora me dedico a trabajar, pero mis planes son estudiar Diseño gráfico. –Se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja y descansó su espalda contra la banca de madera regresando la vista al precioso altar donde las velas se consumían con suma lentitud, era una imagen verdaderamente hermosa, mística. No podía identificar su acento, tenía la impresión de que no era de allí, pero no podía estar seguro. -Debes haber estado en sitios increíbles…¿no? –regresó la vista a su acompañante, en sus ojos podía verse el destello de la curiosidad- Dime, ¿has estado en Grecia?

Se avergonzo un tanto al verlo y junto las manos pidiendole perdon con una sorisa, antes de rascarse la cabeza, no penso que ya fuese mayor de edad....avergonzado se quedo mirando el altar tambien, sin saber que decir, tubo la tentación de acercarse al contrario y recostarse en su hombro, era una persona sumamente sociable y le gustaba el contacto fisico, pero probablemente le molestaria. Le gustaba el cabello y ojos del chico a su lado, a pesar de ser pequeño estaba bien proporcionado, lo único que le molestaba...era su tono de piel, algo tan muerto, un tono tan muerto y codiciado para aquellos que vivian bajo el sol disfrutando de la vida, parpadeo mirandole al oir su pregunta, se había perdido en sus pensamientos, sonrio pasandose a la banxca de adelante y sentandose alreves para quedar frente al chico- Sip, el partenon es increible y hay un monton de catacumbas... Bueno no se si lo sepas...antiguamente cuando recien nacio el cristianismo, este era perseguido tanto en roma como Grecia, asique los creyentes comenzaron a crear iglesias subterraneas, alli pnitaban cuadros religiosos los lugares eran estrechos y sumamente oscuros, a esos se les llama catacumbas- Comenzo a explicarle facinado, amaba la historia y adoraba hablar de ella a alguien a quien le interesase, comenzo a relatar un poco sobre la historia bizantina, deteniendose de pronto, quiza le estaba aburriendo- Lo siento, cuado comienzo con el tema no puedo parar-

Diseño grafico...conocíoa de que trataba....alguna ves intento estudiarlo, pero la tecnologia aun era demaciado para el, apenas sabia lo basico, y algo como las tabletas, los programas de diseño tan variados, opacidades, constrastes...todo para el no era mas que un gran dolor de cabeza. Según su opinion personal eso no era mas que una perdida de la verdadera naturaleza y dificultad que hacian bello el arte....pero no había de otra, el mundo avanzaba y el no queria quedarse atras- Conosco la carrer, pero no me llama....- Comento algo apenado, como disculpandose por su opinión personal- Se que te he visto antes...¿en que trabajas?

Escucho muy atento todo lo que el otro le contaba, siempre le había interesado Grecia, le llamaba la atención aquella cultura tan antigua, la cuna de la cultura, deseaba poder viajar allí algún día y ver esos lugares por si mismo. Se maravillaba con cada cosa que le contaba, le resultaba sumamente incesante. Levanto las piernas apoyando los pies sobre la banca de madera y abrazando sus rodillas apoyando el mentón en ellas, en parte porque sentía frío pero porque además se perdía así en su relato, dejando volar su imaginación imaginado cada cosas que le contaba. Era bueno hablando, y lograba imaginárselo, hacerse imágenes mentales de las cosas que le relataba, casi como verlas con sus propios ojos. Cuando se interrumpió disculpándose por aburrirlo enseguida negó fervientemente con la cabeza. –No, no me aburre, al contrario, es muy interesante, sabes mucho de cosas que a mi me maravillan. –no mentía se lo vería realmente contento y pasando un buen rato en su compañía. En ese sentido era un alumno incansable, siempre le gustaba saber cosas nuevas, sobretodo si era sobre sus temas de interés. Se sentía agradecido porque compartiera aquellas historias con él, de ser por Andrew podría quedarse toda la noche escuchándolo sin cansarse.

Sonrió un poco divertido ante su comentario de que el diseño no le gustaba demasiado-. Es bueno para las personas que no tenemos una gran habilidad a la hora del dibujo –respondió humildemente pero sin avergonzarse de ello. El ambiente estaba distendido y cómodo, lo cual era extraño, pues su personalidad normalmente lo hacía ser desconfiado y reservado, pero Arcadio había logrado ganar su confianza con aquella interesante conversación sobre el arte. Su expresión cambió un poco cuando le dijo que lo conocía, aquello era una de las cosas que le molestaba de su profesión, muchas veces le había ocurrido que lo siguieran por la calle para sacarse una foto con él, o ser acosado por las jovencitas cuando lo encontraban por casualidad en una tienda. Era alguien de perfil bajo, no le gustaba todo aquello, sólo deseaba limitarse a trabajar. Suspiró con cierta resignación y se llevó el cabello hacia atrás. –Tal vez… me viste en alguna revista, soy modelo –admitió con cierto pesar, no es que renegara de su profesión pero obviamente aquella no era su pasión sino más bien un medio de vida. Se sentina a su vez algo avergonzado, nunca había entendido que es lo que los productores de las campañas habían visto en él, se consideraba bastante común, pero esas personas veían algo en él que el joven no comprendía. Seguramente al otro le parecería algo bastante ridículo.

