"Valle del Terror" [Privado]

Estaba dejando de ser hermoso el valle para algunos, había escuchado que había muchos problemas por allí últimamente, las personas que iban a aquel lugar comenzaban a desaparecer y luego no volvían ¿Qué podría estar pasando?, no sabia que podía estar ocurriendo pero de algo estaba seguro, eso debía tener que ver con los vampiros, de seguro había algún grupillo que estaba desorganizado pero debería averiguar si aquello que pensaba era cierto y así era, el chico chasqueo la lengua ya estaba jadeando, eran vampiros fáciles de derrotar pero eran persistentes y sobre todo eran demasiados, no podía quemarlos cuando los descuartizaba apenas intentaba hacerlo otro venia a atacarle. Ya comenzaba a agotarse, una pequeña gota de sudor se deslizo por su frente y cayo a la verde hierva mientras levanto su katakana por lo alto y comenzó a cortar cabezas y cuerpos mientras pasaba velozmente entre aquella multitud de vampiros que le habían rodeado. Comenzó a correr con todas sus fuerzas hacia una dirección, debía pensar en algo rápido, aunque su vista comenzaba a nublarse, debía hacerlo. Saco un rollo de dinamita de uno de sus bolsillo, prendió la mecha de esta y se las mando encima, esta exploto al instante unos cuantos vampiros se quemaron y cayeron. Ahora debía pensar en otra cosa para matarles. Había hecho una trampa, se había preparado anteriormente por si las dudas, al final aquello le venia como anillo al dedo, le había tomado horas hacerlo. Paso por la zona en donde estaba aquella trampa la gran mayoría de aquellos vampiros cayo en aquella trampa el muchacho rápidamente encendió fuego y lo puso sobre una mecha que había sobre la tierra, esta se encendió rápidamente y comenzó a prender varias mechas el joven se alejo rápidamente, una fuerte explosión ocurrió en aquel lugar. Luego de aquello termino por eliminar a los restantes y quemarlos, le tomo varias horas de trabajo pero logro exterminarlos. Reviso el lugar una y otra vez, lo limpio hasta dejarlo sin ningún vampiro en el. Cuando pensó que todo su trabajo estaba bien, sintió que su vista se nublaba, hasta que termino por caer al suelo completamente agotado y dormido. Ya no podía mas, estaba bien si dormía un rato, no pasaría nada eso fue lo que pensó.

El aroma a carne quemada lo llevo hasta aquel paraje, estaba en un bar del pueblo, ya era entrada la noche y era un sitio concurrido. Su espera por una presa suculenta fue interrumpida por aquel hedor que le hizo fruncir automáticamente el ceño, podía reconocer la carne de los de su raza consumirse en el fuego que seguramente un cazador había encendido para destruir los restos de la masacre… De seguro serían Impuros, los miembro de su clan no eran tan idiotas como para enfrentarse a un cazador sin avisar, o eso esperaba.

Dejó algo de dinero sobre la mesa para pagar su café y se colocó la gabardina negra antes de salir del lugar en dirección a la pira donde sus compañeros eran consumidos por las llamas. Sentía cierta curiosidad por el autor de las muertes, por la cantidad de humo que podía verse desde allí y el fuerte aroma que seguramente sólo el lograba identificar debía tratarse de una buena cantidad de inmortales. No conocía muchos cazadores capaces de semejante tarea.

Sus pies lo condujeron sin dificultad al sitio donde tan sólo quedaban ya los restos de lo que había sido una gran pira. Escombros, cenizas y humo restaban del evento, nada mas parecía quedar de lo acontecido, nada, ninguna pista. Pensó que el autor ya habría abandonado el lugar, algo inteligente al imaginar que si algún vampiro estaba en la zona iría a vengarse, pero se equivocaba. Alí tendido, dormido, pudo distinguir al mortal que estaba buscando y no fue una completa sorpresa. Una extraña sensación se apoderó de su cuerpo, a pesar de que ese muchachito lo fastidiaba a menudo había algo que lo divertía en sus actitudes, hacerlo enojar era bastante divertido, ver su ira brillando en sus ojos era uno de sus hobbies.

Se acercó y se quedó de pie junto al cuerpo dormido del joven, se veía tan indefenso, sería tan sencillo romperle el cuello en un instante y deshacerse para siempre de aquel jovencito fastidioso que parecía estar encaprichado con él y su clan, definitivamente se ahorraría así muchos problemas. ¿Por qué entonces simplemente no acabó con su existencia como era lógico? Por más raro que sonara entre él y Dael había algo que ya se había tornado personal, si iba a matarlo no quería que fuera mientras dormía, cuando llegara ese momento lo haría sufrir, quería escucharlo rogar por su vida, pedirle convertirse en su esclavo de sangre, o que le perdonara la vida…Sonrió al imaginarlo, ¿Qué satisfacción podía darle matarlo estando tan indefenso? Siquiera se planto esa posibilidad por el contrario prefirió despertarlo por lo que lo pateo para llamarle la atención, sentía incisas por ver su cara enfadada cuando lo viera por allí.

-No parece un buen sitio para dormir –comentó burlón como de costumbre, viéndolo desde arriba cuando el chico abrió los ojos.

Un aroma dulce, podía sentirlo aquel aroma extraño el cual sabia que pertenecía a alguien que conocía, pero ¿a quien era?, ¿A quien? De a poco fue recordando la imagen de la persona se le comenzaba a formar en sus sueños hasta que en determinado momento sintió que le golpeaba la espalda, escucho aquella voz era irritante se le enarco una vena en la sien y agarro su pistola para dispararle, la bala apenas rozo con la mejilla ajena. El oji ambarino parecía molesto porque lo despertaron de su siesta y más aun a base de patadas, eso parecía molestarle más pero sabía que aquel idiota era así. A veces le daban ganas de golpearle muchas veces en la cara y machucarlo, pero no podía aquel tipo era mas fuerte que el.

El pelinegro cada vez parecía más y mas cabreado, rápidamente se paro y aspiro aire por la nariz y luego lo exhalo por la boca un poco mas tranquilo, aun así si murando con algo de ferocidad al otro.

-…Eres insoportable vejete- le dijo mientras se agacho para agarrar su mochila, estaba agotado eso se notaba de por mas se había deshecho de una manada de vampiros rebeldes el solo, era un joven bastante hábil aunque obviamente como todo ser humano se agotaba, al ser cazador nunca dormía bien y aquel tipo de ataques lo único que hacían era llevarlo al extremo de agotarle por completo. Al caminar un poco tambaleo hacia un costado, se apoyo en un árbol y jadeo un poco, sentía que caería de nuevo. Ladeo su cabeza de un lado a otro para despabilarse, luego agarro su bolso, saco una botella de agua la abrió y se hecho un poco en la cara, también en la cabeza solo era para despertarse por completo. Una vez que se mojo rápidamente se sacudió haciendo que el agua salpicara para todas partes, sus cabellos habían quedado completamente parados ahora parecía que tenia orejas de gato, su cabello había quedado de forma que parecía aquello. No le importo arreglárselos, pero después de un poco comenzaron a molestarle y se los peino con la mano, luego se seco un poco la cara con la chaqueta.

- No se a que haz venido…pero te aviso que estos son salvajes y estaban causando problemas- termino por decir acomodándose bien la mochila, luego agarro su celular y se fijo si tenia señal y…nada no tenia. Bufo pesadamente y se revolvió los cabellos con algo de nerviosismo.- que mas da- termino por decir de manera desinteresada-

Una sonrisa divertida se dibujo en sus labios al sentir la bala fría rozarle la mejilla dejando un pequeño rasguño sobre su piel normalmente tan perfecta. Aquel muchacho era atrevido, y su mal humor le causaba risa. Simplemente pasó el dedo pulgar para limpiar los rastros de sangre y luego se lo llevo a la boca para no desperdiciarla. Lo siguió con la vista en todo momento, observando curioso como se acicalaba, o eso parecía, Tenía el aspecto de haber librado una dura batalla, era bastante sorprendente que hubiera sido capaz de acabar con tantos vampiros él sólo, era lógico su cansancio. Por aquello le guardaba cierto respecto, a pesar de que eran rivales de algún modo parecían guardar ciertos códigos entre ellos.

-El aroma a carne quemada llega hasta el pueblo, deberías ser más cuidadoso, si los habitantes se percatan y vienen a ver te harán muchas preguntas –bosteza con pereza y luego se despereza comenzando a andar con aquel aire despreocupado que lo caracterizaba. –Se que no eran de los míos, de haberlo sido seguramente no seguirías con vida, y recuerda que yo debo ser quien te mate.-Dicho esto se acercó inesperadamente al cazador y lo levanto como si se tratara de un costal de harina.

