- ♣ - Ji Ren - ♣ -

Nombre: Ji Ren

Raza: Licántropo.

Rango: Jefe de clan. (¿Se puede?). Ayuda a los cazadores de vampiros. Él mismo caza vampiros.

Edad: Aparenta tener la edad de un joven de aproximadamente 20 años, pero tiene 149 en realidad.

Rol sexual: suke.

Descripción física: Posee un pelo negro como las plumas de un cuervo, largo, y que a veces suele trenzar. Tiene una piel pálida y suave, sensible al sol, y unos ojos rojos color sangre, cargados de odio y de recuerdos. Suele vestir sencillo pero elegante, no pareciendo para nada un salvaje licántropo. Su color predilecto a la hora de vestirse es el negro., ya que le ayuda a pasar desapercibido. Suele llevar gafas de sol, incluso por la noche, para ocultar el agresivo color de sus ojos.

Descripción psicológica: De ideas fijas, para él solo hay dos extremos: ningún vampiro merece ser perdonado, y todos ellos deben de ser exterminados. Orgulloso de su clan y su forma de vida, fiel a sus principios, intentan proteger a los humanos de las libidinosas manos de los vampiros. Tiene estrechos lazos de amistad con los suyos (que compartan sus ideas), y no soporta a aquellos que le llevan la contraria, o se relacionan con vampiros… acabando a veces por tener que demostrar quien tiene razón a través de las garras y dientes. En cuanto al tema amoroso… tuvo un pasado doloroso, que le ha marcado (y de ahí principalmente viene su odio hacia los vampiros y quienes les sirven), por lo que actualmente no busca un compañero.

Le gusta: Ir de caza (tanto en busca de algún jugoso ciervo como de vampiros). También le gusta pasear por los bosques, y viajar de país en país, para conocer mundo, y ver como van cambiando con el paso de años, con aire nostálgico. De hecho, por eso precisamente a los suyos, cuando surge un asunto de importancia les resulta extremadamente complicado contactarle… sobretodo por que su jefe esta a menudo en sitios donde no hay cobertura.

No le gusta: Obviamente, los vampiros. Tampoco los cazadores furtivos de animales, que ponen cepos por los bosques… a veces, se divierte secretamente pegándoles un buen susto, pero desde que ocupo su puesto de jefe de clan se ha responsabilizado un tanto en ese aspecto, y ya no va poniendo en peligro la existencia de los suyos. Tampoco soporta la existencia de licántropos que se han convertido en perritos falderos al servicio de los vampiros, así como de los humanos que han vendido prácticamente su alma por ellos. Para él, todos son de la misma calaña, y no merecen piedad.


Habilidades: Es un licántropo experimentado, así que desde hace tiempo no tiene problemas a la hora de transformarse, excepto cuando esta realmente enfadado, y se transforma sin querer. No utiliza mas armas que sus garras y colmillos, ya que como el dice: “¿Para que quiero más, si mis garras rasgan la piel de los vampiros y mis colmillos se las arrancan?”

Historia: Nació y creció en una manada de lobos procedentes de Asia Oriental. Sus padres le enseñaron el orgullo de ser un licántropo, y como debía comportarse para actuar como los humanos. Aunque él, por aquella época era alegre, impulsivo, y siempre estaba deseando probarse, por lo que no era raro que, desobedeciendo a sus padres, se fuera con los otros cachorros a las grandes ciudades, abandonando la vida de campo apartada que llevaban, y exploraran entre la muchedumbre esa cantidad de nuevos lugares y olores para sus inexpertos olfatos.

De hecho, por esa inexperiencia, un vampiro les reconoció, y ellos, que solo habían oído hablar de ellos, aunque reconocieron que olía diferente a los humanos no sospecharon que fuera lo que era… y solo la pronta llegada de sus padres, en grupo, y su deseo de no provocar un altercado, les salvaron de la sedienta mirada de ese depredador.

Les cayó a todos una buena bronca, sobre todo a él, por originar tal idea, pero no lo lamento, ya que en su inconciente juventud, la adrenalina corría salvajemente por su cuerpo al pensar en los cerca que había estado de ese chupa sangre.

Se podría decir que se volvió adicto a esa sensación, y a medida que crecía, se iba volviendo más hábil a la hora de escaparse a las grandes ciudades de Europa, con la excusa de que necesitaba estar solo y recorrer mundo como joven licántropo que era. Sus padres tragaron el anzuelo, y nunca sospecharon las actividades de su hijo.