Sonrio contento de haber aceptado y acercandose un poco coloco una mano en su cabello despinandolo- Parece fastidiarte...-Aclaro mirandole de frente, sus ojos eran tan expresivos...enternecio su propia mirada y le sonrio, buscando animarle de algún modo...ese chico era agradable- Tu cuerpo es bastante propiorcionado en terminos graficos...tu tez es limpia, y tu rostro muy agradable a la vista, tus ojos llaman la atencion y tu cabello esta bien cuidado; No eres musculoso al punto de lo grotesco pero esta tonificado lo suficiente para hacerlo estetico- Le hablo de las facultades que poseia del punto de vista de la estructura- Si estuvieramos en la antigua Roma, seguramente serias atleta, y muchos querrian esculpirte, tienes una proporcion simetrica, matematica muy bellas...creo que cumples con el canon de belleza matematica, el cuerpo mide exactamente 7 cabeza y media- Sonrio gesticulando con sus manos para apoyarse, parandose el mismo y mostrtando como el media 8 cabezas, y su cuerpo era mucho mas delgado que el del otro- Lo único que me frustra de ti es tu pulcredad blanca....pero fuera de eso, me gustas- Solto sin mas, ese chico le gustaba, tanto por lo fisico como lo que le estaba dejando ver, sin mediar ni tener un freno en sus palabras siempre tendía a hablar todo lo que pensaba y muchas veces mas de lo necesario. Un viento helado pronto entro por las puertas haciendolas retumbar y las velas comenzaron a apagarse- Creo que es hora de irnos de aqui...Si es que no estas cansado, ¿gustas compartir un cafe conmigo? Yo invito claro- Le sonrio colocandose de pie a su lado, antes de ir hacia la vela que quedaba encendida y cogerla para guiarse a la salida, dejar algo tan peligroso en una catedral tan bella e inflamable...jamás, eso iba totalmente contra sus principios como amante de la historia. Salio entonces de la catedral, colocandose en la puerta, esperando a ver si el pequeño le seguia o no.

Lo observo parpadeando con sorpresa cuando el otro le explicó todas aquellas propiedades de su cuerpo que lo hacían un buen modelo matemático, sus proporciones, sus características… se veía que sabía mucho del tema, y sonaba sincero… la verdad lo hizo sentir un poco mejor, era el elogio más extraño que le habían dicho hasta ahora pero había sido más agradable que los demás. Se sentía bastante contento a decir verdad. Sintió un escalofrío cuando aquella correntada invadió la iglesia, vio a Arcadio ponerse de pie y escuchó su invitación, tenía razón en que no podían seguir allí más tiempo, hacía frío y no podría darse el lujo de enfermarse, tenía una sesión en Italia en unos pocos días. Aún no tenía nada de sueño, por el contrario aquella charla parecía haberlo desvelado aún más, así que no tenía mucho sentido regresar a su apartamento, además si lo acompañaba con un poco de suerte podría contarle más cosas interesantes sobre el arte…así que no dudó en aceptar la propuesta.

Se puso de pie bajando de la banca y lo siguió una vez que el otro tomó la única vela encendida que había resistido al viento helado, ambos salieron de la catedral y el menor cerró cuidadosamente la enorme entrada después de que ambos abandonaran el lugar. Comenzaron a caminar por la calle solitaria en silencio, la temperatura era baja, pero era lógico pues era invierno, esperaba que el café a donde el otro lo estaba guiando no estuviera muy lejos. A esa hora no había muchos sitios abiertos, así que entraron a la primera cafetería que vieron iluminada, dentro había algunas personas conversando mientras bebían infusiones calientes. Se sentaron en una mesa libre cerca de la ventana y aguardaron a que los atendieran. Andrew se quitó su abrigo dejándolo en el respaldar de la silla antes de sentare y luego aguardó paciente.