Lo puso sobre su hombro y con la mano libre tomó el bolso que había quedado en el suelo antes de ponerse en camino hacia el poblado. Hoy sería su rehén pero antes debía alimentarlo un poco o acabaría desmayándose del cansancio, los humanos eran tan problemáticos… afortunadamente no eran más que un delicioso tentempié. Ignoró por supuesto las quejas e intentos de zafarse del humano y no dijo palabra hasta que hubieron llegado al pequeño hotel donde se hospedaba.

-Eso es lo que no me gusta de este sitio… no tienen un hospedaje decente –suspiró e ingreso en el sitio, al ser tarde no había nadie por allí y el conserje estaba dormido sobre su escritorio. Aaron tomó las llaves de su habitación sin hacer ruido y se dirigió escaleras arriba aún con el muchachito sobre su hombro. Abrió la puerta de la habitación y lo dejó sobre la cama amplia, frunció la nariz al notar un aroma extraño y descubrió que le habían dejado allí la cena.

-Es tu día de suerte –comentó al ver aquella comida humana sobre la mesa, claro que a él no le interesaba en lo mas mínimo alimentarse de algo como aquello, así que podía tomarla sin problemas. Se sentó en la cama luego, cerca de la ventana y perdió su vista en el cielo nocturno poblado de pequeñas estrellas luminosas. Aquella sería una noche interesante…

Al escuchar el comentario de carne quemado el otro emitió un suave “sigh”, ¿Qué más quería que hiciera? Que les pusiera incienso encima, había cosas que no podía cubrir por mas que quisiera, eran muchos vampiros los que había matado si no hacia esa maldita limpieza de seguro ahora hasta el mismo Aaraon estaría limpiando el territorio, después de todo eran perjudiciales hasta para el otro y eso lo sabia bien estando con aquel tipo había aprendido bastante como se manejaba los vampiros, lo que le agradaba de ellos es que al menos se contenían bastante al atacar humanos para tener una vida mas pacifica aun así no le agradaba que tuvieran a los humanos como esclavos aquello le irritaba terriblemente.

Su cuerpo repentinamente lo sintió en el aire, ahora su cuerpo estaba siendo cargado en el hombro de aquel bastardo obviamente comenzó a patalear y a maldecir para que lo bajase no era un niño, ya era un adulto, se le había marcado una vena en la sien mientras lo maldecía en una de esas le mordió en el cuello para que lo soltara pero no logro nada, al final termino por ceder y rendirse estaba muy cansado para gastar energías que las podían usar de una manera mejor y en otra cosa. Después de un rato llegaron al pueblo y entraron a una especie de posada o eso creía que era, entraron allí. Dael solo se limitaba a mirar ya que estaba siendo cargado, luego de entrar a la recepción donde el que supuestamente debía atenderlos estaba dormido se dirigieron a la habitación. Ahora sentía la suavidad de aquella fría cama sus músculos se relajaron y cerro un poco los parpados soltando un suspiro de satisfacción, pudo sentir el olor a comida el apetito se le había abierto. Sin pensarlo más de una vez y antes de que el otro se lo dijera se sentó en una silla y comenzó a comer aquello con ganas, tenía un hambre como para 20 hombres o eso era lo que sentía. Aquello de seguro le llenaría bastante y de hecho le lleno, en menos de 20 minutos había terminado con su comida, se había terminado todo incluso el agua que habían dejado para beber, ya estaba más que satisfecho. Se dirigió de nuevo a la cama y se recostó sobre esta nuevamente. Sus músculos le dolían, su cuerpo entero ya casi no podía moverse, solo necesitaba dormir un poco sabia que el otro no le haría nada sabiendo que después de la siesta del otro de seguro “jugarían” un rato.

-Solo déjame dormir un rato…necesito un rato- dijo ya con los ojos cerrados y quedándose al instante dormido, la verdad que Aaraon no hubiese podido hacer nada con el cuerpo del otro así. Pero se recuperaba rápido con unas pocas horas de sueño de seguro el pelinegro estaría como nuevo.

Al escuchar el comentario del otro regresó su vista a él y lo encontró perfectamente dormido, evidentemente había gastado toda su energía en aquella batalla y la comodidad de la cama sumad a la comida caliente que acababa de ingerir habían sido perfecta para ayudarlo a conciliar un sueño reparador. Tomó la botella de vino tinto que estaba sobre la mesa de noche y llenó una de las copas que había dejado allí, degustó la bebida rojiza con toda la tranquilidad del mundo tomándole el tiempo de tenerla un buen rato en su paladar para que el sabor impregnara por completo su boca antes de tragarla. Así pasó un cuarto de hora disfrutando de la bebida y de la vista del cielo nocturno, en el profundo silencio en que estaba sumida la noche.

Al rato regresó la vista al joven cazador, así dormido, vulnerable, parecía un cachorro de cordero inocente listo para ser despellejado y devorado por un depredador. Se veía sabroso y apetecible, podía escuchar el latido rítmico de su corazón que bombeaba sangre a cada rincón de su organismo, la respiración cadenciosa y suave del sueño, y el color sonrosado de su piel producto de aquel fluido maravilloso que correteaba debajo de ella brindándole aquel calor mortal.

Se sentía extrañamente bondadoso aquel día así que le permitió al muchachito dormir en paz, seguramente su buen humor se debía a que sus negocios habían salido de maravilla y que no tenía nada más que hacer en Gales. Se incorporó y sacó de debajo de la cama una gran maleta color negra, la abrió y contempló la colección de joyas que había en su interior, comprada as a un contrabandista que se las había vendido por un bajo costo. Tomó un anillo de diamantes entre sus dedos y lo examino con atención, aquella pieza era particularmente hermosa, tal vez no las vendería todas, podían hacer algunas adiciones a su colección personal.

Volvió a dejar la maleta en su sitio debajo de la cama y se dirigió al cuarto de baño. Sentía que el olor a cenizas y humo se le había pegado al cuerpo y la ropa así que le apetecía un buen baño tibio. Se desprendió de todas sus prendas y se metió en la ducha donde permaneció un buen rato acicalándose y disfrutando del masaje que las gotas que caían en forma de lluvia proporcionaban a su cuerpo. El tiempo se le pasó más que rápido allí dentro, con la mente perdería en cuestiones del lejano pasado que nada tenían que ver con su presente. Un sonido en la habitación lo hizo caer de regreso en la realidad, seguramente el cazador ya se había despertado. Cerró el agua de la ducha y tomo una toalla cercana para secarse un poco el cabello, hecho luego una ojeada al cuarto de baño notando que había olvidado buscar ropa limpia por lo que simplemente salió así como estaba a la habitación para ponerse a revolver en su equipaje en busca de algo que ponerse.

Había dormido unas cuantas horas, linda siesta se había echado se despertó con el ruido del agua, escucho el ruido de la lluvia por momentos pensó que estaba lloviendo, abrió sus parpados con lentitud y se sentó en la cama bostezando revolviéndose un poco los cabellos y luego levantándose para acercarse a la ventana correr un poco la cortina para fijarse si llovía, pero no parecía estar lloviendo todo lo contrario el cielo estaba despejado y se podían ver las estrellas claramente, al parecería era de madrugada, podía sentirlo mas bien lo sabia no eran mas de las 5:00 a.m. Una de sus manos se poso sobre uno de sus hombros y lo masajeo un poco, aun tenia los músculos algo tensos aunque ahora estaba fresco y lleno de energía, se apoyo en contra de una de las paredes y vio como el mayor salía del baño completamente desnudo sin nada que le cubriese, le observo con detenimiento buscar algo en uno de sus bolsos, de seguro ropa. El pelinegro sonrió apenas y se acerco al otro mientras se sentó en la cama.

-No necesitaras ropa ahora, deberías aprovecharme mientras estoy fresco y lleno de energías- dijo Dael con descaro mientras levanto al otro del brazo sin esfuerzo alguno y lo hizo sentarse sobre la cama, en aquel ultimo tiempo había mejorado ahora se lo demostraría muy bien, pero antes de hacer algo le miro fijamente el también tenia olor a cenizas era desagradable tener sexo cuando uno estaba sucio, talvez un buen baño le vendría bien solo ara sacarse esa peste a vampiro muerto o mas bien a carne asada y cenizas la cual de igual manera se había impregnado en su cuerpo. - Pero antes tomare un baño- dijo con calma dándole la espalda al otro y entrando al baño como si nada, se dio una ducha mas o menos para quitarse aquel horrible olor, se lavo bien el cabello el cual era en el que había mas concentración de aquella peste, cuando empezó a oler a “limpio”, dejo de enjuagárselo. Salio de la ducha ya fresco y se seco un poco el cuerpo, luego salio del baño así desnudo le daba igual no e daba vergüenza mostrarle su cuerpo al otro, salio secándose el cabello y luego le miro fijamente, miro su entrepierna luego la del otro hizo ese paso como 5 veces y se le marco una vena en la sien, se saco la toalla de la cabeza lanzándosela en la cara al otro con bastante puntería. Si la tenia mas grande que la suya, pero si tamaño había crecido bastante era porque ya era un adulto.