Fue en Italia, en Venecia concretamente, cuando por segunda vez se topó con ese inolvidable olor de un vampiro cerca. Fue en un bar, a medianoche, y tomó asiento junto el vampiro… esta vez no se comportó como un cachorro novato, y tuvo mucho cuidado de no desvelar su naturaleza. Inició conversión con el vampiro en cuestión, y aunque al principio este le miraba receloso, poco a poco se fue relajando y fue hablando más fluidamente. Ji le escuchaba francamente interesado, y antes de que se dieran cuenta, el nuevo día se estaba acercando, y rápidamente el vampiro se tuvo que excusar con una pobre disculpa para irse a dormir.

Pero Ji estaba fascinado por él, y quería conocerle más, por lo que todas las noches siguió viniendo al bar, y fue hablando más y más con el vampiro… Hasta que finalmente, sin que se diera cuenta, se había enamorado de él, y habían pasado dos meses. Y no era el único interesado. El vampiro también le había echado el ojo, y finalmente una noche, se acostaron juntos.

Ji, tras eso, creyó que su amor era sincero, y que podría decirle la verdad de su naturaleza a su amado… pero ¡ay!, nada más decírselo, el vampiro le gruño y se apartó de él de un salto, rechazándole y mirándole asqueado. Ji, confundido por su comportamiento quiso acercarse a él, pero fue nuevamente rechazado e incluso mordido en la mano que intento alcanzar a su ex - amante.

Destrozado, abandonó la ciudad de Venecia, y vago de aquí y allá, sin ganas de volver con su manada, y vivir tan salvaje como la otra parte que vivía en él.

En este vagabundeo, llegó a Francia, y en uno de esos bosques se encontró con otra manada, que si bien algunos miembros le miraban con sospecha, y algunos incluso con miedo, su anciano líder le recibió con los brazos abiertos. Ji aún no estaba listo para estar con una manada tras el fuerte dolor del rechazo, pero el anciano líder, con paciencia, y sabiéndole escuchar sin rechazarle, logró que poco a poco le contara todo lo que le había pasado y que se uniera a ellos.

Ji empezó a vivir de nuevo la vida con esa manda, disfrutando de la naturaleza y la caza, y considerando al anciano líder como un segundo padre para él.

Sin embargo, toda esta historia no tuvo un final feliz.

Tal como había hecho de joven, unos integrantes de la manada se habían escapado a Paris. Hasta ahí todo normal, el problema fue que “jugaron” a la fuerza con un esclavo de sangre, sin saber que lo era. Por supuesto, el vampiro dueño del esclavo cuando se entero montó el cólera, y junto algunos de los suyos, persiguieron a los jóvenes hasta la manada… y atacaron.

Más de la mitad de la manada fue asesinada, y Ji solo pudo observar impotente, herido desde el suelo, como el que había sido su segundo padre, murió a manos de un vampiro. Esa imagen quedo grabada para siempre a fuego y sangre en su memoria antes de caer en la negrura de la inconciencia.

Cuando se despertó, estaba en una de las casas de campo de uno de los integrantes de la manada que habían salido ilesos. Unas vendas cubrían su pecho herido, pero sus ojos y sus pensamientos apenas se daban cuenta, pues lo ocurrido se mostraba en sus recuerdos con una cruel frescura.

Incitado por tal odio, y sin importarle que se le abrieran las heridas, reunió a los que quedaban de su manada, y pronunciando un vehemente discurso cargado de odio hacia los vampiros, juró que no descansaría hasta que toda esa maldita raza no fuera exterminada.

Motivados por él, el resto de la manada se unió a sus ideas y le nombraron jefe del clan.

Desde entonces, todos ellos van cazando en grupo o en solitario a los vampiros que se encuentran por todas las partes de Europa, aprovechando las ventajas de la tecnología del siglo XXI para comunicarse entre ellos (es decir, ese aparatito llamado móvil).

(Espero no haberme pasado con la historia ^^U sorry)

Otros: Tiene una cicatriz en la mano derecha en forma de media luna, a causa del mordisco de su primer y único amante. Así como una gran cicatriz que le recorre desde el hombro hasta la cintura, producida por su pelea con los vampiros ese aciago día en que su manada fue atacada.

Cuando se transforma, tiene la forma de un gran lobo negro, con los ojos color rubí.

Imagen:

- Forma humana (cuerpo entero):

Spoiler:

- Forma humana, primer plano:

Spoiler:

- Forma lobo:

Spoiler:

Muy buena ficha, aceptada y cerrada.