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Desechando recuerdos [priv. Dael]

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Mensaje por Aaron Vie Mayo 14, 2010 5:51 am

No recordaba la última vez que había pisado Alemania, seguramente ya habrían pasado más de 10 o 15 años desde que había ido a aquel país. No tenía razones para visitar ese sitio que no le interesaba para nada, ¿Por qué estaba allí ahora entonces? ¿Qué lo había movilizado a hacer ese viaje? Tal vez era porque aquellas voces en su cabeza habían regresado con más insistencia que antes, porque aquellas visiones que pensó que habían desaparecido regresaban en momentos inoportunos perturbándolo, o posiblemente se debía a aquellas pesadillas. Podía pensarse que era absurdo, pero siempre había creído que en sus sueños se encontraba velado alguna clase de mensaje, y a pesar de que no hacía nunca caso a lo que otros le dijera si obedecía a lo que sus sueños le señalaban, hasta ahora no se habían equivocado. Todas esas razones eran las que lo habían arrastrado a ese país que no era de su agrado, pero donde tenía una tarea que realizar, tenía la idea de que tal vez allí finalmente se callarían, dejarían de fastidiarlo aquellas pesadillas sin sentido que por alguna razón le perturbaban durante casi todas las noches. Quería librarse de aquello como quien corta de raíz un viejo problema, acabando con el origen de aquello seguramente lo demás también caería, como una torre de naipes.

El pueblo que buscaba estaba en las afueras de Berlín, era un sitio pequeño constituido sólo por unas cuantas casas bajas y una estrecha calle principal con contados negocios que prestaban los servicios básicos a sus habitantes. Era la primera vez que estaba en ese lugar, pero ya lo había visto en otras oportunidades en los recuerdos de otra persona. No siempre ocurría, y no con todos los seres humanos, pero en algunos casos al momento de beber la sangre de uno de ellos junto con el líquido vital se filtraban fragmentos de sus recuerdos, de sus vivencias. Aquel sitio era tal cual lo recordaba de aquellos fragmentos de imágenes que había visto en la mente de aquella mujer. Sus pies lo guiaron por si mismos hasta la casa que buscaba, era sencilla, una vivienda precaria de finas paredes de hormigón ubicada en las afueras del poblado. Sonrió al encontrarla, aunque su expresión lejos de mostrar felicidad retrataba más bien satisfacción.

Era tarde, seguramente cerca de las 12 de la noche, las calles estaban absolutamente desiertas y unos pocos faroles iluminaban el lugar. Algunas casas aún tenían las luces encendidas, pero ya en muchas los mortales dormían. Se acercó a la puerta de fina madera y tocó con fuerza, le daba igual si lo despertaba, no pensaba quedarse ni una noche en aquel sitio que sólo fomentará que aquellas voces se volvieran más acuciantes. Aguardó y tocó otra vez, con cierta ansiedad, ¿acaso el sito estaba desierto? Aguzó el oído y escucho unos pasos lentos, evidentemente el dueño de casa ya se había acostado. Cuando la puerta se abrió quedó ante su vista un hombre que no superaba los 30 años, su expresión denotaba que acababa de sacarlo de la cama al igual que su pijama raído y viejo. Tenía un aspecto lozano, aunque se notaba que las dificultades de la vida lo había vuelto un hombre fuerte. Se o notó bastante desconcertado ante su visita, pues era la primera vez que veía al vampiro, pero este sí lo conocía, sólo le restaba una pequeña confirmación.

¿Frederick Hoffman?

El alemán asintió pero el vampiro siquiera le dio tiempo a articular una palabra, antes siquiera de que pudiera separare sus labios para hablar hizo un movimiento rápido y simplemente le cortó el cuello. La sangre brotó de inmediato de la herida, manchando el suelo, las paredes y principalmente el rostro y la ropa del vampiro. No tenía ningún deseo de beber aquella sangre, le resultaba simplemente repugnante. Sacó una botella del alcohol del interior de su saco y comenzó a esparcirlo por toda la casa, con claras intenciones de prenderla fuego, recorrió las pocas salas observando el mobiliario, las fotografías, sin darle a nada demasiada importancia. De repente su nariz percibió un aroma mortal, no se trataba de uno de los vecinos pues era fresco y cercano. Caminó hasta una de las habitaciones del fondo siguiendo aquel aroma suave, sorprendiéndose ante lo que se encontró, había una niña pequeña durmiendo acurrucada y arropada, sin enterarse de nada. Tendría aproximadamente unos 5 años, en sus facciones pudo reconocer enseguida que debía ser hija de aquella mujer… tenía los mismos pómulos redondos y el cabello enrulado y rubio que estaba desparramado sobre la almohada. Dudó un momento sin tener idea que hacer, no podía matarla, dejar que se quemara vida junto con la casa, y ahora era huérfana… Se acercó y la levanto con un brazo del lecho, manteniéndola abrigada con la manta, afortunadamente no despertó porque no fue bruscos con sus movimientos, y tan solo se acurrucó para seguir durmiendo.

Encendió una cerilla y la dejo caer sobre el alcohol derramado, viendo como todo se encendía de inmediato y así abandono el lugar sin más, en dirección a Berlín que estaba lo suficientemente cerca como para llegar a pie. Pudo escuchar las voces de los pobladores escandalizados ante el repentino incendio pero siquiera se volvió a observar, simplemente caminó sin demasiado apuro hacia la capital alemana cargando a la niña dormida.
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Mensaje por Dael Vie Mayo 14, 2010 4:40 pm

El olor a humo había llegado hasta su nariz, la gente que habitaba ese hogar en el cual en ese momento le estaban hospedando generosamente comenzó a alarmarse. La puerta hacia el exterior pudo escuchar abrirse de un golpe seco, el dueño de aquel hogar, la cabeza de la familia o mas bien el que mantenía a aquella humilde familia que en aquel momento le estaba hospedando, entro bastante alterado gritando en alemán cosas poco comprensibles . Lo único que llego a entender el cazador fue “incendio en la casa de Frederick”, su alemán no era bueno aun así entendía medianamente lo que decían los mismos si le hablaban pausadamente y con calma. El pelinegro salio de su habitación al escuchar todo ese alboroto, al parecer había sucedido algo grande, el chico cargo bien con su katana y su arma de fuego extrañamente sentía que aquello no era normal…algo decía que no encajaba en todo aquello.

La hija mayor de aquella familia se acerco con sigilo al pelinegro, el ambarino no se sentía interesado por aquella chica pero esta parecía querer timar con el, incluso había intentado seducirle antes de ir a dormir, pero el simplemente metió una escusa de que no se sentía bien y necesitaba descansar, o que le dolía la cabeza, típica escusa para no tener sexo. Pero quien sabía talvez podría encontrarle utilidad a aquella muchachita. Dejo de pensar en ello y se acerco al lugar donde ocurría el incendio nadie se animaba a entrar allí, lo único que hacían era intentar apaciguar el fuego, el cual parecía ponerse cada vez mas violento, además el viento que había en aquel momento no los favorecía. El pelinegro, solo por acto bondadoso comenzó a ayudar a la gente del pueblo para apagar aquello.

Por momentos el chico desvió su mirada en una dirección y vio a un hombre que parecía estar asustado, se encontraba sentado en la fina hierva, siendo atendido por el doctor del pueblo o algo por el estilo, este le preguntaba que le pasaba y el hombre repentinamente comenzó a gritar sobre que un vampiro le había cortado la cabeza a Frederick, aquello rápidamente llamo la atención del pelinegro. La gente le miro con cara de “este tipo esta loco”, de hecho era el loco del pueblo según ellos, era el que creía en los vampiros, licántropo y cazadores aun. El oji ámbar esbozo una sonrisa al escuchar aquello y se acerco para hablar con aquel hombre, al escucharle solo le oyó decir que aquel que había asesinado a aquel hombre se había llevado a “su hija” al parecer no estaba seguro de lo que había dicho aquel hombre o que cosa tenia que ver con aquel hombre. Pero se habían secuestrado una humana, aun podía estar viva la pequeña.