-Tsk… tarde o temprano te superare- aquello no sabría uno si pensar si era una amenaza o solo estaba expresando sus celos y envidia hacia el otro.

Al escuchar la voz del mortal regreso la vista a él y sonrió, en su rostro se formó aquella expresión picara y lujuriosa propia de él. Puede que vestirse fuera una pérdida de tiempo después de todo, pero no esperaba que el jovencito estuviera repuesto tan pronto y con tan buena predisposición. Permitió que lo hiciera sentarse en la cama y le devolvió la mirada sin ningún reparo le resultaba curioso verse su armónico reflejo en los ojos del otro. Cuando mencionó el asunto del baño tomó un mechón de cabello oscuro de su acompañante y lo olisqueó como si fuera un perro rastrero.

–Es cierto, hueles asqueroso, no tardes demasiado. –Dicho esto el chico partió hacia el cuarto de baño y él se quedo cómodamente tendido en la cama sin nada mas que hacer que abandonarse a los más extraños pensamientos. Era cómico como aquella situación le resultaba absolutamente normal y al mismo tiempo absurda. Si le preocupara lo que otros vampiros podían pensar de él se preocuparía porque el rumor de que se acostaba con un cazador se esparciera entre los miembros de su clan, pero como le daba exactamente igual lo que dijeran o pesaba de él simplemente se dejaba llevar por lo que deseaba.

Para su sorpresa la espera se le hizo bastante larga, su concepción del tiempo era diferente a la humana y aquel tiempo debería haberle pasado en un abrir y cerrar de ojos, pero seguramente su ansiedad le había jugado una mala pasada. La brisa fresca que entraba por la ventana lo mantenía alerta y despierto, a la espera. Sus ojos regresaron a Dael cuando este hizo su entrada, su aguda vista percibió cómo su piel estaba aún húmeda después del baño, y el aroma a champú se desprendía de cada fibra de su organismo casi tan apetitoso como la sangre. Notó su mirada fija pero no comprendió en que estaba pensando y se sorprendió cuando la toalla lo golpeo en medio del rostro, la corrió de su cara y estallo en risas divertido por la comparación.

-Sigue soñando “pequeño cazador”, cuanto más alto vueles más dura será la caída- dejó la toalla a un lado y lo tomó de la muñeca rodeándola con sus dedos largos para tirar de él y hacerlo tumbarse en la cama. Se movió de modo de quedar sobre él, con sus cuerpos a suficiente distancia como para no rozarse. Acercó el rostro a su cuello y lo olió, pasando su nariz por la piel deliciosa del humano, aspirando su aroma a vida y sangre, sintiendo el paso de ella justo por debajo de la fina capa de piel. Lo probó con su lengua como si se tratara de alguna clase de fruta sabrosa y sonrió gustoso. –Hace tiempo desde la última vez… -comentó para después raspar con sus colmillos la piel del joven sintiendo apenas el sabor de la sangre que se filtraba por las heridas superficiales.

Apenas se quejo en cuanto el otro le agarro de la muñeca y fue tirando en contra del la cama. ¿Hacia cuanto que no estaban así?, se podía decir que hace bastante. Podía sentir la fría piel del otro sobre la suya que estaba tibia y húmeda por el baño que recientemente se había dado. Su corazón latía con normalidad y calma, no le tenia miedo a aquel vampiro ni a ningún otro, aunque este era distinto a los demás era “especial” por así decirlo, era su presa exclusiva. Les había dicho a varios cazadores que era su única presa exclusiva, quería matarlo solo el, destrozarlo, quemarlo…aunque seria una lastima hacerlo, le servia muy bien como “juguete”…aunque lo de “juguete” de seguro lo pensaban ambos de eso no había duda.

-Ugh…- presiono apenas sus dientes al sentir los colmillos del otro rozar contra su blanca piel, aquel maldito a veces bebía su sangre desconsideradamente y casi no tenia limite sobre lo que bebía por suerte tenia el poder para detenerlo cuando se le salía un poco de control. Levanto un poco su rodilla clavándola justo en la boca del estomago del otro, debía tener cuidado con la cantidad de sangre que bebiera de lo contrario le daría una paliza de primera y aquello terminaría en una pelea, había veces en las que había pasado aquello en las que estaban a punto de tener sexo pero el otro idiota se pasaba. Dael no dejaba siempre que el otro hiciera lo que quisiera, por suerte tenia la fuerza como para detenerle o como para darle un “Stop”.

Su vista se fijo en el techo de la habitación mientras sentía los dientes del otro en su cuello de seguro que pronto bebería su sangre, el como siempre le permitiría beber un poco…era su manera de pagarle aquel “favor” en parte, había veces en que aquel tipo le salvaba el pellejo sin que el se lo pidiera, lo normal seria que no le debiera ningún favor ya que el no le había pedido ayuda….pero ya para el aquello era un favor que le había hecho, no quería deberle nada a Aaraon, no podía deberle nada a un vampiro menos a un sangre pura.

-Tsk….- chasqueo la lengua sintiendo como una pequeña vena en la sien se le marcaba, aquello era irritante a veces pero valía la pena. Su mano se deslizo por la cintura del mayor hasta que llego a la entrepierna de este, su mano comenzó a acariciarle aquella parte hasta que traviesamente le agarro el miembro con la mano y comenzó a masturbarle divertido. Había cambiado en ese aspecto antes no hubiese hecho aquello, cuando era un polluelo le daban asco hacer esas cosas, ahora la palabra “asco” no se encontraba en su vocabulario, se había convertido en un verdadero monstruo.

Sintió enseguida como el cazador le advertía que no se pasara o aquello acabaría en un batalla como en otras oportunidades, había veces que el sabor de la sangre del muchacho lo enloquecía y no deseaba dejar de beber acababan peleando. Pero esa no era su intención en esa oportunidad, hacia tiempo no tenían sexo y no lo arruinaría por hacerlo enfadar demás. Sus labios se curvaron en una sonrisa y le hablo suave al oído. –Deja de estar a la defensiva, no beberé demasiado –En aquel momento sintió la mano del muchacho tomar su miembro y comenzar a masturbando, una oleada de placer invadió entonces todo su cuerpo aunque se sorprendió. Aquello era nuevo en Dael, normalmente no habría algo como eso, lo recordaba bastante tímido y pasivo o al menos algo reservado a la hora de tomar la iniciativa. Se trataba de algo nuevo, en aquel tiempo en que no se habían visto el jovencito había cambiado y crecido.

Regresó los labios a su delgado cuello y le dio mordidas pequeñas sin llegar a lastimarlo, probando el sabor de su piel húmeda, pellizcándolo, controlando el deseo de vaciarlo. –Veo que te has dedicado a recolectar experiencia…-agregó antes de hincarle finalmente los colmillos para poder beber, llenarse con ese sabor delicioso que se le había vuelto familiar. Que avivaba cada uno de sus músculos y volvía más tibio su cuerpo, no tenía real necesidad de beber, se había alimentado bien mas temprano en la noche, pero no podía desperdiciar la oportunidad de probar algo de aquella sangre que tanto le gustaba. Aquello no duró mas que unos cuantos segundos, se apartó de la herida y la cerro enseguida para que ni una gota fuera desperdiciada. –Admítelo….te excita que beba tu sangre…-agregó arrogante relamiéndose tras la ingestión.
Las habilidades del jovencito a la hora de excitarlo lo tenían bastante sorprendido. Soltó su muñeca y deslizo la mano por el pecho del menor hacia abajo hasta encontrar el sexo ajeno que estaba ya ligeramente excitado, lo tomo entre sus dedos fríos y comenzó a friccionarlo y masajearlo para aumentar su libido.

-¿Buscas impresionarme? –agregó divertido moviendo un poco la cabeza de manera de que su rostro quedara frente al del menor para poder ver su expresión cuando lo tocaba, le agradaba mirarlo, en especial cuando apretaba un poco aquella parte sensible y el joven ponía aquella expresión de tensión. Le mordió la mejilla mientras mantenía el equilibrio apoyando su antebrazo libre en el colchón manteniendo aún aquella distancia entre sus cuerpos.

