Recorriendo la ciudad de las luces (Privado - Andrew)

Por asuntos laborales ahora se encontraba en París, no acostumbraba viajar a ese país, pero era mejor hacer las cosas por el mismo a enviar a esos humanos inútiles que se dejaban engatusar por cualquiera, después de la reunión con los inversionistas decidió dar un paseo por la plaza, observo a todos aquellos humanos que caminaban como si nada sucediera, como si el único peligro del que tuviesen que cuidarse fuese de las enfermedades, eran tan ignorantes, en el fondo podían identificarlos pero su conciencia se negaba a confirmarlo, preferían permanecer en la ignorancia.

Aquel día estaba nublado, estaba casi negro, las nubes eran oscuras y se movían de forma tenebrosa, las luces estaban encendidas desde muy temprano. Se hallaba sentado en una de las bancas, las personas lentamente comenzaban abandonar el lugar refugiándose en los cafés y locales cercanos, bajo la vista hasta una dirección, la ubicación de donde debía alojar, no recordaba aquella dirección, realmente no sabia como ubicarse en el parís del siglo veintiuno.

Miro hacia todos lados, tendría que rebajarse a preguntar, pero nadie se acercaba lo suficiente, todos solían a rehuir de el a penas lo veían, sabia que tenia una expresión que los atemorizaba, pero eso no le interesaba, realmente no escuchaba a nadie lo suficiente, no tenia amigos y tampoco es como si los quisiera. En eso un muchacho de aspecto despistado iba caminando lo suficientemente cerca para preguntarlo, cabellos al parecer sedosos y ojos rasgados, suspiro un poco antes de atreverse a hablar.

- Disculpa, ¿Me ayudarías? Estoy perdido en esta ciudad - intento ser lo menos intimidante que pudo aun asi supo que no resultaba, su expresión era siempre la misma

Aquel era su día libre, no tenía trabajo y había ido a una galería de arte cercana a ver los cuadros, no es como si tuviera dinero para comprar alguno, pero disfrutaba de admirarlos, se había pasado allí toda la mañana y parte de la tarde, cuando salió del lugar notó que el día se había puesto horrible. Las nubes cubrían todo el cuello y algunos relámpagos aparecían cada tanto en él, se notaba que de un momento a otro comenzaría una fuerte tormenta.

Las personas apuraban el paso para llegar a sus destinos y refugiarse del agua, pero al joven poco le importaba aquello, la verdad le agradaba la lluvia y no e preocupaba llegar empapado a su departamento. El clima era agradable, bastante caluroso, así que no corría riesgos de enfermarse. Decidió bordear la plaza de La concordia, le gustaba ese sitio cuando había poca gente en él, y eso ocurría en pocas oportunidades, aprovecharía para dar un pequeño paseo por allí. Se colocó sus auriculares y caminó a paso tranquilo, sin ningún apuro.

Cuando estaba dando la vuelta al parque le pareció escuchar algo y miró hacia los lados, ya poca gente quedaba en la calle. Se quitó uno de los auriculares y descubrió que un hombre que vestía un traje elegante, y posiblemente caro, estaba haciéndole una pregunta. Se rascó la mejilla algo extrañado, en general no le pedían ayuda pues, a pesar de que no era cierto, parecía un alumno de secundaria.

–Si, claro… ¿A dónde debe llegar? –le preguntó quitándose también ahora el otro auricular mientras los guardaba en el bolsillo de su pantalón. Por su acento era evidente que era extranjero, tal vez un turista, pero estaba sólo y en un parque, no tenía mucho sentido. De todos modos le ofreció su ayuda, no podía dejar que se hablara más de la hospitalidad de los parisinos. Su orientación era bastante mala, esperaba conocer el lugar al que el otro debía dirigirse.

Se extraño de que aquel muchacho no se espantase con su aspecto, era un humano curioso y ademas olía exquisito, pero negó ese ultimo pensamiento rápidamente, no podía pensar en beber de el cuando le estaba ayudando y mas aun, no le había juzgado por su apariencia, le acerco la dirección era la de un hotel mas allá de la plaza de la concordia tomando una de las avenidas principales, pero aquellas direcciones secundarias eran las que le confundían.

- Seria perfecto si solo me indicaras como llegar, no me agradaría desviarte de tu camino - le dijo con su típico acento ingles, un hombre de edad que pasaba por allí frunció el ceño al oírlo, seguro el era uno de esos típicos Franceses que aun mantenían rencor contra Inglaterra, le escucho decir una grosería en su idioma, que entendió perfectamente, miro al muchacho una vez y luego la desvío hasta el papel.

Espero por las indicaciones del chico algo impaciente, esperaba que el no tuviese los mismos rencores que la mayoría de los Franceses, si no fuese porque era malo recordando lugares no tendría que estar pasando aquello, quizás hasta ese chico humano no sabia ubicarse, ya que parecía contemplativo. Se le quedo mirando, era de rasgos finos y le parecía frágil, sus ojos fueron lo que mas le llamaron la atención, parecía ser un muchacho desconfiado, receloso, pero también parecía melancólico.

- ¿Como te llamas? Yo soy Grigori Yefimovich - se presento estirando su mano en su dirección, generalmente no se presentaba asi de rápido con las personas mucho menos decía su nombre verdadero, pero siempre habían excepciones

Estaba acostumbrado a tratar con toda clase de personas gracias a su trabajo y no se dejaba intimidar fácilmente. Aunque aquel hombre tenía un rostro serio no le parecía una mala persona, además había sido muy educado, después e todo sólo se trataba de un turista perdido. Tomó el papel donde estaba anotada la dirección pero ni llegó a leerla que levantó la mirada para fijarse en el sujeto que había paseo dedicándole un insulto al desconocido tan sólo por ser Inglés. Bufó con cierta molestia por eso. –Aún quedan muchas personas que viven en el pasado.-comentó regresando la vista a la dirección. Chasqueó la lengua y lo miró. –Es cerca de aquí, puedo acompañarlo si lo desea, después de todo queda de camino hacia mi departamento.-le devolvió el papel y miró hacia el cielo, cada vez se ponía mas negro, las nubes se amontaban sobre sus cabezas amenazando con desparramar una copiosa lluvia en cualquier instante.

Aceptó su mano cuando se la ofreció apretándola ligeramente a modo de saludo, notó que su piel era particularmente fría, le resulto algo extraño pero pensó que tal vez tenía que ver con su país de origen, después de todo le habían dicho que en Gran Bretaña hacía mucho mas frío que en París. –Soy Andrew-se presentó por su parte procurando ser educado. -Sígame lo guiare –agregó luego soltando su mano suavemente para comenzar a andar por el camino que rodeaba el parque hacia la avenida, con paso tranquilo y despreocupado como era su costumbre, esperando que el otro lo siguiera.

No alcanzaron a dejar atrás la gran plaza cuando la tormenta dio inicio, cayeron al comienzo unas pocas y gruesas gotas para después comenzar con toda su furia dejándolos a ambos completamente empapados con sólo hacer media cuadra. Al chico no parecía molestarle, tenía el cabello completamente pegado al rostro, empapado, y sus ropas chorreaban. Poco tiempo después llegaron a la entrada del hotel donde el otro se hospedaba, se había levantado además de la tormenta bastante viento, y algunas calles estaban comenzando a inundarse. Sería mejor que se apurara a caminar de regreso pues su barrio era de calles bajas y sería complicado ingresar al edificio. Miró al hombre para despedirse y no pudo evitar que se le escapara una pequeña risa. –Espero no fuera un traje muy caro-comento al ver el espantoso estado en que había quedado, al igual que él, totalmente empapado.