-¿Para donde se fue?- le pregunto el pelinegro a aquel hombro de cabellos canosos y ropa desgastada, su rostro se podía ver bastante deteriorado, aquel hombre no superaría los 70 años de edad. El mismo solo le miro con cierto temor y apunto hacia una dirección, su dedo índice el cual se movía de manera convulsiva. El muchacho miro hacia aquella dirección y se despidió rápidamente comenzando a correr en aquella dirección, aquella niña era su deber salvarla. Siguió los rastros de supuesto vampiro, cada vez estaba mas cercano y el joven era mas sigiloso al seguirlo, espero a que este bajara lo suficiente la guardia, cuando lo hizo se dirigió rápidamente a el como si de un rato se tratase, pero rápidamente paro la katana contra el cuello del vampiro. Miro con cierta sorpresa al vampiro.- Aaraon… ¿Qué mierd…?-miro a la niña que cargaba entre sus brazos y suspiro.- Nose cual sea tu intención o tus planes… pero deja a la niña en donde pertenece-termino por decir el pelinegro, mirando a la pequeña la cual se movió entre los brazos del vampiro con algo de incomodidad y luego siguió durmiendo. Era apenas una mocosa…no podría tomarla como esclava de sangre ¿o si?, no sabia que Aaraon tenia es interés sobre los niños. Al parecer le faltaba mucho por conocer sobre aquel vampiro y sus gustos.
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Mensaje por Aaron Vie Mayo 14, 2010 5:54 pm

Iba distraído en sus pensamientos, y aunque se sentía mucho más relajado luego de haber cumplido con su misión en aquel país extranjero deseaba irse de allí rápidamente para regresar a Londres. Era extraño en él encontrarse distraído, por lo general siempre estaba atento a cualquier amenaza, después de todo sólo un momento de distracción podía traer como consecuencia la irremediable muerte del pura sangre. De no ser porque estaba particularmente distraído hubiera escuchado los pasos de un humano que lo seguían, o hubiera sentido su aroma y seguramente lo hubiera reconocido al instante, pero esto no pasó y sólo se percató de su presencia cuando sintió el filo helado de su katana contra su cuello. Detuvo su andar y giró apenas la cabeza observando al castaño de reojo ¿Por qué diablos siempre lo encontraba en los peores momentos? Era realmente fastidioso, no tenía idea que estaba haciendo en Alemania pero no podía creer tener la mala suerte de habérselo cruzado, después de todo no andaba de humor para tratar con él.


-Esto no es asunto tuyo
–respondió con tranquilidad, y hablando en voz baja pues no quería despertar a la pequeña que aún dormía. Con su mano libre apartó el filo de la espada de su cuello y comenzó a andar nuevamente, prácticamente ignorando al cazador como si sólo se tratara de una mosca fastidiosa, aunque tenía claro que seguramente lo seguiría, no sería tan sencillo que lo dejara en paz. Estaba ya muy cerca de la ciudad, así que en pocos pasos llego a las afueras, buscaría un sitio para hospedarse esa noche y partiría al día siguiente cerca del anochecer. Sus planes se habían modificado un poco, no pensó encontrarse con una niña en aquella casa, eso lo había tomado por sorpresa, ¿Cómo pudo ignorar que tenía una hija? De algún modo había protegido aquellos recuerdos de él y había evitado así que se enterara de su existencia, de todos modos no hubiera hecho aquello ninguna diferencia… Regresó la vista a la chiquilla mientras andaba y le acaricia la mejilla con el dedo índice, tenía una piel suave y tibia, se veía como los Anglés que los humanos solían pintar en la cúpula de las importantes iglesias.


-Deja de seguirme
–agregó al notar que Dael lo seguía, y muy de cerca, era evidente que no se rendiría muy fácilmente. Si quería luchar iba a hacerlo, pero no tenía deseos de enfrentarse con él esa noche, algo como eso prefería dejarlo para otro momento donde su animo estuviera para disfrutar de aquel enfrentamiento. Las calles de Berlín estaban apenas pobladas, había algunos sitios abiertos pero en su mayoría los negocios ya habían cerrado así que la luz era escasa. Sentía algo de apetito, pero aguantaría por aquella noche hasta regresar a Londres, por el momento lo primordial era encontrar un sitio para hospedarse. Finalmente encontró un hotel de su agrado, era en realidad bastante exigente y le agradaban los sitios lujosos, ingresó y pagó por una habitación una vez que le entregaron la llave fue hasta el elevador. –Tengo asuntos que atender –le dijo cortante al cazador, que parecía ser su sombra- No tengo tiempo para jugar contigo hoy
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Mensaje por Dael Vie Mayo 14, 2010 8:55 pm

Dael le siguió todo el rato ignoro cada palabra que dijo el vampiro, las cosas que le decía le entraban por un oído y le salían por otro, si andaba de mal humor no era su problema. Además no le había preguntado nada personal para que le respondiera “no es de tu incumbencia” ¿a que venia esa actitud?, el vampiro parecía estar algo alterado. ¿Qué mosco le había picado?, en verdad nunca lo había visto de esa forma era extraño, mas aun el ambiente que le rodeaba extrañamente sentía que era incapaz de hacerle daño a aquella niña. ¿Por qué?, no llegaba a comprender, que era aquel sentimiento, no lo entendía.

Nuevamente escucho la quejas del vampiros, no quería que lo siguiera pero lamentablemente lo seguiría, no confiaba en el y debía proteger a esa niña, después de todo era su deber proteger a los humanos. Cuando escucho lo de que el vampiro no tenía tiempo de jugar con el, Dael bufo… ¿jugar?, se pensaba que tenia ganas de jugar había estado liando con una tía insoportable esa noche y no había pegado el ojo por miedo a que le “violaran”. Miro nuevamente al vampiro claro que a sus espaldas, se veía extraño- Si quieres que deje de seguirte, deja a la niña- dijo en seco el pelinegro, iba enserio con ello, no estaba molestando al vampiro porque si y parecía estar conteniéndose al desenvainar su espada, aunque nadie podría notar aquello, aquella actitud desinteresada que poseía solía ocultarle de todo tipo de cosas. El pelinegro aspiro aire y luego lo exhalo con cierta fuerza

-Nose que mierda te pase ni me interesa saberlo sanguijuela…pero esa niña no es tu esclava y necesita amor. - termino por decir el pelinegro, ¿Por qué había dicho aquella palabra tan repentina había sido completamente extraño. Hablaba de amor cuando ni siquiera lo conocía, pero sabia bien que los niños de esa edad lo necesitaban, no entendía el porque pero sabia que era esencial para que crecieran, estaba pensando en cosas raras…demasiado para ser verdad. Pero ya no quería perder más tiempo, quería a la niña ya mismo, no la dejaría en manos de un vampiro. No confiaba lo suficientemente en ellos como para dejar una niña al cuidado de los mismos. El oji ámbar se quedo mirándole fijamente, no estaba bromeando para nada y tampoco parecía tener muchos deseos de pelear, por suerte tenia un mínimo de humanidad y consideraba hecho de aquella niña estaba presente, no era capaz de arruinarle la existencia a un humano que comenzaba a crecer, en realidad si era capaz si no le quedaban alternativas después de todo…. Era un cazador, siempre y cuando eliminara a su presa estaría bien.

-…Aaraon, no bromeo devuelve a la niña- dijo ya comenzando a exasperarse en cierto modo, no se la dejaría era mas que obvio que solo le seguía por aquella pequeña, a veces su trabajo como cazador le daba jaqueca. Llevo un a mano a una de sus sienes y comenzó masajeársela con los dedos índice y anular, ya comenzaba a dolerle la cabeza. No le gustaba esperar y eso lo sabía bien el vampiro, esta vez Dael no “jugaría” si se trataba de una pelea, parecía estar mas frió que de lo que acostumbraba estar. Incluso el ambiente que rodeaba a ambos parecía estar mas pesado de lo normal, si ambos peleaban uno moriría, era lo mas seguro que pasase eso. Pero por el momento ninguno había levantado la mano como para comenzar la pelea, al parecer no querían interrumpir aquella “paz” en parte.
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Mensaje por Aaron Vie Mayo 14, 2010 9:21 pm

Ingresó en el elevador y el cazador lo hizo también, era evidente que no se desasearía de él tan fácilmente, siempre había sido un problema quitárselo de encima, pero por lo general su presencia no le fastidiaba tanto como en aquel momento. Definitivamente había asuntos que no deseaba compartir con el humano, y ese era uno de ellos, había tenido una pésima suerte de que casualmente anduviera por allí, si creyera en el destino tal vez le hubiera echado la culpa. Era obvio que en caso de que sus intenciones fueran matar a la pequeña ya lo habría hecho en el poblado, simplemente habría bebido su sangre hasta dejarla seca, o hubiera permitido que el fuego consumiera su pequeño cuerpo. Pero tenía una razón para haberla sacado de allí y habérsela llevado, pero no pensaba explicarle todo aquello a Dael, como había dicho antes no era asunto suyo, y no tenía ninguna intención de compartir sus pensamientos con ese mocoso. Lo ignoro por otro rato hasta llegar a la entrada de la habitación que había alquilado, coloco la llave en la hendidura y abrió, para después regresar la vista hacia el humano, aquella mirada estaba cargada de desdén, era más que evidente que no lo quería allí, y si seguía fastidiándolo aquello no podía terminar bien.