Apretó los dientes aun con mas fuerza ante aquella mordida, por un pequeño instante había dejado de masturbarle pero luego siguió haciéndolo sintiendo aquel cosquilleo extraño en su cuerpo que le hacia estremecer, sus mejillas tomaron apenas un poco de color rojizo y jadeo un poco. Aquel maldito era capaz de excitarle de esa manera ¿Por qué seria que le excitaba cuando bebía su sangre?, esta vez el otro no había bebido tanto como las veces anteriores y sonrió ante aquello que dijo luego de sacar aquellos colmillos de su piel, el pelinegro soltó apenas una risa. Como si fuera a admitir algo como eso, aquel vampiro ya era bastante arrogante, si le decía que tenia razón lo mas seguro fuese que los humos se le subieran aun mas a la cabeza, aquello no seria bueno, aquel vampiro se volvería mas insoportable de lo que era con un “si” o peor aun “me encanta”, eran cosas que evitaba decirle siempre al mayor ya que sabia cual seria el resultado de todo aquello.

-¿Qué te hace pensar eso?- le pregunto sonriendo cínicamente, sintiendo como el otro le soltaba su muñeca y bajaba aquella fría mano hasta su parte personal y comenzaba a masturbarle de la misma forma que lo estaba haciendo el. Sus piernas apenas temblaron ante aquella sensación tan excitante era como si el frío y el calor chocaran la sensación era extraña pero le encantaba podía notarse en su cara que aquello le gustaba era mas que obvio, para colmo aquel maldito parecía leer sus pensamientos, si buscaba impresionarle en cierta forma. Lo había humillado ya tantas veces solo quería dejarlo con la boca abierta, quería que supiera que el era capaz de “aumentar de nivel”. Simplemente chasqueo la lengua antes de responder aquella pregunta que le había hecho, era mas que obvio que no le respondería como quería aquel vampiro, el haría todo lo contrario a lo que aquel le gustara que le dijeran, no le daría el gusto seria terco y obstinado hasta el fin con ese bastardo.

- ¿Impresionarte?., para que hacerlo todo el tiempo lo hago- termino por decir el pelinegro también de una manera arrogante y descarada. Aaraon no le sacaría tan fácil de la boca de aquel las palabras que el quisiera que este dijera, era demasiado tercio y testarudo, incluso era capaz de morir antes de decir esas palabras, era terco hasta la muerte de eso no había duda, el mismo caso era a la hora de pedir ayuda, era un joven que le gustaba hacer las cosas por si solo- ¿Porque lo preguntas? ¿acaso te gusta?- le pregunto sonriéndole con “inocencia” una inocencia que se notaba fingida y de fondo era malvada solo buscaba molestar al vampiro.

Sus manos siguieron en aquel trabajo al punto de que subió hasta la punta y comenzó a masajeársela, trabajando la parte del glande con su mano hasta que masturbarle con fuerza y rapidez en aquella zona.

Tenía que admitir, al menos ante si mismo, que la personalidad del cazador le resultaba muy atractiva además de enormemente divertida. Aún no comprendía que era en vano negar cosas que para él resultaban obvias, no sólo porque sus expresiones eran tan fáciles de leer para él como un libro escrito en latín, sino también porque sabía muchas cosas que el mortal desconocía. No necesitaba que le confirmara el placer que sentía cuando succionaba su sangre, el deleite era mutuo cuando compartían aquella intimidad diferente del sexo, los vampiros estaban hechos para seducir a sus victimas y eso los convertía en los mas feroces depredadores, cuando la mordian y bebían la persona que era arrastrada a las inevitables fauces de la muerte no sufría terribles dolores ni agonías insoportables, por el contrario el dolor se disipaba tan rápido que rápidamente la victima acababa rogándole a su asesino que no se detuviera pues el placer obstruía sus facultades mentales. Aunque Dael parecía haberse acostumbrado a que bebiera de él no era inmune a aquel efecto, pero evidentemente le divertía más negarlo que daré la razón. Antes que sumirse en una discusión inútil, pues de sobra sabía que el cazador jamás lo aceptaría, prefirió ignorar la pregunta y seguir con su tarea en la entrepierna del muchacho.

-En cierto modo es cierto-aceptó sin que esto resultara ninguna ofensa a su orgullo, pues no negaría que en ciertas oportunidades le había impresionado su coraje o su obstinación, sobretodo tratándose de un humano para el cual su vida prende de un delgado hilo.- Pero no precisamente en esta ocasión-agregó con una media sonrisa como un maestro que le indica a su discípulo que aún no sabe lo suficiente como para desafiarlo. Quería molestarlo, el asunto se ponía mucho mas divertido cuando él intentaba demostrarle algo, siempre había sido así, y nunca le daba el gusto de felicitarlo, siempre tenía algo que criticarle o alguna observación que hacer para que el muchacho se esforzara por progresar. Después de todo era su juguete personal, debía entrenarlo bien si quería que lo satisficiera.

Cuando la mano cálida del menor se deslizó hacia la parte superior de su miembro comenzado a tocarlo en su parte mas sensible sintió un ligero estremecimiento que le recorrió todo el cuerpo, de todos modos nunca detuvo la estimulación sobre el cuerpo ajeno, no era egoísta a la hora de dar y recibir placer. –No eres del todo malo –agregó fingiendo desinterés, como si lo que el muchacho hacía poco significara o fuera difícilmente capaz de excitarlo, a pesar de que su cuerpo ya daba muestras de lo contrario. –Muéstrame que más has aprendido –lo desafió apartando su mano de la entrepierna del castaño para colocar ambas a los lados de su cabeza, viéndolo fijamente a la espera.

Al escuchar lo ultimo que dijo el Aaraon, el cazador sonrió levemente y lo empujo sacándoselo de encima, lo hizo sentar en la cama y se acerco a la parte de su entrepierna, ¿haría eso?, OH si lo haría le demostraría cuanto había aprendido en esos últimos años y lo que se había perdido de el otro- ya vas a ver- le dijo mirando apenas a los ojos y agarrándole el sexo de nuevo comenzando a masturbárselo, se acerco un poco mas a esa Zona y comenzó a lamerle el miembro en toda su extensión mientras de vez en cuando lo masturbaba. Siguió lamiéndolo con lentitud y lasciva como si se tratara de un caramelo. Una saboreándolo de a poco muy lentamente cuestión de volver loco al mayor, solo quería hacerlo desesperar un poco. Su lengua siguió aquel tortuoso camino una y otra vez hasta que subió completamente y comenzó a lamerle el glande al pelinegro, su dedo pulgar se dedico a masajear también aquella parte y a estirar la piel de la punta con ayudad de su dedo pulgar mientras comenzaba a lamer la parte de la carne con la punta de su lengua. Lo torturo un buen rato haciendo aquello, parecía que lo degustaba o mas bien parecía estar vengándose por cada una de las cosas que le había hecho el otro alguna vez.

Paro de lamerle y comenzó a engullir el miembro del otro con lentitud haciendo que sus incisivos y lengua rozaran con cada parte del miembro ajeno, llego el momento en que tuvo gran parte del miembro adentro de su boca y comenzó a mover la cabeza lentamente hacia arriba y hacia abajo, una de sus manos la apoyo en el muslo ajeno para tener un soporte o mas bien un lugar de donde sostenerse cada vez que se movía, con la otra mano hizo lo mismo y la apoyo en el otro lado. Sus movimientos comenzaron siendo lentos y como siempre tortuosos, parecía no aburrirse de aquello, aunque de a momentos aumentaba la velocidad del movimiento de su cabeza y luego frenaba, hacia siempre el mismo movimiento una y otra vez. De seguro comenzaba a fastidiar al otro al menos quería saber cual seria la reacción que tendría, ya que Dael parecía estar jugando con el, pero a la vez parecía estar intentando excitarle. En un momento paro de hacer aquello u saco el miembro de su boca el cual quedo lleno de saliva.

- Y ¿Qué tal?...lo debo hacer bastante mal ¿no? Intentare mejorar- dijo con calma comenzando a masturbarle ahora con una mano. A la segunda mano que estaba libre prefirió usarla para otra cosa, llevo os dedos índice y anular a esta empapándolos en saliva, luego los llevo hasta su parte trasera y comenzó a deslizar sus dedos sobre la entrada por el momento no los haría entrar empaparía bien esa parte , una vez sintió que estaba lo suficientemente húmedo ese lugar comenzó ingresar los dedos en su parte trasera para dilatar la entrada con saliva.