Una camarera se acercó enseguida a tomar su pedido, miró primero al menor quien pensó un instante antes de decidir. –Un vaso de leche tibia por favor –no era amante del café, y a esas horas le sentaba bien algo como eso. Volvió la vista al rubio esperando que el ordenara.

A distancia ya habia sentido el aroma a cafe, y salio de la catedral fingiendo iniciar un camino erratico, como si no supiera a donde se dirigia cuando la verdad, sabia exactamente la direccion que debía seguir, miro distraidamente a su acompañante, la luz de los faros le daban una apariencia casi fantasmal a esa fina, tersa y palida piel de un vivo...si lo viese a distancia, probablemente le confundiria con euno de ellos.

Se metio a la cafeteria viendo al pequeño instalarse de inmediato en una mesa desocupada y le siguio tranquilo, despojandose de su abrigo, dejando mostrar una vestimenta, si bien clasica, mezclado con gran parte de adornos y decoraciónes actruales, de forma armonica y bastante curiosa. Una camisa de estilo antiguo, con un saco imitaacion antiguo, con una corbata de decoracion de cruces y contrstes de blanco y negro delineabn a la perfeccion la esbelta figura del rubio, haciendo destacar aun mas sus ojos verde pantano y su cabellera rubia platinada- Pedire lo mismo que él- Señalo a la camarera de forma amable, lo saboreaba pero de igual modo acabaria vomitandolo asique no habia problewma en lo que tomase, y le haria causa comun a su interlocutor.

-Ahora que lo pienso...¿No te regañara tu representante por no dormi?¿ Y no es algo irresponsable de tu parte, aceptar la invitación de un extraño?- Para el era normal, como vampiro, podia protegerse de todo,oh bueno...casi todo- Pero supongo que eso no es de mi incunvencia, no respondas, la verdad deberia agradecer que me acompañases, no me gusta estar solo- Comento amable mirandole, y apollando los codos en la mesa se inclino hacia adelante, mirandolo, beber de el seguramente seria un placer...pero...bah queria hablar un poco mas con él.

Observó a la mesera retirarse en busca de sus órdenes y regresó la vista a su interlocutor, algo extrañado de que pidiera lo mismo que él pues no era muy común. Ladeó ligeramente la cabeza ante sus comentarios, le resultaron algo gracioso, después de todo apenas lo conocía y ya estaba dándole consejos, no se lo tomo a mal, pero no le agradaba que le dijeran que debía hacer, por esta vez lo dejó pasar y simplemente se encogió ligeramente de hombros. Aunque el otro le dijo que no era necesario que respondiera deseaba hacerlo.

-No tengo trabajo mañana, y además no tengo ni un poco de sueño, preferí salir a caminar un poco que quedarme dando vueltas en la cama inútilmente –le sonrió a la mujer que les alcanzó su pedido y bebió un sorbo de leche pasando la lengua después por los labios para quitar cualquier rastro del liquido blanco y tibio- Y se cuidarme bien sólo, los “extraños” no me asustan –tal vez era un poco inconciente de su parte, y la realidad es que nunca aceptaba invitaciones de desconocidos sobretodo porque al ser una figura conocía era verdaderamente arriesgado, además no era su estilo, pero aquel sujeto lo había cautivado con su charla, y deseaba escuchar más historias, pero esto jamás lo admitiría en voz alta. Bebió otro sorbo de leche y apoyó distraídamente un codo sobre la mesa de modo de estar más cómodo.

-¿Tu no duermes en la noche? ¿No tienes nada que hacer mañana temprano? –preguntó por su parte respondiéndole al regaño de antes, después de todo era justo hacerlo. Su confesión sobre la soledad el sorprendió un poco, después de todo aunque había momentos en que a él tampoco le agradaba encontrarse sólo no era capaz de expresarlo tan abiertamente. –Bueno… no me molesta hacerte compañía por un rato –respondió sinceramente dedicándole una fugaz y pequeña sonrisa, aunque su rostro rápidamente volvió a tornarse serio como de costumbre. Era extraño el modo en que el otro lo miraba, por momentos era como si sus ojos lo traspasaran.

-Aunque digas eso- Comenzo a regañarle serio, recordando lo que acababan de comentar sobre los extraós- Hay gente peligrosa alli afeura..que no dudaria en hacerte cosas muy malas, deberias cuidarte un poco mas...- Le regaño cual padre a su hijo, a lo largo de su vida había visto cosas espantossas que ninguna persona desearia haber visto antes, no hablaba por hablar, hablaba con la verdad.