Ante las palabras de Dael una sonrisa burlona apareció en su rostro, le resultó ciertamente gracioso que mencionara algo como eso, después de todo él no parecía ser alguien que fuera digno de dar el ejemplo. Recargó la espalda contra la puerta aún sin abrirla y lo observó evaluando sus palabras por unos instantes antes de responder. - ¿A dónde quieres que la devuelva? Es huérfana y no tiene ninguna familia…-hizo una pausa y so expresión se volvió ahora cínica y afilada, de algún modo lo estaba desafiando. –Ah, ya se… ¿acaso tu vas a cuidarla? –de sólo imaginarlo soltó una carcajada, en ese sentido el cazador era como él, no era capaz de entender los sentimientos ajenos, y mucho menos de cuidar a una niña como aquella, no estaba en derecho de reclamarle nada o darle indicaciones. Tampoco podía decirle que debía hacer y que no, nadie podía decírselo, Aaron siempre hacía lo que le daba la gana. Era cierto que la atmósfera entre ellos estaba tensa, extraña y pesada, no sabría decir porque era, pero simplemente se notaba que ambos estaban algo fastidiados por alguna razón, ninguno tenía demasiada paciencia ese día y era demasiado sencillo que aquella discusión derivara en una pelea a pesar de que no era el deseo de ninguno de los dos en aquel momento.

Se giró y abrió la puerta ingresando a la habitación, dejándola abierta pues imaginaba que el otro lo invitara o no entraría de todos modos. Era un sitio grande, seguramente una de las habitaciones más caras del hotel, poseía dos habitaciones separadas, fue a la más pequeña y deposito a la niña en la cama, dejándola cubierta con la manta para después salir cerrando tras si, quedándose ahora a solas con Dael en la otra habitación. Encendió un cigarrillo y se lo llevó a los labios con despreocupación, luego miró al chico y bufó - ¿Sigues aquí? ¿No tienes nada mejor que hacer que andar molestándome?


Nunca había comprendido la razón por la cual el otro se dedicaba a cazar vampiros, ¿Qué sentido tenía proteger a los humanos cuando ellos jamás se lo agradecían? Cuando, después de todo, eran sólo desconocidos con los que compartía la naturaleza de ser la misma especie..el jamás arriesgaría su vida por la de otro vampiro, no encontraba sentido a la vida que llevaba el muchacho, pero nunca le había importado. Ahora parecía estar terriblemente terco con aquel asunto, pero él era aún más testarudo, y no le daría a la niña por mas que insistiera.
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Mensaje por Dael Sáb Mayo 15, 2010 7:58 am

En cada paso que hizo el otro le siguió inclusive en el elevador, parecía la misma sombra de Aaraon sabia que estaba fastidiado por el simple hecho de que el le seguía igualmente pasaba por alto aquella actitud del vampiro, simplemente le ignoraba olímpicamente. Su vista estaba fija en la pequeña niña únicamente, no entendía el porque quería protegerla tanto ni siquiera había visto su cara. ¿Seria solo para fastidiar a Aaraon?, no. No era así, si fuera para fastidiarle no tendría tantas ganas de matarle, entonces ¿Por qué?, bufo ante aquellas preguntas y re-preguntas que se hacia en su cabeza, parecía estar teniendo una entrevista consigo mismo, comenzaba a ser fastidioso para el.

Entro al lugar como si nada, después de todo el vampiro le había dejado la puertas abiertas, al entrar se quedo apoyado contra de una pared fijándose en los movimientos de su enemigo, pero en su cabeza había quedado esa pregunta que obviamente había sido para fastidiarle y hacerle dar cuenta que era incapaz de darle amor a otro humano… extrañamente le afecto eso, ¿Por qué?. Apretó un poco lo puños y luego se miro las palmas de las manos….era un asesino, pero extrañamente hacer aquello no le llenaba siempre eran ordenes lo que seguía, el quería improvisar un poco aquel guión aburrido que siempre le daban y seguía al pie de la letra. Era algo imposible…pero porque no intentarlo, solo debía intentarlo miro sus armas y luego miro hacia el frente al escuchar los pasos ajenos, el pelinegro escucho las preguntas ajenas y lo único que atino a hacer fue a sacar su pistola, ¿le iba a disparar?...no lo que hizo fue tirarla al suelo como si nada, luego lo mismo hizo con su katana, tiro incluso sus escasos cartuchos de dinamita al suelo quedando completamente desarmado, ¿Qué hacia?, ¿acaso Dael había enloquecido?... era como si le estuviese ofreciendo su vida al vampiro, pero en realidad no era así.

-Esta bien, la adoptare…la dejaste sin un padre…no puedo hacer de su padre, pero puedo intentarlo...- termino por decirle el pelinegro, cualquiera hubiese quedado con la mandíbula salida de su lugar al ver aquello ¿tan lejos era capaz de llegar por una niña?, ¿Qué pasaba por la cabeza de Dael?. No era el mismo de siempre, no estaba pensando fríamente mas bien parecía precipitado en su decisión, cualquiera que pensara en ello estaría completamente equivocado. Aquella decisión había sido las mas madura que había tomado en su vida aquel joven, con tan solo ver sus acciones cualquiera diría que estaba dejando su trabajo para proteger un humano, ¿aquello podría llamarse proteger?, era otra cosa…no sabia que era ni tampoco lo entendía, pero sentía que aquella niña podría ser su salvación. No era un capricho, ni tampoco estaba desafiando a Aaraon.

-Me saldré del guión para cuidarla- fueron sus ultimas palabras. Esta mas que seguro de su decisión, se sentía extraño por dentro al decir aquellas palabras ¿tenia miedo?, si lo tenia después de todo se estaba saliendo del guión por primera vez aun así estaba demostrando valor al salirse de el. Debía estar seguro ahora en las próximas decisiones que fueran a tomar.
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Mensaje por Aaron Sáb Mayo 15, 2010 8:24 am

Observó con disimulada sorpresa las acciones del cazador, con se iba deshaciendo de sus armas una a una, pensó en que ridículamente sencillo sería matarlo en aquel momento, incluso aburrido, de algún modo era como si pisoteara su orgullo. Pero lejos de estarse rindiendo ante él era otra cosa lo que había provocado esas acciones, algo que lo dejó ciertamente algo atónito pues lo anterior lo había dicho con obvio sarcasmo y no para que en realidad se lo pensara, después de todo el tenía planes para aquella niña y no pensaba entregársela a Dael. Dio una calada al cigarro y guardó silencio por unos instantes antes de responder, no tenía idea que estaba pasándosele por la cabeza al castaño para de repente querer adoptar a la pequeña, no la conocía, no tenía nada que ver con ella, él al menos tenía sus razones para conservarla.

-No te la daré-respondió sencillamente, como si dijera algo demasiado evidente que no requiriera más explicación que esa, ¿Por qué iba a hacerlo? No le pertenecía al cazador, tampoco a él en realidad, pero tenía algo más de derecho sobre su vida, así como sobre la de cualquier humano, tenía el poder de matarla si se le ocurría aunque no estaba entre sus ideas. Sabía que Dael era un poco caprichoso, en ocasiones casi tanto como él y podía comportarse como un niño malcriado si se le negaba algo que se le metía en la cabeza, realmente era molesto. Tenía la impresión que aquella conversación “civilizada” acabaría en una pelea si no llegaban a un acuerdo. Y la verdad es que el vampiro no estaba dispuesto a resignar nada, ningún acuerdo le convenía llegado el caso, tenía tomada la decisión de llevarse a la niña a Londres.

-Tú no serías capaz de hacerte cargo de una niña, se lógico –agregó sin siquiera darle el gusto de enfadarse por sus afirmaciones, el humano se veía particularmente decidido y aunque el vampiro desconocía la razón que lo había movido a desear hacerse cargo de la niña poco le importaban en realidad, no cedería. –Eres un asesino, tu fuerte es matar, ¿Cómo quieres educar a una niña como esa? –su cigarrillo terminó de consumirse y apagó los restos en el marco de la ventana. Notaba un sentimiento extraño en el muchacho, algo que antes no había percibido e él, ¿sería aquello que los humanos llamaban compasión? Pero de tratarse de aquello, ¿era compasión por la pequeña o por si mismo? ¡Que estaba tratando de probar? Pensó que en algún punto, lejos de ser una actitud solidaria hacia la menor, lejos de que su objetivo fuera protegerla del vampiro, su actitud era egoísta, tal vez un intento desesperado de sentirse útil para algo más que no fuese cortar cabezas.