Tan sólo observo las acciones del menor, cuando quedo sentado en la cama y el joven se acomodo entre sus piernas para jugar con su sexo. Una especie de electricidad subió por su columna al sentir su lengua tibia y húmeda en aquella zona, mojando con tortuosa lentitud su miembro que reaccionó ante sus atenciones volviéndose mas duro y grande que antes. Era una sensación infinitamente agradable y aunque claro no era la primera vez que pasaba por aquella clase de placer podía decirse que en este caso era un poco especial, en sus fantasías muchas veces había imaginado al cazador haciendo algo como aquello pero nunca pensó que fuera a hacerse realidad, que su orgullo se lo permitiera, pero era evidente que haría lo que fuera por complacerlo, y no porque le tuviera algún aprecio, sino para demostrar que había mejorado en algo que siempre había sido inferior a él. Tenía que aceptar que era bueno en lo que hacia, y se lo notaba bastante experimentado. En cierto modo lo torturaba un poco, pero su lado masoquista disfrutaba de aquella tierna espera… Llevo la cabeza un poco hacia atrás y cerró los ojos perdiéndose en las sensaciones, dejando escapar alguno suspiro cada tanto de entre sus labios cuando el joven aumentaba la presión o la rapidez de sus actos.

Finalmente lo metió en su boca y sintió como era rodeado por la cavidad pequeña y caliente, sus dientes pequeñitos lo rozaban produciéndole escalofríos placenteros que casi lo hacen gemir. Movió un poco sus caderas acompañándolo en el movimiento de su boca, haciendo que su sexo rozara su paladar varias veces, el novencito parecía incansable y parecía que se divertía con aquello casi tanto como él. Finalmente se detuvo y él se incorporó un poco y regresó su vista al rostro de Dael, su divertida sonrisa dejaba en evidencia que no tenía nada que objetarle y no tenia razones para ocultar que aquello le había gustado por demás. –Deberé felicitar a tus maestros –comentó para después tomar al chico del cuello y acostarlo con cierta brusquedad en la cama, boca abajo interrumpiendo su acción de autoestimularse. Se colocó sobre el dejándolo entre sus piernas y deslizo sus largos dedos por la espalda de él, dejando extensas líneas marcadas por sus uñas afiladas que enseguida liberaron apenas un hilillo de sangre que el vampiro lamió lleno de deseo haciendo arder un poco la zona recién lastimada. Sabía bien aquella carne mortal mezclada con la sal del sudor que tenía debajo suyo y a su disposición.

No acostumbraba prepararlo, pero seguramente previendo esto él ya había hecho lo suyo para evitarse un mal trago como en otras oportunidades donde había quedado bastante lesionado por su falta de delicadeza. Pasó uno de sus brazos alrededor de su cintura haciendo que levantara un poco el trasero de modo que le quedara en una posición cómoda, aproximo su pelvis a él hasta que la punta de su miembro rozo aquel orificio pequeño y húmedo. Su otra mano la depositó en uno de sus muslos redondeados y firmes para sostenerse mejor a la hora de entrar de una sola vez en él, metiéndose por completo en el interior del menor deseando arrancarle un buen grito. Siquiera le dio tiempo a que se acostumbrara a la intrusión y comenzó a mover fuerte sus caderas para generar fricción dentro, moviéndose en aquella cavidad que le resultaba deliciosamente pequeña y apretada. Apretó su muslo entre sus dedos y se mordió los labios presa del placer obtenido.

Ese maldito hijo de puta no tenia ni siquiera ni un poco de delicadeza al hacerlo con el, una vez que se desesperaba por hacerlo era capaz de embestirlo de un golpe y hacerle mierda el trasero, por suerte había sido precavido y se preparo. Gruño ante el rasguño por parte del otro sobre su espalda, apenas pudo sentir como la sangre de deslizaba lentamente por su piel y luego era lamida con aquella lengua rasposa y que parecía caliente, la piel le hirvió al instante. Ahora sabía lo que venia, apenas sintió como el otro levantaba la cintura el pelinegro enseguida se alarmo antes de poder reaccionar ante lo que el otro iba a hacer, pero fue tarde para reaccionar, sus pupilas se dilataron y oprimió un grito terminando por morder la almohada que tenia al frente suyo y agarrarla con sus manos mientras hincaba con fuerza sus dedos allí mismo. Aquel maldito hijo de puta ¿no podía ser mas amable?, sintió las fuertes embestidas en su trasero que al parecer en su principio solo eran placenteras para el otro, la verdad era así hacia bastante que no era el pasivo en una relación, estaba desacostumbrado. De su garganta apenas se podían escuchar unos quejidos, luego dejo de morder la almohada para poder maldecir hasta la abuela del mayor.

-E-res un maldito desgraciado- dijo mientras comenzaba a jadear, aunque ya el dolor comenzaba a darle placer de a poco, dejo que sus gemidos adoloridos fluyeran con naturalidad, de todas maneras aquello era placentero el dolor que sentía al rozar el miembro del otro en su interior, un rubor apenas notable apareció en sus mejillas, las cuales quedaron rosadas. Siguió presionando la almohada con sus largos y finos dedos mientras comenzaba a mover de a poco su cadera, haciendo que aquellos movimientos fueran más placenteros y profundos. Al principio le costo ir al ritmo del mayor pero de a poco se fue acostumbrando a ello y enseguida le agarro el ritmo.

De su cuerpo pequeñas gotas de sudor comenzaron a brotar de su piel y deslizarse por esta, el joven podía sentir aquel cosquilleo que daban las gotas al recorrer su piel, se estremecía cada vez que lo sentía. Sinceramente había extrañado aquella sensación, era sincero en cuanto a ello no le seria difícil admitirlo.

- Lo extrañe…es muy grande. Esta bien párteme en dos…no moriré- dijo entre jadeos y con la respiración entre cortada debido a la excitación que sentía y la actividad que estaba realizando, casi que no podía hablar… o mas bien razonar bien las cosas que decía o pensaba de a poco su mente sentía como si dejara de ser racional y comenzara convertirse en algo “salvaje”, dejaban de importarle aquellas pequeñas cosas y solo se dejaba dominar por el placer, de a poco iba cayendo en las redes del mismo dejándose llevar finalmente por este, no podía evitarlo lo disfrutaba aunque fuera un maldito vampiro quien lo poseyera.

Le gustaba oírlo quejarse por lo bajo, podía imaginar que sería un tanto doloroso para él, pero aquello poco le importaba y además estaba seguro que aquel dolor era del agrado del castaño. Así había sido siempre, aquel, las eran las claras pautas, aquello era simplemente sexo salvaje en el que los dos obtenían un beneficio a costa del otro, casi como una transacción comercial. Entre ambos sólo había un morboso deseo, un deseo que los única en la cama y que tal vez era una de las causas por las que aún no se enfrentaban a muerte de verdad. Notó el cambio en los sonidos que se escapaban de los labios del menor, comenzaba a cambiar el tono y el dolor parecía esfumarse de las notas dando sitio al placer. Podía notar la temperatura del cuerpo del otro, aquella una de las pocas cosas que le envidaba a los humanos, la capacidad de hacer hervir su piel de aquella forma tan agradable que estremecía al contacto de su piel con unos cuantos grados menos. Notó la humedad en ella cuando el cazador comenzó a sudar productor del ejercicio físico, se inclinó un poco apoyando su pecho contra su espalda de modo que su cabeza quedara cerca de su hombro y lamió detrás de su oreja capturando algunas gotitas de agua salada que se deslizaban por allí.

Gracias a los movimientos de caderas de él la profanidad aumentó, y también su placer al tener todo su sexo dentro suyo. Aprovechando la cota distancia hasta su oreja sopló en ella para fastidiarlo y luego hablo socarrón en respuesta a su comentario.-¿Te gusta eh? Lo se, soy genial…-aquellas palabras no hacían mas que aumentar su narcisismo el cual estaba ya suficientemente inflado. No necesitaba de sus elogios, pero los disfrutaba de odas formas. Sintió un escalofrió placentero y su cuerpo le dio señales de que en poco tiempo acabaría dentro del muchacho por lo que aumentó el ritmo de aquellas embestidas volviéndolas mas fuertes que nunca, vigorosas e intensas para gastar allí toda su energía. Su mano libre fue hacia el sexo de Dael para masturbarlo rápidamente. Aquello duró unos instantes más hasta que finalmente llegó al clímax derramando aquella sustancia blanca y viscosa dentro del cazador. Mantuvo los ojos cerrados saboreando la sensación del orgasmo hasta que esta acabó por esfumarse y luego volvió a abrirlos para observar al castaño. Sonrió con diversión al ver la almohada destrozada sobre la cama frente a ambos y las sabanas manchadas y pegajosas.

Se incorporó saliendo de él y se tumbó cómodo boca arriba a su lado exhalado un largo suspiro de satisfacción ante la tarea realizada. Estiró la mano buscando la caja de cigarrillos y tomo dos, le pasó uno al chico y encendió el otro para él llevándoselo a los labios. Se sentía satisfecho y de buen humor, normalmente era una persona agradable luego de tener sexo, su temperamento estaba más calmo y exaltado que la mayoría del tiempo. –No deberíamos dejar pasar tanto tiempo la próxima vez –comentó tranquilamente luego de dar la primera calada.