Mas pronto cambio su e expresion, sonriendole de forma encantadora, el pequeño tenía agallas por lo que se veia,
miro el liquido que la mujer trajo, sin desconfianza ni nada, podía
saborear y comer, pero no le llenbaba en lo absoluto, bebio un sorbo
fingiendose estremecer- esto si te calienta el cuerpo..- todo lo que comiese le calentaba su cuerpo la verdad, pero fingir un poco nunca estaba de mas, lo miro risueño-
Tengo un...problema a la pie... ¿conoces esos niños que se descascaran
con la luz del sol? tengo algo similar, pero puedo controlarlo con
medicamentos- Comenzo a relatar una historia tantas otras veces
contada, palabra tras palabra, mentira tras mentira, en eso se basaba
toda su vida- Aun asi, prefiero no exponerme al
sol... cambie mi horario hasta poder pasar la noche despierto y dormir
en el dia es algo incomodo pero...vamos, uno se habitua a lo que debe
vivir- Entristecio un tanto su mirada entonces, solo para reafirmar su mentira- por eso paresco un muerto- Bromeo.
Notando esa pequeña sonrisa- sonrie otra ves- Pidio de forma infantil, cogiendo de su bolso un cuaderno de dibujo, como si quisiera retratar esa escena nuevamente y lo cierto es que asi era-

-Tienes una bellicima sonrisa....¿me permitirias retratarla?-

Se cruzó de brazos ligeramente enfadado por ese comentario, actuaba como si le importara lo que pudiera pasarle, como si se preocupara por él y aquello era totalmente imposible pues apenas lo conocía. No era un improvisado, y sabía bien de las cosas malas que pasaban en todas partes, no es que hubiera vivido en un mundo de cristal hasta ahora, había pasado por muchas cosas a su corta edad y muchas veces había tendido que aprender a defenderse por la fuerza. Pero él no sabía nada de eso… y le molestaba que lo juzgara sólo porque se veía como un niño. Chasqueo la lengua y desvió la mirada hacia fuera para no mostrarse tan enfadado y ofenderlo. Sentía que el otro fingía aquella repentina preocupación pues, exceptuando a su padre, nadie se había preocupado sinceramente por él, era algo que no concebía. –Ya lo se –refunfuñó moviendo apenas los labios, y hablando en un tono bastante bajo-No soy un niño, se como son las cosas, pero estoy más que habituado a cuidar de mi mismo, y hasta ahora no me ha ido tan mal.

Suspiró y tomó el vaso con ambas manos para entibiarlas y tomó otro sorbo de leche, el frío comenzaba a desaparecer, además ese sitio tenía la calefacción fuerte y eso era bueno. Regresó la vista al contrario y escuchó atento su respuesta, sintió sincera pena por su condición, debía ser triste vivir así, sin poder andar bajo la luz del sol, obligado a vivir en la noche y la oscuridad, sonaba como una verdadera novela de terror. Se olvido por completo de su enojo anterior, dejó el vaso sobre la mesa y extendió su mano hasta la mejilla del rubio sin siquiera pensarlo y la toco con la punta de los dedos, como queriendo comprobar aquella triste historia. No podía definirlo, pero sentía algo extraño en ella, a pesar de ser suave era algo más dura que lo normal, y de un blanco aún más pálido que el de la suya, era lógico, nunca había sido expuesta a la tibia luz del astro luminoso.

-Debe ser muy triste…-murmuró apartando despacio su mano, intentando imaginarlo aunque fuera por un momento, pero le resultaba difícil. De repente sus mejillas se tiñeron de un suave rosado al escuchar su pedido, aquello era realmente vergonzoso- ¿Qué? –no estaba seguro de haber escuchado bien, pero el otro insistió con su siguiente pregunta. –Eh…¿Estas seguro? –miró hacia todos lados, como si planeara huir o algo así, la verdad es que nunca lo habían retratado. –Pero… no se que tengo que hacer.

Siempre era igual....lastima, estaba acostumbrado a ese sentimiento cuando relataba su fingida condicion, y solo cerro los ojos dejandole acariciar a gusto, asintiendo y solo dandole una gran sonrisa a modo de fuerza- como estoy acostumbrado realmente no es nada, no es como si conociera la vida bajo el sol para extrañarla- No la recordaba ni le interesaba recordarla, se acabo por quitar el saco que traia tambien, dejandose solamente en aquella extraña y anticuada camisa, mirando al otro con un gran interes.

-No nececitas hacer nada para un retrato, sencillamente sonreir, o incluso puedo hacerlo mientras charlamos si te sientes mas a gusto- Le explico, en su condicion de vampiro podia notar mas a gusto cada detalle y todo era mucho mas simple a la hora de dibujar, sin tantos fallos ni diferencias entre un rostro, de proporcion, distancia y grosor- Es mas facil que una fotografia, pero mas lento.