Volvió la cabeza al escuchar pasos y vio a la niña asomarse a la sala, al parecer las voces la habían despertado a pesar de que no estaban hablando muy alto. Tenía el cabello completamente revuelto, sus rizos dorados estaban algo enredados y su expresión denotaba confusión y algo de temor al no encontrarse en su hogar ni ver a su padre. Miró a los dos desconocidos, pasando la vista de uno a otro alternativamente pero no dijo una palabra, contrariamente a lo que el vampiro pensaba no hizo un gran escándalo, ni comenzó a llorar de forma desconsolada como lo hubieran hecho la mayoría de los niños. No fue necesario que influyera sobre ella, a pesar de que tenía miedo su actitud era bastante precavida, y se limitó a mirarlos sin hacer ruido, aguardando. Aaron la miró, pero tampoco dijo nada, hubiera deseado saber que pasaba por su mente, que extrañas ideas se haría de esa situación… Miró luego de reojo a Dael esperando que no hiciera nada impulsivo o extraño frente a la pequeña, había que ser cautelosos cuando ella estuviera cerca.
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Mensaje por Dael Sáb Mayo 15, 2010 9:13 am

El pelinegro se le quedo mirando y frunció el ceño al escuchar la negativa del otro, ¿no se la daría? Y eso ¿por qué?, no llegaba a comprender porque Aaraon tenia tantos deseos de quedarse con un humano, además estaban en la misma situación ambos, el vampiro tampoco era capaz de hacerse cargo de la niña, vamos había matado a su padre. Con que derecho se creía de quedarse con la pequeña, lo mas seguro es que fuera a usarla como esclava y no lo permitiría… debía ser muy bonita como para que el otro la deseara tanto. Se rasco la cabeza al escucharle decir aquello y se aguanto la risa, en verdad el vampiro a veces decía cosas estupidas y sin pensarlas, lo único que hacia era describirse así mismo también, Dael y Aaraon tenían actitudes que podrían llamarse similares ambos vivían para asesinar y intentar sobrevivir en aquella vida tan insoportable.

-Me dices eso cuando en realidad ni siquiera te miras a ti mismo… ¿asesino?, eres lo mismo- dijo con cierto filo en sus palabras, fue cortante al decir lo de asesino, el vampiro era lo mismo un devorador de humanos. No pensaba que Aaraon llegase a ser tan cruel con una niña tan pequeña, no conocía aquella naturaleza de aquel vampiro, pero no permitiría que usara a aquella niña, estaba bien con tan solo marcarle que no dejaría que se comiera a los humanos de aquella edad. Al menos con proteger a uno. Miro fijamente al pelinegro y bufo- …no sabia que te gustaban las presas pequeñas…eres capaz de llegar tan lejos para comerte un humano- termino por decir el cazador, era mas que obvio que desconfiaba del chupa sangre. Luego de unos minutos entre miradas y el gran silencio que los envolvía se escucharon suaves pasos, el oji ámbar desvío apenas su mirada fijándose en aquella pequeña silueta que daba aparición en el acto, ahora en el guión ¿Qué seguía?, debía levantar una de sus arma y atacar al vampiro, para huir con la pequeña….pero eso ¿no la asustaría mas?, aquel acto podría perjudicarle debía pensar en otra cosa rápida, Aaraon parecía algo embobado no había hablado siquiera, eso era extraño… Dael ignoro la mirada del vampiro y se fijo en la niña que también le miraba, era como si le apuntaran que el debía empezar con el siguiente acto. Chasqueo la lengua con cierta molestia y se revolvió un poco los cabellos, se puso suavemente de cuclillas en el suelo mirando fijamente a la pequeña. Esta le observo con algo de temor y curiosidad a la vez.

- ¿Tienes hambre?- le pregunto en alemán con suavidad y amabilidad que a veces caracterizaban al cazador, obviamente no actuaba así muy seguido mucho menos al frente de un vampiro. El ambiente tenso de a poco comenzó a aflojar, la pequeña en cierto modo pareció mas relajada, aun así parecía desconfiar de aquellos dos. Tímidamente asintió con la cabeza y bajo un poco la mirada con timidez, el pelinegro acerco con cuidado su mano a la cabellera rubia de la niña sonriéndole aun- tranquila nadie te hará daño- le aclaro con muchas seguridad y calma, la pequeña se dejo acariciar la cabeza luego el oji abar se levanto. Ya había hecho su movida, había sido amable… tenia ases bajo la manga que obviamente Aaraon no conocía.- Es una suite ¿no?, así que tienes una cocina y también comida. Le hare algo de comer- dijo el pelinegro buscando la cocina hasta que la encintro, aquellos hoteles tenían de todo. Busco algo con que alimentar a la pequeña, era de noche así que de seguro con un poco de leche tibia y unas pocas galletas se sentiría llena e iría a dormir de nuevo. Pero no sabia que le gustaba a la niña, talvez fuera alérgica a ese tipo de cosas, se dirigió a la pequeña de nuevo y le pregunto que cosas comía normalmente.
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Mensaje por Aaron Sáb Mayo 15, 2010 10:08 am

Aquello era cierto, en ese punto él y el cazador no se diferenciaban demasiado, los dos asesinaban a otros, pero había entre ambos dos diferencias fundamentales. La primera era que en el caso de los vampiros lo hacían para sobrevivir, aunque no era estrictamente necesario que mataran a sus victimas luego de beber en caso de no hacerlo comenzarían los rumores y acabarían siendo exterminados, el cazador en cambio mataba para defender a los de su raza, siquiera era en defensa propia, sino por otros a los que siquiera conocía, los cuales no se lo agradecían en la mayoría de los casos, los cuales no deberían en realidad importarle. En segundo lugar, y más importante que la primera de las diferencias, Dael se sentía culpable por ser un asesino, claro que nunca lo diría en voz alta, jamás se atrevería a protestar por lo que debía hacer, pero Aaron sabía que era incapaz de matar a un ser humano, en cambio el disfrutaba asesinando, tanto a los mortales como a los de su propia especie si se ponían en su camino. Eso los hacía absolutamente distintos, ni mejor ni peor, sólo diferentes. Cuando el castaño menciono que era un asesino lo hizo con aquel tono de voz que pretendía sonar hiriente o degradante, no comprendía que para él no era un insulto, era un depredador, aquel era su modo de vida, después de todo los humanos también eran unos asesinos llegado el caso, mataban a otros animales para sobrevivir, no era más que la cadena alimentaría, la ley del mas fuerte.

No es que él estuviera capacitado para cuidar a la niña, en realidad siquiera sabía que hacer con ella, o que cosas podía necesitar pero era de la idea que el dinero lo arreglaba todo. Tenia unas cuantas sirvientas que gustosas se ocuparían de que a la pequeña no le faltara nada, le darían todos los gustos y la criarían bien. ¿Qué podía ofrecerle Dael en comparación? Siquiera tenía un lugar fijo para vivir, o al menos eso suponía el vampiro, viajaba de ciudad en ciudad persiguiendo a sus presas y su vida estaba en constante peligro, no era precisamente lo mejor para hacerse cargo de una criatura tan pequeña. Extrañamente no se sentía enfadado con Dael por todo ese asunto, y al responderle lo hizo con toda la calma y frialdad que lo caracterizaba. –No voy a comerla, tampoco a convertirla en mi esclava, si esas son tus “preocupaciones” puedes estar tranquilo.

Seguramente aquella conversación hubiera continuado por más tiempo si la niña no hubiera despertado y los hubiera interrumpido, para bien o para mal fue el final de aquella discusión dejándola algo inconclusa. La verdad es que no sabia que era lo siguiente, además la presencia de Dael lo incomodaba a tal punto de que sabía que cualquier acción que tomara sería criticada por el humano, tenía que aceptar que tenia aquella ventaja, él seguramente sabía que necesitaban los niños humanos, mientras que para él todo aquello era novedoso. Podía dejar que se ocupara un poco de ella esa noche, además debía estar bastante aterrada, y debía encontrar alguna explicación frente a la repentina desaparición de su padre. La comida sonaba como una buena idea para que ella se calmara, así que el vampiro guardó silencio y tan sólo observó la conversación.