Se estremeció al sentir la piel fría del otro en contra de su espalda, más aun al sentir como le lamia y soplaba la oreja, eso hacia que su tortura fuera mas grande. Ah ese maldito como detestaba cuando hacia eso, en especial cuando…. No, no tuvo que pensar en ello ya el mayor se lo había dicho el narcismo del otro siempre tenia que salir a flote cuando tenían relaciones sexuales, a veces era insoportable e irritante pero no importaba, le daba placer cuando lo hacia con el .
Las embestidas del mayor se volvieron un tanto mas rápidas que antes y comenzó masturbar el miembro del chico, lo cual hizo que este soltara gemidos apenas audibles y algo ahogados, ya sentía que no resistiría mucho mas, un poco antes de que el mayor terminara lo hizo el. Una vez que el mayor salio de el se quedo mirándole curioso agarrando el cigarrillo y mirando como empezaba a fumar. El pelinegro dejo el cigarrillo por ahí y le saco el cigarrillo al otro apagándolo contra la pared, luego se sentó arriba del abdomen ajeno mientras le sonrió de manera algo “picara” y mirándole con el ceño levemente fruncido.

-Eres muy fácil de complacer- le dijo con calma, ¿ya con eso quedaba satisfecho?, el sinceramente no quedaba solamente con eso satisfecho, necesitaba gastar mas energías en aquella especie de actos, después de todo no era mas el niño que antes había conocido Aaraon, sabia que aquel tipo de seguro no estaba lo suficientemente satisfecho si hablaba de una “próxima vez” y “hacerlo mas seguido”. Recién ahora notaba lo “piadoso “ que era con el, bueno pero de seguro no querría destruir a uno de sus tantos juguetes que pasaría si se quedaba sin un culo al cual ponérsela…bueno podría conseguirse otro igual. ¿Entonces porque? ¿Acaso era tan fácil de complacer?

El cazador se deslizo un poco mas hacia abajo y se sentó encima de la pelvis de mayor, agarro el miembro de este lo masturbo apenas un poco para ponerlo duro de vuelta y comenzó a introducirlo en su recto nuevamente soltando un suave gemido, hasta que estuvo casi por completo adentro de este. Apoyo sus manos sobre el abdomen del mayor y de a poco comenzó a moverse con lentitud de arriba abajo mientras jadeaba y daba suaves gemidos. Miro apenas al otro a los ojos y le sonrió con lasciva.

- ¿Por qué no intentas agotarme de una vez? Al menos intenta desmayarme- el joven parecía estar retándole a vampiro, parecía un reto arriesgado aquel, pero se notaba que el chico había adquirido bastante experiencia, aunque la verdad la había adquirido gracias a sus novias, algunas mas experimentadas que el le “enseñaron” algunos truquitos pero nunca antes los había probado recién ahora estaba en ello.

Para variar comenzaba a perderse en su mundo, prácticamente se había olvidado de su acompañante cuando le fue arrebatado su cigarrillo por lo que volvió a mirarlo con el ceño fruncido. Lo vio moverse acomodándose sobre él quien se encontraba perfectamente cómodo en la cama mullida. Sonrió mostrando sus colmillos ante su comentario, le resultó bastante cómico, después de todo realmente había cambiado en aquel tiempo, se preguntaba que habría hecho para ahora ser tan diferente. Normalmente era Dael quien se alejaba primero, pero aquella vez estaba buscándolo para repetir ese ritual. Y a Aaron poco lo costaba aceptar seguir el juego, siempre tenía energías disponibles para tener sexo, sobretodo si se trataba de aquel divertido juguete que esta noche parecía necesitado e incansable. –Es cómico que seas tú quien lo digas, ¿acaso has estado en abstinencia? –respondió colocando su mano alrededor de la cintura de él para mantenerlo fijo cuando el menor comenzó a descender introduciendo su sexo ya excitado en su interior. Estaba confundido, lo fácil era despertar su libido, no satisfacerlo.

Apretó sus dedos entorno a su piel y lo empujó levemente hacia abajo haciendo que su miembro entrara por completo en él y luego le permitió moverse cuanto quisiera pues aquello le daba bastante placer, aquella postura debía ser bastante más cómoda y placentera para el otro, pero la verdad el también estaba cómodo. –Acepto el desafío-respondió con la voz algo ronca y empujo más con sus caderas hacia el interior del joven buscando aquel punto que lo haría terminar de enloquecer.

Sentía bastante curiosidad por el cambio, pero no preguntaría, la única forma de lograr algo como aquello era experiencia y se notaba que Dael había recolectado suficiente. Incorporó un poco su torso para poder verlo más de cerca y colocó una de sus manos en la nuca del castaño. -¿Acaso has mejorado para mi? Fue buena idea, o acabarías aburriéndome con tu debilidad… -No sólo su personalidad se había modificado un poco sino también su cuerpo había madurado, estaba más grande que antes y tenía mas fuerza. Le mordió el mentón más a modo de juego que otra cosa y sus ojos amatistas se fijaron en los del otro. A pesar de que para el vampiro ya no había nada especial en el sexo, más que un ritual placentero que sólo se volvía mejor cuando acababa en la muerte de su victima, podía decirse que con el cazador lo disfrutaba bastante más. Le gustaba aquel desafío en su mirada, aquel deseo reflejado en sus pupilas y el calor de su piel que era una muestra física de sus necesidades.

-No puedo dejar que mi mascota no quede satisfecha…-agregó con ánimos de hacerlo enfadar y lo tomó por la cintura con ambas manos haciéndolo bajarse de su pelvis, lo empujo contra la cama de modo que sus rodillas quedaran apoyadas sobre el colchón al igual que sus manos, de espaldas a él, y volvió a poseerlo brutalmente sosteniendo sus caderas para poder llegar hasta el fondo. Podía jugar con él durante toda la noche, o por lo menos hasta que el castaño perdiera la conciencia.

El pelinegro chasqueo la lengua ante la pegunta mientras seguía moviéndose y le miro casi de una manera burlona, era tan ególatra que incluso se creía que mejoraba para el, que risa en verdad…pero era algo tan cierto, esos últimos 3 años no solo se había dedicado a mejorar en cuanto su manera de pelear sino también en su experiencia sexual, en ese ultimo había aprendido lo suficiente el solo- Tsk…estas mas arrogante que antes… no solo tienes el narcismo inflado al parecer- comento el pelinegro de una forma burlona con la respiración algo entre cortada y notándose que al hablar las palabra s le salían como “forzadas”. En abstinencia últimamente no había estado, aunque no permitía que cualquiera se la metiera de seguro que si el vampiro se enteraba que era el único su ego aumentaría, era mejor reservarlo y mantenerlo sellado aquello, lo único que esperaba por parte del otro eran burlas y de seguro se reiría si se enteraba.

-¿Uh masco...?- al escuchar eso se enfureció un poco pero no alcanzo a decir mucho sus pupilas se encogieron al sentir aquello estaba entrando con mas fuerza y era mas salvaje al hacerlo con el, Dael no pudo evitar gemir con dolor ante tales embestidas, eran fuertes y profundas podía sentir el roce de aquella punta que tocaba en uno de sus puntos “dulces”. Lo estaba disfrutando aquello, era tan bueno, hacia mucho que nunca sentía esa especie de placer se sentía demasiado bien, incluso su saliva desbordaba de la comisura de sus labios, sus manos se encontraban aferrada con fuerza a las sabanas. Su respiración estaba más que agitada y se podía notar su cuerpo lleno de pequeñas gotas de sudor recorriéndole por toda la piel. Sus mejillas estaban suavemente ruborizadas, su expresión en si era completamente lujuriosa. A pesar de que aquello comenzaba a volverle loco y hacia que sus gemidos salieran extraños un poco mas altos y agudos de lo normal… a pesar de eso aun era conciente de lo que pasaba. Miro al vampiro con lasciva y sonrió levemente.

-¿Qué pasa Aaraon?…¿me extrañaste acaso?- le pregunto de manera burlona aun sintiendo como era embestido con bastante fuerza. Ya el menor sabia la respuesta, de seguro saldría algo descarado de los labios del otro nunca escuchaba que demasiadas cosas buenas salieran de el….igualmente se odiaban mutuamente.

El pelinegro movió apenas las caderas, era flexible así que un poco podía moverlas al menos para hacer las embestidas mas profundas, ahora se sentía mejor el placer aumentaba en cada instante.