Asintió permitiéndole que lo retratara, después de todo se sentía elogiado porque alguien con sus habilidades quisiera hacerlo, además se sentía un tanto intrigado en ver como era aquel dibujo de su rostro. –Esta bien si lo haces mientras conversamos–aceptó tomando el vaso y bebiendo otro poco de leche, no deseaba quedarse callado y quiero como los verdaderos modelos de los pintores, le resultaría difícil e incómodo. Vio al rubio preparar todo para realizar su tarea y luego comenzar con los primeros trazos, intentó ver lo que hacía pero luego pensó que sería mucho mejor observar el trabajo terminado así que regreso sus ojos claros al rostro de su acompañante.

Para Andrew aquello era algo nuevo, no tenía amigos, y por lo general era mas bien solitario, no sabía muy bien como relacionarse con la gente, como entablar una conversación sin resultar aburrido, le era difícil pensar en esa clase de cosas, por lo que por momentos los silencios entre ellos le incomodaban un poco. –Tienes una gran habilidad para el arte… me gustaría ver el resto de tus obras algún día, ¿sólo dibujas? ¿O también haces otras clases de arte? –sentía cierta curiosidad por aquello, y sinceramente deseaba ver mas de sus trabajos, le habían gustado mucho los bosquejos que vio en la catedral.

Son riente saco de su bolso un trozo de carton colocndolo sobre la mesa, y encima del mismo coloco un cuaderno de croquis, un estuche de metal sono al quedar sobe la mesa y al abrirlo se pudieron ver una gran cantidad de lapices, carboncillo, Hb, B, H, Sangria, Dermatograficos entre otros...para hacer un retrato simple tendía siempre a hacerlos con tonos negros sobre papel claro pero....queria hacer algo diferente esa ves, asique cambio las hojas hasat llegar a la otra mitad del cuaderno, donde las hojas se volvian negras y cogiendo un carboncillo blanco comenzo a retratar las facciones mas basicas, comenzando por la naris para seguir con el resto de su rostro, contento con su trabajo.
-Me alaga que digas eso...Tambien hago pinturas y esculturas- Pronuncio calmado, levantando los ojos de forma efimera al modelo solo para ver detalles pequeños, tenía un rostro curioso, no estaba precisamente retratando su sonrisa si no sus ojos, era algo curioso...¿como representar toda esa trasparencia? era un reto sin duda pero lo lograria lo mas que pudiese.

Pidio a la camarera si podia traerle una pajilla para tomar su bebida mientras dibujaba y asi no distraerse de su tarea, era un artista insaciable, cuando queria dibujar algo no paraba- Por cierto...¿qué hacias en notre-dame tan tarde? No es algo que una persona normal haria verdad? Te interesa algo en especial de esa catedral?- Dar sus conocimientos no era un orgullo para quien los recibiera, si no para el mismo darlos....era verdaderamente increible poder explayarse en algo que amaba y aprobechaba cada oportunidad para hacerlo, y si la persona que escuchaba aprendia, era aun mejor para él...pasar los conocimientos a traves del tiempo era su vocación.

Permaneció en silencio un rato bebiendo cada tanto un sorbo de leche que le proporcionaba ese agradable calor a su cuerpo, se sentía cómodo en aquel ambiente, en compañía de un artista que no sólo le había contado cosas muy interesantes sino que además ahora lo hacía participe de sus obras. Era realmente un honor, y estaba muy feliz, había sido una gran suerte encontrarse con él. A pesar de que estaba acostumbrado a ver su rostro en el papel en las páginas diarios y revistas o a veces en algún anuncio en la televisión aquello era completamente diferente, era ser visto a través de ojos ajenos y que sus facciones fueran interpretadas por un artista… sentía curiosidad por ver aquel trabajo terminado, en verdad. Cuando escuchó que tenía también pinturas y esculturas se le escapó otra pequeña sonrisa, algo bastante fuera de lo común en él, normalmente era bastante serio. -¿Podría verlas? Si no es mucha molestia… me agradan ese tipo de cosas. –esperaba que no le resultara molesto, pero sentía deseos de conocer más de su trabajo.