-Mi padre me da pan con leche para el desayuno…-responde la pequeña rubia jugando con el borde de su camisón con timidez de mirar al chico a la cara mientras le contestaba, finalmente levantó el rostro y lo miró con cierta angustia en sus ojos claros. -¿Dónde estoy? ¿Dónde esta mi papá? –no podía recordar nada, afortunadamente dormía cuando todo aquello ocurrió, al despertar ya se encontraba en aquella habitación de hotel con esos desconocidos. Aaron aprovechó aquello para intervenir y se acercó también, poniéndose en cuclillas a su lado para quedar a su misma altura, era experto en inventare cosas, así que no le costo nada de trabajo improvisar. –Tu padre tuvo que irse por un tiempo y te dejó a mi cuidado –le explicó haciendo un esfuerzo porque su voz sonara algo más… amable que lo normal, aunque su expresión seguía siendo seria. Tomó un rizo rebelde de sus cabellos y se lo colocó detrás de la oreja. –Ahora Dael te preparará algo de comer –miró luego al humano como si de su sirviente se tratase, prácticamente ordenándole con la vista que fuera de una vez a la cocina a traerle a la niña lo que había pedido. Ella se veía algo confusa ante la explicación pero aquello pareció dejarla satisfecha por el momento, era pequeña aún para comprender que nunca volvería a ver a su padre.
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Mensaje por Dael Sáb Mayo 15, 2010 11:32 pm

Escucho a la pequeña mientras le miro fijamente, manteniendo una suave sonrisa entre sus labios. Así que pan con leche, seria sencillo de preparar. Los ojos de aquella pequeña repentinamente se posaron sobre los ambarinos del cazador y esta le pregunto sobre su padre, dudo en que debía contestar en si debía contestar aquella pregunta, por suerte el vampiro intervino y le explico a la pequeña lo que sucedía o mas bien que pasaría. ¿Qué rayos planeaba Aaraon?, nunca era tan cuidadoso con los humanos, ni mucho menos era así de amable, era verdaderamente extraño. Aquel pensamiento se vio interrumpido ante las siguientes palabras de Aaraon, dio cuenta apenas su cabeza y se le marco una vena en la sien, puso cara de “¿me estas jodiendo”, estaba sintiéndose un verdadero sirviente ya había pasado por eso y no permitiría que ese vampiro se aprovechara de el de esa forma, mucho menos hacerle pensar a aquella pequeña que el era uno de sus subordinados.

-haha… siempre tan gracioso… - puso sus manos sobre las mejillas del vampiro y se las estiro con fuerza sonriendo divertido. Ahora parecían mas como dos ¿amigos? O más bien cercanos, por la manera de tratarse que tenían parecían ser bastante cercanos.
El pelinegro siguió estirándole de las mejillas al vampiro, luego desvió la mirada hacia la pequeña y sonrió levemente- No te preocupes…si te molesta solo dímelo, yo me encargare- le dijo a la pequeña rubia guiñándole un ojo. Le soltó las mejillas al mayor y se levanto del suelo para luego dirigirse hacia la cocina, saco leche del refrigerador y luego busco pan, no había encontrado, pero si había hallado galletas, no sabía si le gustarían pero había que hacer el intento. Calentó un poco la leche hasta que esta estuvo tibia, una vez que la saco del fuego le sirvió un poco en una taza a la pequeña y en un plato le puso unas galletas. Una vez se las sirvió las llevo hasta donde estaba la pequeña rubia y se las dejo sobre la mesa.

-Lo siento no había pan, aunque si galletas…- le dijo el pelinegro, no trataba a la niña de una manera estupida, mas bien de una manera normal. Siempre le había parecido tonto hablarles a los niños con esos términos de “vamos a tomarnos la lechita y a comer las galletitas”, parecía absurdo enseñarles a hablar mal, además le daba vergüenza ajena hablar de aquella forma. Miro a la rubia nuevamente y agarro un cojín de uno de los sillones para ponerlo arriba de una de las sillas.- Siéntate aquí….- le dijo corriéndole la silla esperando a que la pequeña se sentase en ella para tomar la leche, Dael parecía ser muy amable con las personas del sexo opuesto, bueno era así en ocasiones por nada era conocido como un “Don Juan”, aunque las niñas no eran de su interés solo las veía como “pequeños pollitos” y si eran muy molestas directamente ya dejaban de ser su interés completamente. No soportaba a las niñas idiotas.

-Por cierto, ¿Cómo te llamas?- le pregunto el pelinegro un tanto curioso, no sabia el nombre de la pequeña y sabia que aquel vampiro no le contestaría aquella pregunta, ya que de seguro no sabría la respuesta, después de todo había secuestrado a la niña…aunque quien sabia talvez era conocedor del nombre de la menor.
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Mensaje por Aaron Dom Mayo 16, 2010 12:20 am

Le sorprendió un tanto al actitud que tomó Dael ante su comentario, pensó que aceptaría sin más pues después de todo no estaba ordenándole que hiciera algo en su beneficio, sino para aquella niña, pero antes de hacerlo hizo aquello extraño con sus mejillas que aunque no le dolió si hizo que su piel se sintiera un poco extraño. Iba a quejarse y seguramente propinarle un buen golpe en la cabeza por tal atrevimiento pero notó que la niña sonreía algo divertida por lo que el cazador hacia, o mas bien, por la relación de aquellos dos, viéndolos actuar de ese modo algo “infantil” le daban menos miedo. Suspiro y una vez que lo soltó se sobo ligeramente las mejillas viéndolo irse hacia la cocina a buscar algo para que ella comiera. Regresó después sus ojos a la pequeña, se la notaba algo más tranquila ahora que pensaba que su padre regresaría y que él era, supuestamente, algún amigo de su padre. Era demasiado confiada, pero era lógico, a tan tierna edad que no sospechara nada. No tenía razones para hacerlo, estaban tratándola muy bien así que seguramente de momento no presentaría quejas ni haría berrinches, no le gustaban los niños escandalosos y la verdad no tenía mucha idea de cómo ponerles límites.

Cuando Dael le dijo aquella la niña se encontraba con una bonita sonrisa y asintió dándole a entender que lo mantendría al tanto de lo que el vampiro hiciera, entonces el cazador partió a la cocina dejándolo a solos con ella. Se quedó allí unos momentos frente a la mortal, tan solo examinando sus facciones con atención, buscando ciertos rasgos, ciertas expresiones en su rostro, era curioso el parecido entre padres e hijos. Dael no tardó en regresar por lo que se levantó y se sentó en la cama viendo como la muchachita se acomodaba donde el otro le había indicado para comenzar con su desayuno, al parecer no le importaba que fueran galletas en lugar de pan pues las comía gustosamente, lo mismo que la leche aunque él apenas olerla se le revolvía el estomago. No solía molestarle la comida mortal, aunque no era de su gusto, pero la leche le parecía particularmente desagradable, sobretodo su olor.

La humana comía una galleta con otra, casi sin pausa, alternando cada tanto con algo de leche tibia, se detuvo al escuchar la pregunta y miró al castaño antes de responderle. – Lizzy…-hizo una pausa pensándolo mejor, ese no era su nombre en realidad, sino como su padre solía llamarle, su diminutivo- Elizabeth, pero me gusta Lizzy. –dicho esto regresó a su desayuno siendo cuidadosa de no ensuciar su camisón. Al terminar se sobó el vientre satisfecha y se acomodó mejor en la silla. -¿También conoces a mi papá? –le pregunto a Dael con cierta curiosidad, quería comprender un poco más, aunque ya no mostraba una actitud desconfiada, sino que muy relajada y tranquila, la leche tibia había conseguido que volviera a darle algo de sueño. Subió los pies al almohadón y abrazo sus piernas sintiendo algo de frío, llevaba muy poca ropa y en aquella habitación no estaba encendida la calefacción.

-Es mejor que vayas a dormir Lizzy, es tarde –intervino el vampiro luego de que el castaño le respondiera, se acerco a ella y la levanto de la silla a lo que la pequeña no mostró resistencia y simplemente se dejo cargar hasta la cama del cuarto contiguo donde se acurrucó durmiéndose en pocos minutos. Aaron regresó entonces procurando no hacer ruido para que no despertara de nuevo. Se preguntaba que estaría pasando por la cabeza del cazador, ¿planeaba seguirlo todo el rato o ya estaría conforme y se iría?