Aquel chico decía cosas realmente graciosas, así eran siempre sus conversaciones, su relación se basaba en ese tipo de peleas en las que ninguno era un acabado vencedor sino que cada uno terminaba pensando lo que prefería. La verdad la pasaba muy bien con el cazador, se divertía y obtenía lo que buscaba de todos los humanos: sangre y placer, así que estaba más que conforme, lo mejor era que no tenía que ser amable con él, podía maltratarlo todo lo que quisiera y el otro siempre regresaba por más. Definitivamente su juguete se tornaba irremplazable y aunque podía vivir perfectamente sin él, de hecho lo había hecho por mucho tiempo, era cierto que extrañaba aquellas sesiones de sexo. Le gustaba mantener relaciones con los humanos, sobretodo cuando se convertían más tarde en sus victimas, pero normalmente no aguantaban demasiado y acababan perdiendo la conciencia muy rápido, eso lo fastidiaba. Con Dael en cambio podía jugar muchísimo más. -Ni en un siglo lograrías alcanzarme pequeño… -agregó arrogante como de costumbre, no había forma de quebrar su orgullo, al menos en situaciones normales, era bastante insensible a los sentimientos ajenos, y poco le importaba si podía causar daño con sus palabras, aunque pensaba que ese chico se parecía un poco a él en ese punto, también parecía ser bastante carente de sentimientos de cualquier clase, tal vez por eso a pesar de su paradójica relación se soportaban mutuamente.

A diferencia del cazador a quien no le agradaba admitirle ciertas cosas para que no aumentara su ego, Aaron no tenía problemas con serle sincero, esto no lo hacía sentirse humillado, por el contrario cuando el chico le hizo aquella pregunta respondió con la verdad. –De momento eres mi único juguete humano que sigue con vida, asi que eres bastante valioso…-sonrió ladino al escuchar sus gemidos teñidos por dolor y algo de placer, no dejaba de embestirlo cada vez con más fuerza entrando y saliendo de él para que cada vez sintiera más profundamente su sexo. Llevo una de sus manos a la entrepierna del castaño para estimularlo del mismo modo que antes, tirando despacio de la piel del glande. –Dime la verdad…-le susurró con aquella voz ronca y sensual a su oído, liberando su aliento tibio producto de haber bebido su sangre- Soy el único que en verdad logra satisfacerte…-también su respiración se notaba un poco alterada, y algunas gotitas de sudor caían por su frente perdiéndose después en su cuello. Sabía cuanto le costaba decir aquellas cosas, pero le resultaba tan divertido molestarlo con aquello que querría escucharlo por mas que supiera de sobra que era verdad.

Apretó los dedos alrededor del muslo que sostenía con sus manos clavando un poco sus uñas en él, le gustaba la sensación de la sangre tibia entre sus dedos, aquella piel tan tibia lo excitaba más. Sentía deseos de correrse dentro del cazador pero aguantó para poder perpetuar aquel juego placentero por más tiempo.

Aquello…¿Qué podría decirle de eso?, ¿era tan fácil de leer su mente? O mas bien sus expresiones, Aaraon era el único que le daba el suficiente placer, era por el único que se dejaba dar por atrás después de todo con el lo sentía mas placentero, no sabia porque mierda le daba el gusto a aquel vampiro…pero no importaba estaba bien. Jamás lograría entenderse a si mismo. Le sonrió al vampiro mientras le miro, aquella sonrisa fue ladina casi burlona como diciendo “¿en verdad crees que eres el único que me da este tupo de placer?” o aun peor, “¿crees que eres el mejor en esto?”, con tan solo ver su sonrisa o su manera de mirar se podía ver bien su respuesta…la verdad no podía ser sincero con aquel vampiro en ese tipo de cosas, era sincero en otras tantas pero cuando se trataba de exponer al aire su orgullo le costaba ser sincero. Después de todo era un cazador darle a saber eso a un vampiro ¿no era peligroso? Si de hecho lo era como traicionar a los de “su especie” por así decirlo.

-Ugh…- se mordió los labios soltando un gemido ahogado al sentir como las uñas del otro se incrustaban mas en su piel y seguía embistiéndole. El miembro del mayor se podía sentir mas caliente en su interior, era algo completamente placentero no sabría como explicarlo el pelinegro…aquello, ¿lo había sentido antes?. No la verdad no… su saliva siguió desbordando de la comisura de sus labios, el salivar no podía controlarlo era tanto placer el que recibía. Ya su mente comenzaba a quedar en blanco y ni sabia lo que quería o lo que pensaba, solo sentía que los tratos de su miembro se sentía bien y que en cualquier momento su semen podría salir dispersado si el otro seguía haciendo lo mismo, aquello se sentía tan bien al punto de que el menor había comenzado a gemir de placer ya no pudo contenerlo. Sus mejillas ahora tenían un color carmesí intenso y sus ojos color ámbar se concentraron en los amatista ajenos mirándole con cierta lujuria que parecía ciega.

-Mas…dame mas fuerte- pidió entre jadeos y de manera casi desesperada ¿a aquello podía decirle una persona que no le gustaba?, le encantaba mas bien se podía ver como el humano disfrutaba ser el pasivo en aquella relación, ya el orgullo le dejaba de importar con tal de sentir mas placer del que estaba sintiendo. Solo quería que el otro le llenar, sabia que con aquella segunda vez no le bastaría tendría que haber una tercera, era lo mas seguro… y si no se cansaba con la tercera habría una cuarta. Lo haría hasta quedar inconciente.

Poco le importaba ser el único en la vida de Dael, es más, de sobra sabía que no lo era, pero no era posesivo en ese sentido. La verdad le daba exactamente igual lo que hiciera con su vida, mientras pudiera sacar un beneficio de él todo andaba perfectamente. No le molestaba ser comparado con otros mientras en aquellas comparaciones siempre saliera beneficiado, de todas formas nunca hablaban de cosas como aquellas, además sabía que el chico nunca admitiría nada que pudiera permitir que aumentara el ego ya de por si muy desarrollado del vampiro. Sus preguntas sobre el tema siempre eran retóricas y las respuestas del cazador poco le interesaban en realidad pues él se creía dueño de la verdad. Su sonrisa se ensancho al escuchar los gemidos de placer que escapaban sin control de la boca de su acompañante, por fin lograba lo que tanto ansiaba, adoraba aquel sonido lastimero, hacía que su excitación aumentase, y en Dael no era algo tan fácil de lograr pues se resistía. Podía sentir algo tibio dentro del recto del humano, algo que su olfato enseguida reconoció como sangre… aquella sonrisa morbosa iluminó su rostro llegando incluso a cambiar su mirada por otra más perversa y posesiva. Nada podía detenerlo, ahora no lo soltaría por más que se lo pidiera a gritos. De todos modos el muchachito o parecía tener ninguna intención de que lo liberara de aquel pacer compartido, por el contrario ambicioso, sólo pedía más y más.

Salió de su interior y lo levantó de la cama repentinamente, estampándolo contra la pared que estaba junto a esta, haciendo que su espalda quedara apoyada contra la fría superficie. Aprisionó su cuerpo con el propio acomodándolo de tal modo que sus piernas pudieran enredarse alrededor de sus caderas, volviendo a penetrarlo fuertemente en aquella posición. El cuerpo del chico era realmente adictivo, no quería dejar de poseerlo, una y otra vez, hasta que ninguno de los dos tuviera más energía para seguir, hasta que los gemidos del menor se escucharan en todo el hotel. Sentía que ya no podrá resistir la tentación de terminar en su interior por mucho más tiempo, su miembro se lo exigía y comenzaba a doler consecuencia de estar conteniéndose. Levantó un poco el rostro y lo miró directamente a los ojos, algo que extraña vez hacía, no porque le disgustaran sino porque aquello por alguna razón le incomodaba, les daba una clase de intimidad ligeramente diferente.

Por un momento se quedó quieto, deteniendo las embestidas, llevó una mano al rostro del castaño y lo tomó por la mejilla dándole un repentino y brusco beso en los labios. La verdad es que no pensaba en lo que hacía, de haberlo hecho seguramente no habría llegado a besarlo, pero lo estaba haciendo y aquello era algo totalmente nuevo. No acostumbraba a besar en realidad, aquello le resultaba mas intimo que tener sexo con alguien, y por ese motivo rara vez lo hacía. Dael y él nunca se besaban, era algo así como un pacto tácito entre ellos que hasta ahora ninguno de los dos había quebrado. Su boca sabía deliciosa, mas de lo que hubiera imaginado, disfruto el roce de la lengua del menor y la tibieza de su aliento. Despacio volvió a recobrar el ritmo de sus caderas, volviendo a hundirse en él hasta retomar la velocidad previa sin alejarse de sus labios.