Al escuchar su pregunta se encogió un poco de hombros y bebió otro sorbo de leche.- Puede que no sea algo muy común…pero me gusta ese sitio, me parece impresionante, además hacia frío para quedarme al aire libre… y no podía conciliar el sueño. Además mis padres se conocieron allí, me contaron la historia un millón de veces, es bonito ir e imaginar como fue aquello…- dejó el vaso vacío a un lado y recargó sus brazos sobre la mesa apoyando el mentón sobre ellos. Tal vez era cierto que no era algo muy normal, después de todo siempre que iba a esas horas la encontraba desierta.-Me gusta más ir de noche porque durante el día esta repleta de turistas y hay mucho bullicio…además soy raro, no tiene nada de malo que haga cosas extrañas –recargó la mejilla sobre sus brazos cómodamente mirándolo mientras dibujaba.

Se incorporó de repente y apoyó la punta de los dedos contra el vidrio frío de la ventana, abriendo un poco más los ojos al ver lo que ocurría afuera, había notado que hacia mucho frío, pero no imagino aquello. –Esta nevando…-murmuró más para si que para su acompañante, siempre le había gustado la nieve, le resultaba maravilloso ver como iba cubriendo todo de blanco.

Escucho todo atento y una pequeña risa escapo de sus labios, y no precisamente por la actitud que tomaba el pequeño con ese tema, si no por que sus propios padres se habían conocido en Notre-dame tambien...solo que cuando apenas era un projecto del nuevo orden Barroco, se llevo la mano a la boca y cubrio su sonrisa, antes de volver a trabajar, entonces vio esos ojos....ilusion, pura e inocente ilusion por un fenomeno climatico, rapidamente paso a otra hoja y comenzo a bosquejar rapidamente, alterando su vista del papel al modelo sin dejar en ningun momento de trazar- Eso parece....¿es bello no?- Busco mantenerlo entretenido un poco mas...solo un poco más mientras acababa....

Sonrio de lleno, amaba los bosquejoz, y ese en lo personal, le había dibujado de perfil, las puntas de sus dedos se lograban ver y la encantadora sonrisa y vivaces ojos del humano se veían tan reales como si pudiese moverse en cualquier segundo, luego volvio a pasar a la primera hoja acabando su primer retrato, este mas detallado y con muchos mas juegos de luces, enfocandose un monton en sus ojos y boca...se relamio los labios al bosquejar su cuello, ya había comido esa noche, pero aun asi...se le antojaba un bocadillo, y saiba que eso no era bueno para su nuevo acompañante- Ya esta- Declaro triunfal, colocando el cuaderno frente al chico para que pudiera verlo a gusto, guardando sus instrumentos de dibuo en su bolso, tambien el trozo de carton- Pasa a la pagina siguiente, te llevaras una sorpresa- Atras estaba el bosquejo de cuando vio la nieve por la ventana.

-Tengo algunas obras en el piso en el que me quedo, si gusts podemos ir hasta allí- Le invito terminando su vaso de leche y mirando hacia afuera-

Tan sólo asintió moviendo apenas la cabeza ante el comentario del otro, estaba prácticamente hipnotizado viendo como caían los copos de nieve y de a poco cubrían la calle, las casas y los árboles. Recién apartó la vista del exterior cuando el rubio le dijo que el retrato estaba terminado, lo miró y se encontró con el cuaderno frente a él, lo tomo entre sus manos y lo acercó para poder ver bien aquel dibujo, estaba sorprendido, era realmente bonito, mucho mejor que cualquier fotografía pues parecía estar vivo. Sus ojos tenían expresión y cada detalle estaba perfectamente captado, se sorprendió de sus habilidades tanto como de su velocidad par hacer algo tan bonito, realmente era un artista con talento. El hecho de que estuviera trazado en un fondo negro lo hacía distinto a otros dibujos que había visto antes, era particular, extraño y especial, realmente le había gustado. Siguió sus indicaciones y dio vuelta la hoja para ver que había allí llevándose una segunda sorpresa al hallar otro retrato, esta vez hecho mucho mas rápido, con trazos ligeros, un esbozo de su rostro en el que lo que más llamaba la atención era la expresión de sus ojos fijos en el paisaje. Se sintió algo avergonzado, siquiera había notado cuando lo había hecho, pero le había quedado muy bien.

Le extendió el cuaderno para devolvérselo. –Son muy buenos, en verdad… -Notó que ya había guardado todos los elementos, y también ambos ya habían terminado la bebida. –Gracias, ha sido una bonita experiencia. –planeaba despedirse, quería regresar rápido a su departamento pues temía que nevara más fuerte luego y que se le dificultara llegar, ahora que recién comenzaba era el mejor momento para partir, pero el otro le hizo aquella invitación antes de que pudiera decir otra cosa. Evaluó la situación por un momento, definitivamente desde un punto de vista objetivo no era buena idea ir a la casa de un desconocido en medio de la noche, y era algo que Andrew rechazaría sin siquiera planteárselo en cualquier otra situación, pero en ese caso… Sentía una gran tentación por ver sus obras de arte, ¿Qué podía pasar? Tan sólo las vería y luego se iría a su casa. –Esta bien…sólo un momento, ya es bastante tarde –accedió poniéndose de pie y tomando su abrigo el cual se puso cerrando cada uno de los botones y subiendo el cuello afelpado para protegerse el cuello del frío, no podía permitirse enfermarse junto antes del viaje a Italia.