-¿Hasta cuando piensas quedarte? ¿No pensaras dormir aquí no? –cuestionó volviendo a sentarse sobre la cama amplia, hablando en voz moderada para que el sonido no llegar a la otra sala. Le resultó extraño que no hiciera preguntas, pues su comportamiento no era para nada normal, pero en cierto punto lo encontró lógico, poco debía importarle al ambarino lo que pasara por su cabeza.
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Mensaje por Dael Dom Mayo 16, 2010 5:55 pm

Ver a aquella pequeña comer se le hacia bastante entretenido, eso se le hacia extraño no pensaba que una niña pudiese verse tan linda cuando comía, una extraña sonrisa se le dibujo en el rostro. De momentos observo con atención como la pequeña le miraba y le decía su nombre, así que Elizabeth…era un hermoso nombre. Al escuchar la pregunta de la pequeña se la quedo mirando fijamente, pero antes de dar una respuesta concreta vio como el vampiro les interrumpía. La niña ya había terminado su leche y galletas, ahora parecía estar satisfecha, no solo eso también le había agarrado sueño. Sencillamente se quedo observando aquella escena, como el vampiro agarraba a la pequeña y la llevaba a su habitación para que durmiese, el pelinegro se quedo en su lugar sin hacer movimiento alguno mientras observaba su celular y jugueteaba con la tapa abriéndola y cerrándola, siguió haciéndolo aun cuando el otro había vuelto, le había preguntado cosas que el oji ámbar ni se molesto en responder, siguió abriendo y cerrando la tapa de aquel aparatito hasta que un momento lo agarro y lo guardo adentro del bolillo de su chaqueta. Luego se levanto de su silla y sin mirar al vampiro se dirigió a la puerta.

-Supongo que no le harás daño. Al parecer no tengo opción- el cazador parecía estar cediendo ante aquello, después de todo no parecía tener ganas de pelear, luego de aquello se dio media vuelta y miro fijamente al vampiro, con o sin esa niña ese vampiro- Aun así sigues siendo mi presa Aaraon, así que no te encariñes demasiado con esa niña sabiendo que te matare- termino por decir con calma mientras una sonrisa se le dibujo en los labios. Luego de aquello puso una expresión seria de nuevo y se fijo rápidamente en la ventana, la expresión del cazador había cambiado rápidamente. Casi sin pensarlo salio rápidamente de la habitación y se dirigió a la de la niña en la cual esta se encontraba durmiendo, al abrir la puerta vio a un intruso en la habitación intentando asesinar a la pequeña. Dael rápidamente lo agarro del brazo y lo saco hacia fuera de la habitación de unas cuantas patadas, al arecer era un vampiro. Una vez que estuvieron afuera de la habitación el pelinegro iba a desenfundar su katana, en ese momento fue cuando se dio cuenta de que no la tenia a mano, tampoco tenia su pistola ni nada con lo que pudiera defenderse, chasqueo la lengua y esquivo el ataque de aquel vampiro rápidamente sin hacer ruido alguno, era bastante sigiloso al moverse, en el campo que había mejorado bastante eran las artes marciales.

-Mierda- se quejo por lo bajo al notar que no podría agarrar sus armas. En un momento aquel vampiro hizo un movimiento que estaba fuera de lo que había predicho el pelinegro y le golpeo de lleno haciéndolo retroceder unos cuantos pasos hacia atrás y caer al piso. En el instante que cayo al piso su guardia había quedado completamente baja, el chupa sangre había aprovechado ese momento para lanzársele encima al muchacho y antes de hacer otro movimiento el vampiro intercambio unas pocas palabras con el cazador, Dael se quedo un tanto sorprendido por lo que le dijo el otro, justo en ese momento sintió como le mordía el cuello- ugh…-presiono los dientes, no podía sacarse a aquella cosa de encima, lo tenia bien atrapado. Debía defenderse de alguna forma, miro hacia uno de los lados su encendedor y la pólvora que usaba estaban uno al lado del otro, rápidamente agarro la pólvora con el brazo que podía mover y se le hecho en los ojos al vampiro y en un rápido movimiento agarro su encendedor y a la primera chispa los ojos de aquel vampiro se encendieron en fuego. Este soltó rápidamente a su presa para cubrirse los ojos y quejarse, pero antes de que hiciera ruido alguno el cazador le cortó la cabeza y rápidamente saco el cuerpo de allí, por suerte la niña no había despertado.

Era suerte que estuvieran en la planta alta, la terraza la tenían allí no mas, el pelinegro encendió fuego a aquel vampiro, una vez que este se convirtió en solo cenizas el joven cayo al suelo sentado con una mano en el cuello, había bajado demasiado la guardia. Nunca antes un vampiro había llegado a morderle en un lugar tan peligroso. Se quedo pensativo, aun manteniendo su mano en aquel lugar, el cual se ponía cada vez mas frió. De seguro había ponzoña, eso no era bueno, debía detener el efecto de alguna forma, busco entre su abrigo algo que le ayudase a revertir aquello.
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Mensaje por Aaron Dom Mayo 16, 2010 8:09 pm

Evidentemente el cazador se había rendido, ya era ahora, se iría de una buena vez y lo dejaría solucionar algunos pequeños detalles antes de su partida. Después de todo sacar a un menor del país no era tan sencillo, debían tomar un vuelo a la mañana siguiente y por esto necesitaba ls documentos y pasaportes de la niña. No se preocupaba demasiado, tenía contactos, y seguramente con un par de llamadas conseguirá todos los papales lo suficientemente rápido. También necesitaba un poder que indicara que ahora la niña estaba bajo su guardia, después de todo legalmente no eran parientes ni nada similar, así que de otra forma no podría estar bajo su tutela. Aquellos eran problemas burocráticos que lo fastidiaban bastante, pero prefería tener todos los papeles “en regla” antes de acabar teniendo conflictos en el aeropuerto, no quería que Lizzy pasara un mal momento allá y se pusiera nerviosa. Ignoró pro completo aquel comentario del rubio, siempre decía aquella clase de cosas ridículas,. Esas amenazas sin base alguna en la realidad pues tenía mas que claro que de enfrentarse realmente, en una pelea a muerte el vampiro sería el vencedor y Dael se convertiría en carne podrida. De todos modos era una pérdida de tiempo contradecirlo así que simplemente hizo un gesto con la mano distraído a modo de saludo mientras buscaba su propio celular disponiéndose a hacer las llamadas pertinentes.

En ese momento levantó la vista del aparato, pudo sentir un aroma vagamente familiar cerca, muy cerca, pero el cazador fue más rápido en reaccionar y fue inmediatamente a la habitación contigua donde la pequeña dormía. Cuando fuñe hasta allí vio como el cazador se ocupaba de sacar al exterior al vampiro, seguramente para no hacer escándalo allí dentro y correr el riesgo de que la mortal despertara. Ambos estaban ahora en el jardín trasero del hotel enfrentándose en una batalla a muerte. Aaron no tenía ninguna intención de intervenir, ¿Por qué lo haría? La niña estaba bien y Dael podía arreglárselas perfectamente sólo con aquel vampiro al cual no conocía, pero podía notar que era un impuro por lo que no podía ser demasiado fuerte. No contó con el pequeño detalle de que el cazador había dejado olvidadas todas sus armas en la habitación, estaba completamente desarmado y en cierto punto mucho más vulnerable debido a eso. Se recargó contra el marco de la ventana observando la batalla sin ninguna expresión en particular, tan sólo observando los movimientos de ambos adversarios como si se tratara de un juez imparcial.

-Tks… Que descuidado –murmuró para si al observar como el vampiro se le echaba encima y aunque no podía verlo desde su posición pudo sentir el familiar aroma de la sangre de Dael inundando el ambiente. Pensó en intervenir, después de todo Dael era su presa, y no le agradaba compartir sus juguetes con otros vampiros. Sabía que ese humano no moriría tan fácil, pero le fastidiaba que fuera tan torpe en algunas ocasiones. Ya iba a dar un salto para bajar al jardín cuando el cazador logró apartarlo y finalmente cortarle la cabeza al vampiro acabando con su vida. No intervino en ningún momento, incluso pensó que probablemente el castaño siquiera supiera que estuviera observándolo, aquella era la primera vez que lo veía “trabajar”, era bastante eficaz, aunque tenía unos cuantos detalles que pulir, esta vez había sobrevivido de pura suerte. El aire se cargó de aquel aroma fuerte a cenizas y carne quemada, era realmente asqueroso. Salio por la ventana cerrándola para que aquel apestoso olor no invadiera la habitación y subió a la terraza sin dificultad.