Podía sentir algo extraño en su interior, un liquido caliente escurrirse entre sus piernas ¿estaría sangrando?, no tenia idea, pero pudo sentir como su espalda chocaba con fuerza en contra de la pared, estaba fría, se estremeció ante aquel contacto y casi pega un grito ante tal embestida que había pegado el otro contra s cavidad, estaba comenzando a ser mas brusco de lo normal, podía sentir como su interior comenzaba a ser perforado debido a la fuerza que aplicaba el otro. Yas casi ni sentía su trasero, el dolor de este había pasado al punto de “no sentirse” o más bien sentirse tanto al punto de no saber que mierda era aquello si era dolor o placer. No sabía que mierda era pero sabia que lo estaba rasgando por dentro, y hacia que su herida interna se abriese cada vez mas, debido a la fuerza que usaba el vampiro.

Por un momento las embestidas cesaron un poco las miradas de ambos se cruzaron, ambas orbes de diferentes colores y a la vez muy extraños ahora se fijaban fijamente una a la otra, las pupilas color ambarinas se fijaban en las amatistas ajenas. Ambas miradas eran parecidas, su manera de mirar al mundo era similar, desconfiaban del mundo….le tenían miedo, podía leerse a la perfección eso, aunque no era bien conciente de lo que leía, pero podía sentirlas….aun así eran distintas como la noche y el día, ambos eran enemigos tenían ideales muy distintos sobre la vida y supervivencia. Pudo sentir en su mejilla el tacto frió de mayor y se le quedo mirando fijamente sintiendo su respiración que parecía estar algo tibia, cada vez mas cercano a el….mas, quedo perplejo ante aquel beso, por ratos se quedo inmóvil pensando en que mierda sucedía…era extraño nunca había tenido aquella especie de contacto con el otro, pero siempre había tenido curiosidad por como sabían los labios del mayor, ahora podía saberlo….eran fríos, aunque de a poco comenzaban a sentirse cada vez mas tibios. Pudo sentir como la lengua del pelinegro comenzaba a tener contacto con la propia, al unísono comenzó a mover la suya sin problema alguno. Al poco tiempo comenzó a sentir de nuevo aquellas profundas embestidas, eran tan fuertes….no sabia donde descargar el dolor sus manos buscaron un lugar desesperadamente para rasguñar, aquel lugar fue la espada del vampiro la cual comenzó a rasguñar dejándole marcas rojas bien marcadas, al punto de poder llegar a dejar unas leves cicatrices en esas zona que de seguro no durarían demasiado en la piel de aquel vampiro. Sus labios siguieron apegados a los ajenos mientras seguía moviendo su lengua, sus gemidos se escapaban inevitablemente por su boca o más bien hacían un eco en esta y se podía sentir un poco inclusive en la boca ajena.

La saliva comenzaba a desbordar de ambas bocas, apenas abrió sus parpados los cuales había cerrado de momento para sentir mejor aquellas sensaciones y miro al pelinegro levemente mientras le besaba, se sentía algo confundido, ahora sus ojos parecían denotar algo de confusión no entendía lo que pasaba ni porque el otro le besaba… pero daba igual ¿no?...siempre daba igual.

Aquel beso que en un inicio había sido brusco de a poco parecía ir tornándose más lento, ambos disfrutaban de ese contacto nuevo y se dedicaban a conocer la cavidad ajena jugando con sus lenguas, enredándolas y apitándolas, en un extraño y delicioso baile. Pudo sentir como algo le rasgaba la piel de la espalda, las uñas del humano hacían lo posible por herir su piel seguramente en un intento de descarga y desesperación, era agradable aquella sensación ligeramente dolorosa. Abrió ligeramente los ojos por un momento y lo tomó por sorpresa encontrarse con que el castaño también lo veía, en sus ojos había algo que no supo definir, duda, confusión, que lo hizo caer en cuenta de lo que estaba pasando. Atrapó la lengua de Dael entre sus colmillos dándole una pequeña mordía sin hacerle daño y separaron sus labios, dándole por un lado tiempo para recuperar el aire y por otro tiempo a sí mismo para comprender aquello. Descansó la frente contra su hombro pues no quería mirarlo, si le preguntara porque lo habría hecho en aquel momento no tenía una respuesta clara, y eso lo turbaba, estaba acostumbrado a ser dueño de sus actos, y conocer perfectamente los motivos de cada una de sus acciones. Aquello lo fastidiaba un poco, pero ya habría tiempo de reflexionar en otro momento, el placer que le proporcionaba el cuerpo del humano nublaba su mente y lo sentidos lo suficiente como para que aquello rápidamente se convirtiera en algo trivial.

Podía sentir la sangre tibia del humano escurrirse por su entrada, era una sensación tan deliciosa que le resultó inevitable contenerse por más tiempo y finalmente se corrió en su interior apretándolo con algo más de fuerza contra la pared en ese momento. Sentina su respiración agitada, estaba hiperventilando, y se tomó unos segundos para recuperar el aliento, aunque no se sentía agotado si más que satisfecho y dudaba que el muchachito no estuviera conforme. Levantó un poco la cabeza y lo miró para ver su expresión, lo había dejado bastante maltrecho en verdad, pero eso no era nada nuevo ni nada por lo que tuviera que preocuparse. No le daba siquiera un poco de culpa. Se movió saliendo de su interior pero aún sosteniéndolo, dudaba que fuera capaz de caminar hasta la cama, sentía su cuerpo abatido. Lo llevó hasta la cama y lo dejo allí, recostándose luego a su lado para dormir un poco. Las sabanas tenían manchas de sangre por varios sitios, y las plumas de la almohada estaba desperdigadas de la habitación, sonrió divertido al pensar en la cara de la mujer de la limpieza cuando viera el estado de aquel lugar. Seguro le cobrarían un extra por los daños, pero poco le importaba, había valido la pena.

-¿Conforme? –preguntó con voz burlona apoyando un codo sobre el colchón, acomodándose de lado, y descansando la mejilla sobre la palma mientras observaba a Dael. Él se sentía satisfecho, de algún modo parecían necesitarse el uno al otro, había tenido sexo con muchos otros en aquel tiempo, pero con ese chico tenía alguna clase de conexión, lo disfrutaba más al hacerlo con él, se entendían bien en la cama.

Un poco después pudo sentir una substancia tibia que se escurría en su interior, era su propia sangre mezclada con aquella substancia blanquecina que se comenzaba a escurrir entre sus piernas. Ya sentía que no podía moverse, aquel maldito vampiro le había roto el culo a pedazos, ni siquiera se quejo porque ya ni sentía sus piernas el pelinegro se había sobre pasado en fuerza, había sido un maldito bestia como siempre, igual eso le encantaba que fuera así de salvaje con el. A veces aquel vampiro se hacia desear de mas. No se quejo cuando este lo llevo hasta la cama nuevamente y lo recostó sobre esta, aunque soltó apenas un gruñido al sentir su rasero en contra del colchón y se puso boca abajo para que no le molestara el dolor. Miro apenas al vampiro y agarro el cigarro el cual le había dado anteriormente mientras lo ponía en su boca, busco un encendedor arriba de la mesa de luz que tenia al lado encontró uno entre las plumas de la almohada que estaban desparramadas por casi toda la habitación, era como si una pelea hubiese habido allí, incluso había rastros de sangre en la cama e incluso en el suelo.

-Tsk…tan brusco como siempre- dijo el ambarino mientras prendía el cigarro y se ponía a fumarlo escuchando su pregunta a la cual sonrió con cierta arrogancia, ¿conforme?, no sabría que contestarle ante eso. Siguió fumando con suma tranquilidad y le dejo con la pregunta en la boca, estuvo caprichosamente guardándose la respuesta por unos 5 minutos aproximadamente, exhalo un poco de humo por la boca en un momento y le miro fijamente los ojos al otro frunciendo levemente el ceño y riéndose.- Mmm déjame pensarlo…me rompiste el culo….supongo que debería estar conforme no- contesto con suma calma y sintió su celular sonar, este sonaba “alegremente” en el baño. El joven puso cara de “no tengo ganas de levantarme” y dejo que siguiera sonando como si nada debía ser su novia, ya era la 4ta vez que la dejaba plantada y la muchacha seguía insistiendo que quería salir con el, pero sinceramente no le llamaba para nada la atención aquella muchachita era muy inocente y “dulce”, las mujeres así nunca le habían atraído, le parecían muy tontas.

-Ah…ríndete de una vez- susurro por lo bajo revolviéndose un poco los cabellos, el celular dejo de sonar repentinamente y el joven siguió aspirando la ultima calada del cigarro y luego exhalo el humo lentamente hacia fuera y por la boca, Luego apago el cigarro contra de un cenicero y se quedo allí estirando u poco el cuerpo.