Se coloco el saco, y luego el bolso, donde guardo el cuaderno, alfinl se puso la gabardina encima, de este modo el bolso no se mojaria y sus traajos no se arruinarian, se metio el cabello dentro del saco y subio el cuello de su abrigo, como si fuese a tener frio o algo por el estilo.

Fue a pagar entonces las bebidas antes de salir del edificio, con la nieve, el frio amainaba un poco, pero solo un poco, indico el camino al humano, llendo en direccion a notre-dame y siguiendo de largo hast aun barrio muy poco concurrido pero bohemio, los edificios no superaban los 5 pisos y casi todos tenian terrazas, Se metio en uno de los mismos, de apariencia mas simple, y pidiendole la llave al encargado entro, no sin antes preguntar si tenia un paraguas que facilitarle a su acompañante cuando se marchase, y una ves esto asegurado, se dirigio al asensor. No medio palabra alguna mientras subian y abrio la puerta con un gran estruendo encendiendo las luces y dejando ver una sala casi vacia, solo con una mesa de dibujo, un marco para pinturas, y muchas muchas de las mismas en el suelo, un par de esculturas en una escquina del cuarto y un sofa, le hizo un gesto para que pasase y se quito el abrigo colgandolo tras la puerta-
-Como apenas me mude, no tengo calefación... pero puedo hacerte un té caliente o una sopa si se te antoja- Ofrecio amable, metiendose a la cocina y colocando el termo para hervir agua, antes de meterse a la sala nuevamente, viendo como su pequeño invitado humano veia facinado todo alrededor- ¿Te gustan? - El clasisimo era lo que mas trabajaba, y una de las esculturas que había alli era casi de tamaño real, en piedra tallada delineando la delicada figura de una mujer desnuda, con la apariencia de una ninfa antigua....de largos cabellos ondulados y detalladas facciones, un trbajo realmente laborioso que uan no terminaba, pues de la cintura para abajo, aun no estaba pulida ni nada.

A pesar de que hacia frío afuera y que la nieve dificultaba un poco la caminata no se le hizo demasiado largo el trayecto desde el café hasta el departamento del artista, tardaron poco en llegar y aunque no dijeron una palabra durante aquel tiempo el ambiente no estaba tenso ni incómodo. Parecía más bien que cada uno pensaba en sus asuntos y no había necesidad de hablar tonterías para llenar el vacío. Lo siguió al subir al ascensor y llegaron a su piso, era una habitación amplia, parecida a como la había imaginado, había pinturas por todas partes, algunas esculturas y un par de esculturas que fue lo que mas llamó su atención.

-Con permiso...-murmuró entrando tras él. Se acercó a ellas para verlas mas de cerca impresionado por el exquisito trabajo, realmente admiraba aquella clase de talento, hubiera deseado nacer con ese don… No se quitó su abrigo en un principio, pues tan solo pensaba verlas unos instantes y marcharse, pero cuando el otro le ofreció algo de tomar no pudo negarse, sentía el cuerpo algo frío y prefería beber algo caliente antes de emprender el regreso a casa, era un trecho algo largo y mejor recuperar todo el calor posible antes de marcharse.


-Un te estaría bien –acepto mientras inspeccionaba la sala para ver cada uno de los trabajos, todos le llamaban la atención y se tomaba su tiempo para apreciarlos. -¿De que sitio es este? –preguntó refiriéndose a la pintura de un paisaje, seguramente había hecho muchos durante sus viajes por el mundo, y aquel parecía ser de una tierra lejana y desconocida para el modelo. Lo que mas le agradaba de ellos es que no eran meras reproducciones de los modelos originales, burdas imitaciones de lo que los rodeaba, en cambio tenían un claro estilo personal, todos tenían algo en común que no era capaz de definir pero que dejaban en claro que pertenecían a un mismo autor.