De un momento a otro estuvo de pie junto al ambarino quien se encontraba sentado en el suelo de la terraza bastante cerca de la pira donde ardía aquel cadáver maloliente. La sangre aún brotaba por aquella herida en su cuello, y a diferencia de su color normal, brillante y rojizo, aquel líquido se había vuelto más espeso y de un color opaco, casi negro. Evidentemente el vampiro había liberado su ponzoña en la sangre del humano, intoxicado su sangre. Se acercó y cogió su brazo para apartar la mano de la herida y poder ver mejor, no se vía muy bien, estaba algo amoratada pero lo que ponía en peligro la vida del mortal no era la cantidad de sangre perdida, sino mas bien el toxico que fluía por ella. – Eres estúpidamente confiado –comentó intentando sonar indiferente, aunque se notaba una ligera nota de enfado en su voz. En primer lugar había que detener la hemorragia, y luego ver que se hacia con la ponzoña. Lo levantó del suelo como si fuera una bolsa de harina, siempre lo cargaba así, como si fuera un simple muñeco de paja, y lo llevó de regreso a la habitación. Su cuerpo se sentía más frío que en otras ocasiones, debido a la perdida del fluido vital, y su piel también se notaba más pálida. Le fastidiaba enormemente tener que ayudarlo, no era su estilo andar salvando mortales, mucho menos fastidiosos cazadores, pero bueno… digamos que no había más opción, había prometido que él sería quien lo mataría, y así debía ser. Lo dejó sobre la cama y examinó mejor aquella herida, ignorando cualquier queja por su parte, aquello no era realmente lo más aconsejable, pero definitivamente era el modo más rápido de detener la hemorragia, y el chico no podía permitirse perder más sangre. Bufó con frustración y acercó los labios a la herida pasando su lengua por allí un par de veces hasta que esta cerró aunque dejando un moretón bastante grande. Puso cara de asco, la ponzoña tenía un sabor realmente asqueroso, y aunque era algo tóxica incluso para los vampiros cuando no era la propia no le haría nada grave.
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Mensaje por Dael Lun Mayo 17, 2010 6:07 pm

Sintió como el otro le saco la mano para ver la herida, simplemente chasqueo la lengua con molestia, ¿Qué carajo miraba? Era molesto que dejara de mirar, aquella zona, nuevamente se la tapo con la mano con cierta molestia. Le gruño al vampiro, parecía un gato furioso, la verdad era que Dael se volvía una fiera cada vez que estaba herido, no dejaba que nadie se le acercase era muy arisco en cuanto a ese tipo de cosas, no dejaba que muchos le curasen mas bien no dejaba que nadie lo hiciera. Cuando el otro le cargo se quejo obviamente y empezó a patearle con fuerza y a arañar detrás de la nuca, también en la espalda para que le soltase, en verdad parecía un gato su comportamiento parecía al de un animal de ese estilo. Demasiado arisco, mordía, rasguñaba, se quejaba y sobre todo gruña…

Al llegar a la habitación sintió su cuerpo caer sobre la cama, había caído de espaldas sobre esta, se quejo un poco por aquello, siguió reprochándole al vampiro que no necesitaba su ayuda, podía hacerlo solo. Podía hacerlo el, que no le molestara y dejara irse no quería que un vampiro cuidase de el, parecía furioso pero Aaraon en cierto modo también lo parecía, aun así ignoraba cada una de las palabras que decía el cazador el pelinegro no pudo hacer demasiado cuando sintió al vampiro encima suyo, su lengua rasposa pudo sentirla sobre su cuello, sintió un poco de placer por aquello cada vez que tenia contacto con el cuerpo ajeno la piel comenzaba a arderle, no comprendía porque su cuerpo reaccionaba así…de seguro deseaba a Aaraon, ¿Por qué su cuerpo debía desear a un vampiro?, chasqueo la lengua con molestia y una vez que el vampiro termino de extraerle la ponzoña, luego bufo cerrando apenas los ojos y se tapo con la cobija hasta la altura de la cabeza dándole la espalda al vampiro mientras cerraba los ojos, no le agradecería ni mucho menos le estaría debiendo un favor-…- es vampiro de antes, se quedo pensando en lo que le dijo, ¿seria verdad? ¿O solo había sido algo para que le despistara?.

Su cuerpo aun se sentía caliente, se toco la parte en donde le había mordido el vampiro, podía sentir aquella zona hirviendo había cosas que no llegaba a entender sobre su cuerpo, nunca le había pasado aquello la causa por la que estaba así aquella zona ya la sabia pero no admitiría aquello tan fácilmente tenia su orgullo. Presiono un poco las sabanas con una de sus manos, se sentía un poco molesto mas bien bastante y sumándole el enojo in entendible de Aaraon en cualquier momento podría desatarse una guerra, un cazador y un vampiro cabreados no hacían una linda combinación juntos, bueno si fueran a una guerra y fueran aliados entre los dos destrozarían todo un ejercito en un abrir y cerrar de ojos eso era mas que seguro, pero en ese momento actual en el que estaban podrían arma una guerra entre los dos y sin ayuda de nadie.

No le haría caso al vampiro ahora, era un idiota eso era lo que pensaba en ese momento- muérete desgraciado- le dijo como si nada, ¿aquello había sido una declaración de guerra?, al parecer era así, le había declarado la guerra como si nada, el pelinegro parecía bastante frustrado…haber sido por un vampiro y por el vampiro que mas odiaba, presiono los dientes el ambiente se puso mas pesado nuevamente. Le odiaba, le odiaba y le odiaba mucho…le deploraba, le destetaba, le tenia asco…aun así ¿Por qué no podía evitar tener sexo con el?, ¿Por qué a su cuerpo le gustaba tanto?, el en realidad le odiaba con toda su alma. La situación empeoraba a cada segundo que pasaba, el ambiente ya comenzaba a ser insoportable.
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Mensaje por Aaron Mar Mayo 18, 2010 7:47 am

Siempre se ponía histérico cuando salía herido en batalla, al menos cuando le ocurría estando cerca suyo, tal vez porque no le gustaba mostrarse débil ante él, o deberle un favor cada vez que de algún modo “le salvaba la vida”. Nunca había comprendido muy bien porque reaccionaba allí, el orgullo parecía ser algo realmente importante para el mortal, y dejarse ayudar por su peor enemigo una herida a su narcisismo lo suficientemente seria como para que pusiera toda la resistencia posible. La verdad a él tampoco le hacia demasiada gracia ayudarlo, si simplemente lo dejara morir se ahorraría unos cuantos problemas, pero también tenia su orgullo, y le guardaba alguna clase de extraño respeto al cazador, quería matarlo con sus propias manos. Era algo que tenían pendiente, por tal motivo no podía dejar que muriera bajo los efectos de la ponzoña de aquel impuro. Ignoró sus protestos, quejas, rasguños y demás expresiones de enfado y simplemente siguió en lo suyo, logrando eliminar aquel veneno de su torrente sanguíneo trayéndole como consecuencia un fastidioso dolor de cabeza. Miró al chico de reojo una vez lo hubo soltado, seguramente se encontraría débil aunque jamás lo admitiría, el vampiro había bebido bastante sangre como para dejarlo algo más pálido de lo normal, y al lamer su cuello lo había notado más frío también. Pero no era nada que con un poco de descanso y comida no se solucionara, ya su trabajo estaba hecho, si mostraba más amabilidad con él sólo sería peor, además no era su asunto a fin de cuentas.

Era un maldito desagradecido, sin duda, pero hubiera sido aún más extraño que le diera las gracias, estaba más que acostumbrado a sus tratos antipáticos, aquello era reciproco, era la única forma en que lograban relacionarse, y de algún modo se sentía cómodo al respecto. No había nada más que decir, simplemente eran unos malditos enfermos con una relación patológica y morbosa, pero ambos obtenían lo que deseaban y de ese modo se entendían bien ¿Por qué habrían de cambiar entonces? Su vista regreso a la ventana, pensando entonces en aquel vampiro, era extraño, por lo general no se arriesgaban a atacar cuando un sangre pura estaba cerca, estaban en obvia desventaja y no valía la pena, además no había ido en busca del cazador, como hubiera sido lógico, sino de la niña, aquello le llamaba la atención, tendría que mantenerse alerta el resto de la noche, por lo menos hasta que llegara a la seguridad de sus tierras.

Dael parecía frustrado, o mas bien terriblemente molesto, en cierto punto le resultaba cómico, se portaba como un niño regañado, ¿Cuándo maduraría? Su relación estaba lejos de ser la de dos adultos, parecían más dos adolescentes peleando por quien era mejor en una cosa u otra, eran realmente infantiles, pero juntos parecían potenciarse. –Que infantil eres, ¿Cuándo crecerás? –comentó sin esperar una verdadera respuesta, soltando una carcajada ante su comentario, realmente parecía estar frustrado y terriblemente enfadado, eso realmente sólo le daban deseos de molestarlo más y más,. Le agradaba verlo así, verlo ponerse algo violento. Aquello era definitivamente demasiado tentador, quería verlo molesto, hacerlo enojarse de verdad… Era cierto que el ambiente se ponía más pesado cada vez, pero el enfado que al comienzo Aaron había sentido ya estaba esfumándose tan rápido como el humo, ahora quería que el cazador fuera quien ardiera de rabia.

Se acerco un poco y le hablo al odio, de manera suave pero seductora, rozando con sus labios húmedos la piel sensible del humano cada vez que modulaba una letra. -¿Tanto te molesta que sea yo quien salve tu vida? ¿Te enfada depender de tu peor enemigo? –metió su mano bajo la sabana con la que se estaba ocultando y fue directo a su entrepierna buscando comprobar su hipótesis de que con aquella simple lamida contra su cuello lo había dejado excitado.
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Mensaje por Dael Miér Mayo 19, 2010 4:32 am

Aquel maldito se estaba aprovechando de que el estaba débil, parecía disfrutarlo. Cada cosa que decía no le ofendía mas bien parecía estar encantado con escuchar las palabras del cazador, apretó los dientes estremeciéndose ante la voz del vampiro, podía sentir como si chocara en su nuca, solo hacia que su cuerpo se pusiera más caliente. Al sentir la mano del vampiro en su entrepierna gruño, estaba excitado de eso no había duda por suerte no tenia tan dura esa parte y antes de que el pelinegro llegase a tocar esa zona se descubrió rápidamente, agarro la almohada y se la tiro en la cara, había preparado una segunda almohada para tirársela encima. Pero antes de hacerlo se puso encima de el intentándolo ahogarlo con la primera que le había tirado en la cara.

-Deja…de burlarte de mi- dijo mientras los brazos le temblaban y seguía presionando la almohada contra la cara del vampiro. Ahora se encontraba sentado sobre el estomago de este cómodamente, mientras presionaba la almohada en contra del rostro del vampiro. Su cara debía verse patética en ese momento, se sentía completamente frustrado. ¿Cuándo había sido la ultima vez que le salvo el vampiro?...muy vagamente tenia recuerdos de aquella memoria. Cada vez que lo recordaba aquello, era patético siguió presionando la almohada en contra de la cara ajena cada vez mas fuerte recordando aquello…. No lo recordaba, aquello sabia que Aaraon le había salvado pero ¿de que era?, tenia muy vagos recuerdos de eso….no lo recordaba bien, de seguro había estado al borde de la muerte. Entre aquellos pensamientos de a poco dejo de presionar tanto la almohada contra de la cara del vampiro.

-Que ironía….no puedo recordarlo-llevo una mano a su cabeza ¿Qué había pasado?, no recordaba nada y cada vez que intentaba recordarlo le dolía un poco la cabeza, ¿seria algo que talvez no debería recordar?. … de seguro no, aquel vampiro se lo haría recordar de seguro, lo único que se acordaba de aquello era que termino por sacarle su virginidad. Al recordar aquello apretó la almohada de nuevo contra el rostro del vampiro gruñendo, le había sacado su preciosa virginidad un vampiro, en especial aquel que venia molestando desde hacia años, maldito fuera.

-Eres un maldito sexopata… por tu culpa mi dignidad fue robada por un vampiro que ni vale 5 cvs!.- sabia bien que Aaraon no valía eso, pero su actitud le parecía tan irritante que lo asesinaría gratis sin necesitar que le dieran dinero por el. La recompensa por Aaraon, rodaba por el millón y medio…. A precio de euro, se podía decir que en si para cualquiera seria un buen premio. Al pelinegro le daba igual el dinero, casi ni lo usaba se quedaba con ¼ parte de ese dinero y el resto de seguro lo donaba, o quien sabia lo que hiciera…pero no era de gastarlo en mujeres, alcohol y apuestas. Esas cosas no eran de su agrado, las mujeres podía conseguirlas fácilmente y sin dinero, en cuanto al alcohol no era de beber.
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Mensaje por Aaron Miér Mayo 19, 2010 8:31 am

Aquella reacción del muchacho lo tomó un poco por sorpresa, así que no tuvo tiempo de esquivar el golpe ni de detenerlo antes de que se le subiera encima para ahogarlo con la almohada que antes lo había golpeado exactamente en medio del rostro. Realmente se notaba que el menor estaba molesto, fastidiado por aquellas cosas que le decía, pero sobretodo por el hecho de que hubiera sido él quien le salvara la vida una vez más. Había pisoteado su orgullo, algo que era muy importante para el cazador, dejándolo en cierto modo en ridículo, y además en deuda. A pesar de que el castaño estaba terriblemente enojado podía notar que no apretaba con todas sus fuerzas aquella almohada, seguramente porque no sólo la rabia bullía en su interior, estaba mezclada con otros sentimientos, como la impotencia, que hacían que sus brazos temblaran y perdieran su fuerza habitual. Podía sentirlo en la inseguridad de su voz, le costaba manejar una situación como esa y el vampiro no era alguien precisamente dulce y comprensivo que dejaría pasar aquello para no herir más el narcisismo del cazador, por el contrario aprovechaba cada oportunidad que se le presentaba para rebajarlo y burlarse de él.

Conocía aquel sentimiento que Dael no sabía cómo manejar, no porque lo hubiera sentido antes pues no recordaba nunca haber recibido ayuda cuando se había metido en problemas, estaba acostumbrado a salir sólo de sus líos, sin esperar que nadie viniera a rescatarlo, pero antes ya había visto aquella reacción explosiva en el cazador, años atrás cuando le había salvado la vida por primera vez. No estaba seguro de que el menor lo recordara del todo, pues había entrado en una especie de shock debido a la pérdida sangre, ciertamente aquella situación había sido bastante diferente a la actual, allí el castaño realmente estuvo al borde de la muerte y de no ser porque el vampiro mató a un grupo de neonatos descontrolados que estaban a punto de darse un buen festín con el muchacho ahora no estaría allí. También en aquella oportunidad se había portado como un necio desagradecido, diciendo incluso que hubiera preferido morir a ser salvado por él, pero aquellas palabras lejos de lograr herirlo aumentaron su deseo de fastidiarlo. No era normal verlo fuera de sus cabales, descontrolado y nervioso, por eso le fascinaba. Aquella noche era la primera vez que había tenido sexo con él, seguramente encantado con su rebeldía, con aquel fuego que parecía transformar al humano en una llama, como la luz que atrae a los insectos antes de ser consumidos. De todos modos había algo que no acababa de entender, ¿Por qué lo había salvado aquella vez? Aún no se había convertido en su juguete, su mascota, pero había algo en él que no quería que se extinguiera, que se derramara junto con su sangre, que fuera desperdiciado.

Si estaba intentando asfixiarlo no tendría éxito, los vampiros no necesitaban respirar, aunque Dael ya sabia eso, seguramente sólo lo hacía para descargar su frustración. Finalmente tomó la almohada con ambas manos para poder quitársela del rostro, aunque el humano hacia algo de fuerza aún no fue difícil doblegarlo. Giró sobre la cama quedando ahora sobre el, aprisionándolo con su cuerpo contra el colchón mientras le veía fijamente. Sus palabras finales le hicieron gracia, por lo que su rostro se iluminó con una ladina sonrisa. - ¿Serás tan hipócrita como para negar que lo disfrutas tanto como yo? ¿No crees que si lo aceptas de una vez tu orgullo saldría menos herido? –Acercó su rostro y le mordió el labio, con tal fuerza que un par de gotitas de sangre se escabulleron dentro de su boca- Vamos, es sólo sexo, no es nada de lo que debas avergonzarte.

Acercó ahora los labios a su oreja e introdujo la lengua en ella, humedeciéndola por completo mientras liberaba su gélido aliento cerca de su nuca, haciéndolo estremecerse. –Si no quieres más esto…dímelo, y tal vez, considere dejarte en paz.-Poca veracidad había en esas palabras, si se resistía más divertido sería, peor era un desafío para Dael, ¿podría negarle en la cara cuanto le gustaba acostarse con él? ¿Estaría dispuesto a resignar aquel placer por su entupido orgullo? Sentía bastante curiosidad, y le divertía al extremo jugar con aquellas emociones del muchacho.
Aaron
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