Se quitó el abrigo y lo dejó sobre el sillón para poder estar más cómodo, además a pesar de que el sitio no tuviera calefacción no hacia frío allí. Los minutos se le pasaron volando y Arcadio ya había regresado con una taza de té para él. –Gracias-le dijo tomándola con ambas manos y sentándose para beberla con tranquilidad sin dejar de pasear la vista por toda la habitación apreciando cada una de las obras de arte. Luego de los primeros sorbos de la infusión sintió el cuerpo mas tibio y se quitó también la bufanda dejándola junto con el abrigo. –Son maravillosos, deberías abrir una galería de arte…-comentó de buen humor, había valido la pena ir hasta allí.

-Varios me lo han dicho- Se sento a su lado, quitandose nuevamente el saco y dejandolo a un costado del sofa, mirando la sala- pero eso implicaria...acentarme en un lugar, y eso no va conmigo- En un lugar cerrado como ese, de pronto el aroma de la piel del humano se intensifico, al no estar "ensuciado" por el aire, las heladas y el viento del exterior....se quedo mirando su piel un momento, y comenzo a hacersele agua la boca, olia delicioso, la sangre del chico a su lado olia deliciosa. Apreto un poco la mandibula con disimulo, ya había cenado esa noche... No era un vampiro desesperadicimo por beber cada que pudiera, bebia solo hasta saciar su sed, y a menos que el libido se despertase era alguien calmado...y le gustaba ser asi, queria ser asi.

Se levanto entonces, llendo a tomar algo frio, sintiendo algunos pasos dentro del salón seguramente el pequeño veia cada obra encantado- A cada lugar que voy dejo una obra con algun pseudonimo diferente, de ese modo nadie me busca...ya paso una ves que di mi nombre real y un representante cruzo medio atlantico para encontrarme-Conto una anecdota, intentando distraerce el mismo, recordando entonces la preugnta que el había hecho sobre un cuadro- Es la plaza frente al Hospital de los inocentes, fue toda una inovaciónen su epoca...mezclo el espacio publico con el privado, agregando la plaza a parte del hospital, es algo realmente muy bello...Esta en Florencia Italia- Volvio a la sala una ves se sintio mas calmado, pero con su mirada un tanto calmada, viendo la espalda del pequeño modelo.
Trago saliva...de pronto tenía demaciada sed...quiza encerrarse en su departamento no era la mejor opción, pero Arcadio no parecía aprender jamas, a paso lento se acerco hasta el, abrazandole por sobre los hombros con fuerza, apoyando la cabeza en su nuca, conteniendo la respiracion- ...

La historia sobre aquel representante le resulto gracias, pero era comprensible, realmente tenía talento y de aprovecharlo tanto él como quien se ocupara de representarle ganarían muchísimo dinero. Pero aparentemente no estaba interesado en eso, parecía más bien un bohemio que se preocupaba por disfrutar del arte y de los placeres de la vida sin importarle cosas como el dinero, al menos esa era la impresión que le había dado. –De todos modos deberías pensarlo, te iría muy bien –agregó bebiendo luego otro sorbo de té, dejó la tacita sobre la mesa y siguió recorriendo la sala cuando el otro se retiró a la cocina, cuando regresara se despediría y regresaría de una vez a su casa, si no dormía un poco al día siguiente acabaría desperdiciando todas las horas en dormir y era un verdadero desperdicio. Se quedó mirando el cuadro sobre el que estaban hablando, imaginando cosas sobre él, realmente debía ser tan magnifico de ver como lo pintaba aquel lienzo. –Me gustaría verla con mis propios ojos algún día…-comento observando el cuadro con una pequeña sonrisa, tenía la esperanza de poder viajar por Europa, y ver todas aquellos sitios maravillosos.

Se sentía cómodo y tranquilo en aquel ambiente, le agradaba la compañía del otro y se sentía a gusto, hablando sobre el arte y sitios lejanos que añoraba conocer. Podría haberse quedado horas en su compañía escuchándolo relatar historias, pero era hora de marchar. Cuando estaba a punto de volverse para recoger su abrigo y despedirse se sobresalto al sentir de repente el cuerpo del otro tan cerca del suyo, notando que sus brazos rodeaban sus hombros. Se quedó muy quieto, y apenas giró la cabeza para poder mirarlo, sentía que la boca se le había secado y por un momento le entró el pánico pero recobró rápidamente la compostura y comprendió que para salir de esa situación lo mejor era ser racional. Pero a pesar de tener la mente algo más tranquila luego del primer susto no tenía idea que decir, lo primero que se le ocurrió fue proseguir con sus planes originales de retirarse. –Ya… ya es bastante tarde, tengo que irme a casa –le dijo con la voz mas firme que le fue posible dado que se encontraba algo descolocado por lo repentino de aquello. Intento moverse para soltarse pero el rubio lo tenía agarrado bastante fuerte.